Capítulo 4: La cascada más linda

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Segundo día, me desperté muy feliz porque Rey me iba a llevar a caballo a una cascada, yo nunca había visto una cascada en mi vida...

-Saluda, ella es Kía- señala a una yegua a la par de él- Es mi yegua...

-Que linda - la toco- Yo tengo tres caballos...

-Ya escuchaste Kía, novio nuevo - se sube a la yegua- Ven, sube, ella no hace daño...

--subo a Kía- Qué linda que es...

-Mi mamá me la regaló cuando ella era pequeña...

-Sé que extrañas a tu madre, y mucho...

-...¿Vamos?

-Sí...

La mamá de Rey, murió cuando Rey tenía apenas 5 años, Rey la vio morir, Rey no ha hablado de su madre más, él se prometió no volver a hablar de ella. Si hablaba de ella, él cambiaba de tema...

Fuimos a la cascada, lo que me extrañaba, ESA YEGUA SI CORRÍA RÁPIDO... Aún con dos personas en ella, no paraba...

-Rey, ¿Cuando vamos a llegar?

--baja la velocidad- Ya casi...

-¿No tienes miedo de que te maten? Estamos sin seguridad...

-Hay guardias en la cascada, ellos nos van a cuidar...

-Ok, eso espero...

Llegamos, me bajé rápidamente de la yegua para no marearme tanto, la yegua no dejaba de darle chupetazos a Rey a la cara, ellos eran inseparables...

-Te quiere mucho - sonreí-

-Es mi única mascota, - le acaricia- Siempre ha estado conmigo...

Fuimos a ver la cascada, unos guardias le avisaron a Rey que el lugar sería peligroso si caminábamos por las rocas musgosas, podíamos caer o morir...

-Tranquilos, no iremos a esas rocas...

-Si majestad - se va-

-La verdad... - lo vi muy contenta-

-Obvio que vamos a ir...-agarra mi mano-

--me suelto- Rey...no...

-Ok...

Fuimos a las rocas musgosas a ver la cascada de cerca, era algo, increíble, ese mismo momento deseé tirarme a la cascada, pero, no podía. Una de las rocas estaba mojada, en esa se sentó Rey, y Yo me senté en otra que estaba a la par de un árbol...

-Rey, gracias por este día...

--sonríe- Te amo...

--sonrío-

--se acerca a mí- Siempre he querido que estuvieras a solas conmigo...

-¿Ah?

--cambia de tema- Nada...

--empiezo a reír, la yegua de él estaba detrás de la roca mojada-

-¿Qué? - ve detrás de él- Kía, no puedes estar aquí...

-Déjala...

La yegua no dejaba de rebuznar, ella saltaba, parecía que nos quería decir algo. En un momento jaló a Rey del cuello de la camisa de él y lo tiró al suelo...

-¿Estás bien?

--tocándose todo la espalda, por el dolor- No...

-¿Porqué hizo eso?

-No sé, ella no es así...

En ese mismo momento, la roca de Rey cayó, y Yo corrí hacia él para abrazarlo...

Larga Vida Al ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora