Capítulo 21; Años después.

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(3 años después)

Mis padres lamentablemente murieron, de una enfermedad, sólo quedaba Taián y yo de la familia. Rey venía a visitarme, aunque no me gustaba para nada esa idea. Akins y yo, salíamos más seguido.

Yo ya tenía 19 años, mis padres murieron cuándo tenía 18. Sus palabras antes de morir fueron; "No dejes que Rey te engañe, no dejes que nadie te engañe, y sé fuerte, tú y tu hermana estarán solas, y deben luchar". Sus palabras me hicieron llorar.

(...)

Mañana, Akins me acompañó al pueblo a camello, el mismo camello que salvé, le llamé "Adofo". Monté en él y recorrí el pueblo.

Me encontré a Nía en el camino, y le invité a que almorzara con nosotras en el Palacio con sus hermanas, y que durmiera una noche en el Palacio obvio, que aceptó

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Me encontré a Nía en el camino, y le invité a que almorzara con nosotras en el Palacio con sus hermanas, y que durmiera una noche en el Palacio obvio, que aceptó. Después fuimos al pueblo dónde le prometí a mi padre cuidar.

Se veía muy abandonado, pero si hubo mucha gente, que parecía esperarme, pero solamente se abalanzaron a mi camello, a mi pobre Adofo

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Se veía muy abandonado, pero si hubo mucha gente, que parecía esperarme, pero solamente se abalanzaron a mi camello, a mi pobre Adofo. Akins los apartó apuntandolos con su espada, lo que hizo que las personas se alejaran de mí. Luego salimos del pueblo y fuimos al Palacio, dónde estaba la sorpresita; Rey. Bajé del camello, y Akins se lo llevó, Rey me abrazó y me dio un beso en los labios, cómo si yo ya fuera su esposa. Me aparté y fui a mi trono, de ahí el me siguió, y se hizo a mi lado, y me habló por hooooooraaaas. Me aburrí mucho al escucharlo, luego fui a mi habitación, para buscar un collar que me dio mi madre para ponermelo.
Cerré la puerta, en mi cama estaba el collar, lo tomé, y me lo puse, escuché que abrieron la puerta y la cerraron, me di la vuelta y era Rey. Suspiré de forma muy fuerte, para remarcar que no lo quería adentro. Él hizo una pequeña risa y se acercó a mí, dándome un abrazo por la espalda, lo que me incomodó.

-Rey, no me toques.

-Vamos Ana, un ratito conmigo no es nada malo, menos si estamos juntos.

-Déjame en paz. -me aparto de él -No te quiero cerca mío. Y menos aquí, en mi habitación.

-¿Qué dijimos de lo acordado?

-Eso no tiene nada que v...-me tapa la boca -

-Que te harías la linda conmigo.

Larga Vida Al ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora