- Eres una estúpida. Eres una jodida estúpida a la que no quiero volver a ver.
Esas fueron las últimas palabras que escuché de la boca de mi padre. Las recuerdo cada día. Resuenan en mi cabeza como una metralleta atravesándome el estomago.
- Eres una jodida estúpida a la que no quiero volver a ver. -me repito frente al espejo, cuchilla en mano, brazo estirado y lágrimas en los ojos. Cuando estoy a punto de caer, lanzo la cuchilla con fuerza contra el espejo. Entonces asumo que estoy perdiendo el control de mis propias emociones.- Esto ha ido demasiado lejos. -digo nerviosa, echando mi cabello hacia atrás repetidas veces.
Mi madre y mi hermano ya se habían ido cuando desperté en mi habitación. Supongo que ellos me llevarían ahí al quedarme dormida en el suelo, a su lado. O solo lo habría hecho ella. Encontré varias bolsas de marihuana junto a un porro sin empezar entre las cosas de Manu y se me revolvieron las tripas. Cogí mi móvil, pero no tenía ningún mensaje importante. Con importante me refiero a Martina. Mentira. Héctor. Fue entonces cuando vi que su foto de perfil cambiaba. Estaba con una chica. Morena, alta, ojos azules grisáceos. Se parecía a Giselle. Estaban juntos, muy juntos. Él dándole un beso a su mejilla.
- Bueno, no importa. -"sí, sí importa. Es guapa. Y tú... eres Erica, la desdichada demasiado delgada en la que nadie piensa. Recuérdalo", repetían las voces de mi cabeza.- Basta. ¡Basta! -me arrodillé, con las manos agarrando mis cabellos. La desesperación salía de mí en forma de gritos- No voy a volver a ello. No voy a volver a pensar nada así. -"pero vamos, solo tienes que bajar la vista un poco y comprobar lo poco que vale tu cuerpo. ¿De verdad creías que alguien podría interesarse en ti? Eres una jodida estúpida a la que no quieres volver a ver."
Y así llegué al cuarto de baño. No era una recaída, porque nunca me había levantado. Pero no llegué a cortarme, ¿eso vale algo? ¿Es distinto el hecho de hacerlo y el de solo intentarlo? No podía más. Fuera llovía, pero no importaba. Salí sin paraguas, con una fina camiseta de manga larga, un vaquero y unas botas. Desconecté el móvil, y caminé lentamente mientras el pelo se me empapaba. Casi todo mi invierno había sido así, por un día más de lluvia en mayo no pasaría nada. Me acostumbré a esa soledad. Entre las lágrimas y la lluvia empezaba a nublarse todo. De repente un pitido muy fuerte y un brusco tirón de mi brazo hicieron que me diera cuenta de que estaba cruzando en rojo.
- Pero, ¿qué haces? ¿Te has vuelto loca? ¿Es que quieres matarte? -reconocería esa voz incluso diez años atrás.
- ¿Qu... qué? -la cara de incomprensión de Martina bajo su paraguas amarillo me impedían reaccionar. Notaba mis ojos arder, al mismo tiempo que un calor subiendo por mis mejillas. Habría sido tan fácil, "¿es que quieres matarte?"
- Casi te atropellan. ¿Qué demonios te pasa? -preguntó alzando la voz, y agradecí que nadie pasara por la calle en ese momento.
- No me pasa nada. O bueno, quizá es que tampoco sé muy bien qué hago. Puesto que no elijo bien con quien me junto. O porque ahora soy una suelta que cada semana elige a un tío, ¿no? Igual es que he cambiado, otra vez. -dije demasiado rápido. No hablaba yo, era el rencor, la rabia por haberme dejado sola después de todo lo que sabe que me pasó. Aunque fuera solo la mitad.
- En ningún momento quise decir eso. Solo quería que tuvieras cuidado. -habló más despacio y bajito, apenada, y me estremecí. Tenía ganas de arrancarme la piel y desaparecer por fin.
- ¿Sabes? Olvídalo. -dije alzando la mano izquierda para quitar el agua de mi frente. Error.
- ¿Qué te ha pasado en la muñeca? -silencio, curiosidad en su mirada que después pasó por comprensión y decepción- ¿¡Qué te ha pasado en la muñeca!? -más silencio por mi parte. Las gotas del paraguas resbalaban al mismo tiempo que mi corazón bombeaba la sangre casa vez más deprisa. -¿Otra vez? ¿¡En qué coño piensas!? ¿Qué te crees que es esto, un ritual o algo así? ¿Te has vuelto loca?
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Confío en ti
Roman pour AdolescentsErica es una joven de diecisiete años que guarda un terrible secreto: desearía estar muerta. Todo es complicado desde que sufrió una ruptura y decidió ser totalmente fría con el resto de sus amigos. En una depresión constante, con solo la ayuda de s...