Capítulo 10

194 23 7
                                    

*** No entiendo por qué sale este capítulo antes del 9. Espero solucionarlo pronto, disculpad las molestias ***

Bajé y allí estaba, apoyado contra el portal. Iba vestido igual que por la mañana, pero con el pelo revuelto. Sexy. Su camisa remangada, dejando ver la tinta que recorría su antebrazo derecho, y sus pitillos ajustados dificultaban la respiración. No me había fijado aún en su cuerpo, o no había querido hacerlo, pero estaba realmente bien. Me miró. Esos ojos tan oscuros me intimidaban. Sin duda, era guapísimo.

-  Ahora entiendo por qué has tardado tanto -bromeó inspeccionándome con una sonrisa.

Decidí no hacer ningún comentario. Todavía estaba molesta por llamarme estúpida. No me daba buena impresión este chico, ni si quiera sabía qué hacía ahí en ese momento. Debería estar intentando pintar, no saliendo de nuevo con desconocidos que fingían conocerme. Quizá el deseo de ser de nuevo una chica normal me pudo. Quizá quería simplemente desconectar para dejar atrás los cortes.

-  ¿Estás bien? -preguntó al ver mi expresión, seguramente estaba más que pálida a pesar del maquillaje que había usado.

-  Sí. -temblorosa, ni si quiera podía articular palabra. Estaba claro que mi casa era el único sitio que debía frecuentar. O me sacaba pronto del portal, o la ansiedad que sentía acabaría derrumbándome.

-  Vamos. Conozco una heladería bastante buena. ¿Te apetece un...?

-  No. -no me gustaba ser tan borde, pero él lo fue antes conmigo. Y lo cierto era que no tenía nada de hambre.

-  Bueno, en ese caso podemos ir a sentarnos a algún sitio o...

-  ¿Por qué dijiste eso antes? -por primera vez nuestros ojos impactaron. Su mirada parecía  distinta, entre sorprendida y disgustada.

-  Lo siento. No quise ofenderte. Es solo que lo que me contaste anoche, pues lo tuve cerca durante un tiempo. -se apoyó en la pared del edificio mientras hablaba. No lo sé con certeza, pero me pareció que una lágrima se instaló en su ojo derecho y me encogí.

-  ¿Qué... qué te dije anoche?

De repente y por sorpresa, agarró mi muñeca mutilada y la acarició. Dios mío. Lo sabe. Mi corazón pasó a mil pulsaciones por segundo, pero pareció que había dejado de respirar por completo.

-  Son horizontales, de modo que no te podrías desangrar, pero sé que lo intentaste de verdad. Anoche, cuando te sacaron casi a empujones de la discoteca para que te calmaras y yo me quedé contigo, empezaste a llorar. Te abracé para consolarte, no sabía qué hacer y llevaba un día de mierda.  -miró al cielo y suspiró al decir eso- Entonces, te pregunté y me enseñaste tus cicatrices. Me contaste que lo habías intentado, pero no el motivo. Lo siento mucho, Erica. Pero olvídate de esto, en serio.

Me quedé helada. Mi primera borrachera en tanto tiempo que ni recordaba y ya había confesado el peor crimen que tuve contra mi misma. Quería salir de allí, quería vomitar. Sabía que me juzgaría, o que más gente se enteraría. Todos se enteraron de que Lucas me puso los cuernos cuando se lo conté a Carla, una chica de mi clase que conocía a la que mi ex destructor se folló. Y ahora Héctor sabía que me cortaba. Y se enteraría todo el mundo. ¿En qué demonios estaba pensando, si ni mi mejor amiga tenía ni idea? La única que me apoyó en todo este tiempo. Me sentía muy mal, sentía vergüenza de mi misma, y casi inconscientemente comencé a raspar mis cicatrices, sollozando. Parecía al borde de un ataque de ansiedad.

-  Tranquila. Tranquila -me repetía- No estás sola. Tranquila.

Percibía su voz muy cerca, notaba su respiración en mi cuello. Y entonces, a la vez que las lágrimas mojaban mi rostro por completo, volví a entrar en razón y supe que me estaba abrazándome.

Confío en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora