1 de septiembre de 1967
Tenía once años la primera vez que me separé de mis hermanos. Era apenas una niña, pero aun así cuidaba de ellos mejor que mis padres, los cuales solo nos había tenido para preservar el apellido y la sangre pura...
— Puedes llevarme en tu baúl...—soltó el pequeño Sirius, intentando que no me fuera.
—Sabes que no es posible— le dije por última vez mientras bajaba las escalerascon mis cosas, para ir por mí misma a la estación—. Además en tres años irásconmigo, y entonces jamás nos volverán a separar...—afirmé como si pudieraprometer tal cosa—. Ni de ti Reg— comenté a mi hermano más pequeño el cual solose quedaba callado mirándome desde la puerta principal...
Al final de todo, no fue tan buena idea darle clases particulares a los gemelos. Ya que al cabo de una semana, dejaron de ser solo dos, a ser una quincena de estudiantes listos para aprender de mí. Incluso habían estudiantes de sexto y séptimo curso, los cuales luego de unas cuantas lecciones alegaban que deberían haberme puesto desde hace año a dar clases de pociones.
Si antes el murciélago no me hablaba, ahora menos, estaba más furioso que nunca conmigo, aunque ni siquiera sé porque, solo decía la verdad....
Por otro lado, al parecer mi hermano estaba detrás de Potter, incluso intentó entrar a su sala común, lo cual resultó con la señora gorda en otro cuadro, y máxima seguridad en el colegio. Aunque no entendía para que, Sirius no era capaz de hacerle daño a un niño...
— ¿Crees que sepa que estoy de vuelta? —pregunté a Remus a finales de febrero, mientras conversábamos en su despacho.
— No lo sé, aunque si está cerca, algo debería haber escuchado...—soltó algo misterioso, demasiado diría yo—. No te preocupes, si lo supiera hubiera venido por ti...
— Dudo que sepa que soy yo, al verme tan joven...—había dicho suspirando, y recordando al hermano menor que me quedaba vivo...
Los días siguientes se pusieron más insoportables que nunca, todos estaban asustados por mi hermano, aunque ninguno sospechaba que él lo era, y por supuesto tampoco saqué el tema, ya que estaba mejor por ahora, sin todos preguntándome por él.... Aunque ya que buscaba a Harry, a veces me daban ganas de ir a decirle que Sirius era inocente, que era el mejor amigo de su padre, y su padrino, pero sabía que no me creería...
Las clases se fueron tornando más fuertes según se acercaban Junio, ya que tenían que estar preparados para sus exámenes, aunque sabía que ya lo estaba. Les había enseñado bien. La ultima poción que les había mandado a hacer era un tipo de poción petrificadora, la cual tocar cualquier objeto lo volvía tan pesado como una ropa, por lo que era ideal para lanzárselo a alguien en la ropa, y este quedarse inmóvil.
La mayoría habían de las pociones había recibido un aceptable en sus pociones, los jodidos chiquillos estaban haciendo que me sintiera orgullosa. Al terminar, tomé las mejores para guardarlas y las demás las deseché, ya que no tenía nada mejor que hacer con ellas. Con sumo cuidado agarré los seis frascos con buenas pociones para colocarlas en los gabinetes, cuando por un pequeño error me tropecé con mi propia túnica, haciéndome caer, y echarme las pociones encima. Por lo que me había quedado sin moverme en el suelo, en medio de mi despacho en las mazmorras.
— ¡Auxilio! —comencé a gritar con la esperanza que algún estudiante de Slytherin estuviera en los pasillos, sin embargo nadie llegó, por lo que volví a gritar: —. ¡Necesito ayuda!
Pasaron los que parecieron ser una eternidad en el suelo, haciéndome pensar que esto solo me puede pasar a mí. Cuando estaba bastante sumida en mis pensamientos, la puerta se abrió, entrando quien menos quería que entrara, para luego verme y reírse.
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Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)
FanfictionSolo quería ser su seguidora, su leal mortífaga, servirle hasta la muerte. Pero aquella promesa llegó más lejos de lo que creía que llegaría, no por no poder cumplirlo, sino por llegar más allá de lo que quería. Me convertí en su leal mortífaga, la...