Capítulo 45: Nuestro futuro bebé.

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Su expresión era de notable sorpresa, y confusión mientras le sonreía.

— ¿Estás embarazada? —preguntó olvidando todo lo anterior, concentrándose solo en nosotros, antes de yo asentir, y buscar mi varita en mi túnica. Respiré profundo antes de quitar el hechizo que ocultaba mi embarazo, para luego apartar la túnica dejando ver pequeña panza. Sorprendiéndolo por completo.

— Tengo casi cuatro meses— respondí alzando mi blusa para dejarle ver que era completamente real, pero él solo estaba mirándome sin decir nada—. Por favor di algo. Sino te dije nada antes es porque sé cómo te pondrías de sobreprotector...

— No vas a salir de aquí—soltó de golpe sin sorprenderme para luego sonreír y poner su mano en mi abdomen mientras lo veía con añoro—. Tuviste que decirme desde el principio, si algo les hubiera pasado...

— No te dije nada porque sabía cómo te pondrías— solté sonriendo, antes de poner mi mano en su blanquecina cara, sin importarme su aspecto, después de todo no me importaba mucho en este momento—. Estamos bien, no perderemos este...—le dije sin miedo haciendo que me mirara sorprendido, no sé por si mi toque o por lo que dije.

— No, porque no dejaré que nada te pasé— soltó mirándome sonriendo, antes de apartar la mano—. Cuando me haga del ministerio traeré a alguien de San Mungo para que compruebe que todo está bien...—dijo de golpe intentando al parecer borrar aquel brillo en sus ojos, uno que hace mucho no veía. No desde que perdimos el último.

— ¿Esta seguro que quieres que alguien sepa de él? —pregunté con preocupación.

—Estará solo los cinco meses restante, luego borraré su memoria— respondió rápidamente antes de yo asentir—. Y te consentiré, no le haré nada al hombre lobo ni a la hija del sangre sucia— soltó de golpe con desdén antes de yo asentir frenéticamente sin dejar de sonreír—. Y no vas a ir al ministerio, no te quiero allí mientras puedan hacerle daño...

— ¿No estás siendo algo sobreprotector Tom? —pregunté cruzándome de brazos.

— No, no te encerrado bajo llave, ni te he mandando a otro continente— bromeó haciéndome reír—. Y necesito que sigas ocultándolo hasta que nazca, no quiero que alguien sepa...

— Lo sé, no podría a mi propio hijo en peligro— terminé de decir por él—. Nunca se sabe ahora con quien se cuenta y con quien no...— añadí pensativa antes de él besar mi frente, haciéndome sonreír...

— Sí lo sé, pero contigo no me tomaré riesgo de hacerlo...— me corrigió haciéndome reír antes de negar...

Los días siguientes antes del ataque del sábado, no me permitió salir de la habitación de ninguna manera, ¿con que excusa?, ni idea de lo que le habrá dicho a mis prima y Lucius. Aunque dudaba que en algún momento lo cuestionaría. Apenas lo veía a él, y a Tonki, el elfo, quien había jurado no decir nada de mi estado.

Pero el día esperado llegó, por lo que Tom en medio de la noche salió no si antes despedirse de ambos.... Para luego quedarme dormida, ya que no sabía a qué hora llegaría, y no podía esperarlo despierta quien sabe hasta cuándo, de hecho él mismo me pidió que no lo hiciera, por la salud del bebé...

Estaba profundamente dormida, cuando comencé a escuchar un ruido haciendo que me despertará de golpe, encontrándome con Tom sumamente furioso.

— Supongo que no lograste matarlo...—solté soñolienta antes de bostezar.

— Hydra, no quise despertarte— dijo aun con su tono de molesto, pero por lo menos no era conmigo.

— No importa. ¿Qué ocurrió? —pregunté sentándome en la cama mientras me estrujaba los ojos del sueño.

Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora