Capítulo 38: Mi despido de Hogwarts.

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Al llegar a Hogsmeade me aparecí cerca de la casa de los gritos en donde casi nadie aparecía para no llamar la atención. Sin embargo al hacerlo, un par de aurores me rodearon para registrarme rápidamente. Definitivamente nadie se libraba de la exhaustiva protección que les daba a los estudiantes.

— Está limpia— soltó un auror que no sabía quién era a otro, antes de llegar mi sobrinita y hacerles una seña para luego ellos irse.

— Solo salí un momento de aquí, no es necesario tantos cuidados...—le dije a Tonks antes de ella negar.

— No es personal, una estudiante fue atacada por un objeto maldito—soltó ella sin yo poder creerlo.

— ¿Qué?, ¿algún mortífago entró a Hogsmeade? —pregunté con desconfianza, pero ella negó.

— No, nadie entró, tuvo que ser alguien que ya estuviera dentro— respondió mirándome extraño—. Es mejor que vuelvas, Dumbledore fue quien me mandó a buscarte. Les gustan los chocolates de limón...— soltó antes de yo asentir, y dar la vuelta para caminar hacía el castillo.

Era increíble, no podía estar una hora fuera de aquí, y ya era llamada por el barbón. Lo que me hacía preguntarme si acaso sospechaba algo de mí, y no se atrevido a preguntármelo de frente. Pensando en ello entré en el castillo en guardia por si acaso se atrevía a acusarme de algo, o peor ya estaba preparado para entregarme al ministerio o a la orden...

Con cuidado al llegar a la torre del director le dije la contraseña a las gárgolas antes de ella dejarme pasar y subir al despacho, en donde me esperaba sentado.

— ¿Me mandó a llamar? —pregunté al cerrar la puerta.

— Sí, ¿le informaron del ataque que hubo a Katie Bell? —me preguntó antes de yo asentir y sentarme al frente de su escritorio.

— Sí, Tonks me dijo algo— respondí sin mostrar desconfianza—. ¿Qué le ocurrió?

— Una maldición en un objeto maldito que supuestamente era para mí— me respondió sorprendiéndome por completo—. Por su expresión debo intuir que no sabe nada de esto...

— ¿Disculpa? —Pregunté de inmediato con indignación —. Apenas llegué a Hogsmeade...

— Eso supe— soltó algo molesto—. ¿A dónde fue? —exigió más que preguntar.

— A mi casa, a descansar, dar tantas clases me está matando— respondí con expresión de cansancio, el cual no era del todo fingido —. ¿Acaso desconfía de mí?

— Nunca he confiado del todo— respondió sin sorprenderme—. Sin embargo ahora más que nunca... no puedo dejar de pensar en que en cualquier momento correrá a los brazos de Tom...— soltó de golpe, sin yo saber cómo tenía conocimiento de eso—. De hecho lo he sabido desde que supe la relación que tuvieron...

— Eso es pasado— mentí con habilidad.

— Un amor así no se olvida— soltó él con sabiduría, tenía toda la razón—. Sabía que cuando él aun no regresaba podría contar con usted, pero ahora, no sé cuánto tiempo pasé antes de vaya con él...— dijo con seriedad.

— ¿Me está echando? —Pregunté de golpe—. Digo si no confía en mí, ¿para qué mantenerme en el castillo? —solté con fingida indignación, ya que estaba dichosa de ser corrida de este lugar.

— Lo siento, pero ahora no puedo darme el lujo de poner a mis estudiantes en riesgo, con una profesora que en cualquier momento se puede unir al bando enemigo— respondió con decepción, sin sorprenderme—. No puedo permitirme confiar en alguien equivocado. Puede quedarse el resto del año si quiere, pero debe saber que estará vigilada...—soltó antes de yo asentir y largarme de su despacho.

Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora