Capítulo 35: Como la conoció...

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Narra Tom

1973

Había logrado obtener la eternidad gracias a mi horrocruxes, por lo que solo era cuestión de tiempo antes de hacerme del mundo mágico. Los magos ya conocían mi nombre, temían decirlo en voz alta, todos sabían sobre mis mortífagos, y muchos eran los que querían estar bajo mi mando...

Sin embargo no eran muchos los que eran valiosos para mi meta, de hecho eran pocos los que eran realmente bueno, entre ellos estaba una de mis mejores seguidores, Lucius Malfoy, un sangre pura, que me era leal, y conseguía reclutar a más de su estatus.... Pero a pesar de esto, había comenzado a sospechar de este, al mostrarse últimamente algo pensativo y nervioso cuando estaba cerca, por lo menos más de lo normal.

— ¿Qué ocurre Malfoy?, si confiesas ahora puede que no te mate— le exigí luego de llamarlo y él verme con terror, y bien que hacía al tenerlo.

— Mi señor yo no sé...—comenzó a mentir antes de usar un crucio en él, haciéndolo caer al suelo.

— No me hagas perder el tiempo— le dije haciéndolo temblar del miedo sin mirarme a los ojos.

— Lo siento señor, hay una bruja que quiere ser reclutada por usted— confesó de golpe haciéndome reír.

— No recluto mujeres Lucius, eso ya lo sabes...—le recordé con burla, ¿Qué podría hacer una bruja que mis mortífagos no?

— Pero mi señor, es una bruja poderosa, una fiel seguidora...— intentó continuar solo haciéndome perder el tiempo—. Se reunirá con algunos de sus mortífagos hoy mi señor...— agregó haciéndome reír.

— Solo es una muerte más para ellos, puedes irte...— solo dije antes de él asentir e irse.

Casi creí que su secreto se trataría de una traición y no algo tan irrelevante como el reclutamiento de una bruja.... Sin embargo aquello me dejó pensando el resto del día en si la bruja en cuestión era tan valiosa como para que Lucius la arriesgara tanto. Aunque solo había una manera de responderme esa pregunta, yendo a donde siempre se reúnen mis mortífagos.

Lo más probable era que me los encontrara abusando de la estúpida chica, si es que no llegaba tarde y ya la había matado. Pero a pesar de saber que podía perder mi tiempo, me aparecí en la puerta para luego abrirla, encontrándome con una gran sorpresa.

La bruja había resultado ser una chiquilla, hermosa, quizás demasiado, con una sonrisa de cinismo y orgullo por lo que había logrado. Había cinco de mis hombres inconscientes en el suelo, y uno colgando de un pie. ¿Acaso esa chica había podido derrotarlos sola?

— ¿Tú hiciste esto? —Pregunté algo molesto pero ella solo sonrió con arrogancia por lo que levanté mi varita hacía ella antes de mandarle un crucio haciéndola caer de la barra del bar, pero no se quejo—. Te hice una pregunta, muestra más respeto— advertí.

—Sí mi señor— respondió de inmediato, sin mirarme a los ojos con leal obediencia.

— ¿Por qué? —pregunté mientras caminaba hacia ella.

— Lo buscaba mi señor, quiero servirle—respondió con suma sumisión, haciéndome sonreír, sabía cuál era su lugar, y por lo visto tenía potencial.

— No acepto mujeres en mi ejército— solté sin expresión antes de llegar hasta donde ella, haciéndome verla mejor. Era más hermosa de cerca, su pelo castaño le cubría el rostro, ya que no se atrevía a verme al rostro. Era inteligente, y fuerte...—. Aunque tal vez haga una excepción...—dije antes de tomarla del hombro y ponerla de pie, sintiendo una extraña sensación al tocarlo, mientras ella aun seguía sin aun mirarme—. ¿Inmovilizaste a estos idiotas tú sola? —pregunté con interés, ya que quería escucharlo de ella misma que admitiera lo que había hecho.

Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora