Capítulo 49: Regulus Linx Riddle.

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— ¡Ve por la medimaga...!—grité sabiendo que nadie podía escucharnos fuera de esta habitación.

— Tonki— soltó antes del elfo aparecer—. Trae la medimaga— le ordenó antes de este asentir y desaparecer—. Tranquila...—me dijo sosteniendo mi mano, antes de sentir que estaba acostada en algo suave, seguro volvió la habitación a como era antes.

— Busca... entre... mis cosas...—solté entre gritos de dolor—. Hay una poción...es para este infernal dolor...—le indiqué antes de él soltarme y hacerme caso, para luego de lo que parecieron años, volvió a mi lado.

En medio de mis gritos desesperación tomó mi mano, para poco después sentir algo en mi boca, lo cual bebí de inmediato. Minutos después el dolor disminuyó haciéndome respirar tranquila. Tenía que haber leído sobre partos, porque si lo hubiera hecho jamás pensaría en tener un hijo...

— ¿Mejor? —me preguntó Tom haciéndome abrir los ojos, viéndolo más preocupado de lo que jamás lo había visto.

— Cuando todo termine lo estaré— respondí sin dejar de sentir dolor por completo, para luego notar que Tonki había vuelto con la medimaga.

— ¿Rompió aguas? —preguntó al verme en la cama antes de Tom asentir, y la medimaga acercarse a la cama—. ¿Hace cuanto comenzó el dolor?

— Diez minutos— respondió él serenamente, aunque a mí me parecieron horas...—. Tomó algo para calmarlo...

— ¿Lo que le ayudé a preparar? —me preguntó directamente antes de yo asentir, y ella con un solo movimiento de su varita, cambiar mi ropa, a una bata—. Abre las piernas, el bebé debe nacer...—me indicó antes de ponerme en la posición que ya me había indicado en varias ocasiones.

Al contrario de los partos Muggles, ella no llevaba ni guantes, ni alguna otra cosa, solo la varita, la cual comenzó apuntar a mi vientre, haciéndome sentir un tirón.

— Puja, voy a ayudarte pero debes poner de tu parte— me indicó antes de yo hacerle caso sin dudarlo...

El dolor de las contracciones no era nada como el que sentí como se desprendía de mi interior, y como bajaba por zona íntima, haciéndome pujar con más fuerza, hasta que la presión ahí se esfumó, por lo que respiré con confianza. Todo había acabado.

— ¿Está bien? —pregunté preocupada al no escucharlo llorar, pero mi respuesta fue respondida no con sí, sino con la expresión que tenía Tom a mi lado cuando abrí los ojos.

— Sí, y está saludable— soltó ella mientras notaba que hacía algo con su varita—. Solo que no llorar, lo cual es extraño...—comentó preocupándome.

— No te preocupes— me dijo acariciando mi cabeza—. Yo nunca lloré de bebé, debe ser como yo...—me explicó haciéndome sonreír involuntariamente. Para luego la medimaga acercarse y darle el bebé en brazos, sin al parecer tener una idea de cómo cargarlo.

— Dámelo, lo dejarás caer— solté mirándolo algo molesta, antes de él negar sonriendo y colocarlo a mi lado—. Hola Reg...—le dije al bebé quien me miraba con sus hermosos ojos azules—. Es igualito a ti...—no pude evitar comentar mientras lloraba de felicidad, para luego Tom con un solo movimiento de su varita colocarme ropa normal.

— Obliviate— soltó antes de ver como se lo lanzaba a la medimaga. Porque por supuesto ya había cumplido su misión y no la necesitaba—. Tonki— llamó antes del elfo aparecer—. Regrésala a San Mungo...

— Pudiste haber esperado para hacer eso...— le regañé pero solo negó.

— Nadie, pero nadie debe saber que nuestro hijo existe— dijo con suma preocupación—. Si alguien...

Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora