Capítulo 27: La hilandera...

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Con el guardapelo en mi bolsillo y salí de aquel sótano, con una sola cosa en la cabeza, destruirlo, ¿Cómo?, no tengo idea. Pero si Tom se tomó tantas molestias para ocultarlo era porque era muy importante, y si lo era, lo mejor era destruirlo. Con esto en mente subí a mi habitación para poder probar usar varias maldiciones, hechizos e incluso pociones y potentes venenos que tenía en mi colección de pociones...

Pero después de más de una hora echándole todas las maldiciones que conocía, y usar todas mis pociones y venenos peligrosos, nada sucedió, esta jodida cosa era difícil de destruir, pero debía haber alguna forma, una de la que no tenga idea. Y creo saber quién podría tenerla, Dumbledore.

Sin embargo no podía ir a su despacho en Hogwarts, ya que Umbridge estaba allí, por lo que tenía que buscar una forma de contactarlo sin necesidad de una lechuza, ya que podía ser interceptada, como ya muchas lo han sido. Fue entonces cuando pensé en algo, un poco descabellado, pero eficiente, sabía de alguien que podía contactarlo de inmediato sin levantar sospechas. Severus.

Sabía exactamente donde vivía, pero también sabía que podía encontrarme algún mortífago con él allí, por lo que si decidía ir debía ser sumamente cuidadosa.

— Kreacher— llamé al elfo en lo que se me ocurría algo.

— Si ama— respondió al aparecer.

— No dejes que nadie entre a esta habitación— le ordené mientras escondía el guardapelo en mi baúl antes de colocarle varios hechizos protectores—. ¿Me has entendido?

— Si ama— me dijo con tranquilidad.

— Voy a hacer lo que te pidió Regulus, destruiré esa cosa por ti— le dije haciéndolo sonreír antes de desaparecer.

Cuando estuve segura que Kreacher ya no estaba salí de la habitación con prisa, para luego sellarla con los mismos hechizos que puse en mi baúl, no podía dejar que nadie le ponga la mano a esa cosa. Al terminar bajé hacía la habitación de mi hermano para esta vez sin avisarle que salía, para que no se preocupara por mí.

— Sirius— llamé a la puerta antes de abrir, encontrándomelo mirando una foto.

— ¿Llegaron? —preguntó dejando la foto en su mesa de noche, dándome cuenta que era de sus amigos cuando iban a Hogwarts.

— No, pero voy a salir— le respondí haciendo que cambiara la cara de melancolía por una de furia.

— ¿Cómo que salir?, ¿acaso otra vez necesitas sol? —Comenzó a preguntar con sumo sarcasmo—. Porque yo he estado aquí encerrado durante meses y no me he quejado...

— No es para eso— le paré antes de que comenzara a quejarse—. Necesito mandarle un mensaje a Dumbledore.

— Oh, ¿irás a Hogwarts entonces? —preguntó algo triste, seguro creyendo que ya lo dejaría solo de nuevo.

— No, allá está la espía del ministerio si ve que llego corriendo a decirle algo, va a sospechar— respondí con rapidez—. Iré con Severus...—solté haciéndolo enojar aun más.

— ¿No es acaso una excusa para ir con él? —preguntó claramente furioso.

— Joder Sirius, esto es importante— dije molesta con seriedad, haciendo que la furia de mi hermano disminuyera—. He encontrado algo que puede interesarle...

— ¿Cómo encontrarás a Quejicus? —preguntó resignado.

— Iré a su casa, sé donde es...

— Te estarías arriesgando, ¿Quién puede asegurarte de que no te encontraras con algún mortífago allí? —preguntó justo lo que yo pensé.

— Nadie— respondí sin inmutarme—. Pero esto es importante, merece el riesgo...— expliqué antes de él asentir y caminar hacia la puerta.

Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora