Capítulo 8: Fin de curso.

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No podía negarlo, abril había sido uno de los mejores meses que había vivido en mucho tiempo. Me la pasaba todas las noches en la habitación de Sev, y a veces él en las mías, mientras las tardes en la que ninguno tenía nada que hacer, nos la pasábamos hablando en su despacho mientras corregíamos los deberes de nuestros alumnos.

Pero como todo buen comienzo tiene su final, el nuestro llegó...

La mañana del tercer día de la primera semana de mayo, se había anunciado que había atrapado al "asesino" Sirius Black, y que este sería llevado a recibir el beso del dementor esta noche. Lo peor no fue esto, sino que quien lo había entregado había sido Snape.

- ¡¿Por qué demonios lo entregaste?! -grité al entrar a su despacho con el rostro empapado.

- ¿Qué ocurre? -preguntó al parecer sin captar la pregunta.

- Mi hermano, lo entregaste, el único hermano que me queda, y tú lo entregas para que sea besado por dementor- dije sin evitar sollozar.

- Era mi deber, es buscado por el ministerio...-soltó neutralmente sorprendiéndome sus palabras.

- Yo igual, mi cabeza vale más que la de él, y aun así no te veo entregándome a él...-dije secando mi rostro, intentando no volver a llorar delante de él-. Me entregaré a cambio de él, diré la verdad...-solté sin pensar, dando la vuelta para irme, pero antes de llegara a la puerta, sentí como sostenía mi mano desde detrás de mí.

- No te entregues- dijo a mi oído-. Solo buscarás que lo maten a ambos...-soltó casi sonando dolido.

- Prefiero morir que vivir sin familia...-solté con desprecio antes de salir corriendo de allí.

No sabía por dónde empezar, ni por donde terminar. Pero al parecer mi cuerpo sí, porque sin darme cuenta había llegado al frente del despacho de Dumbledore. Y luego de pronunciar "chocolates de limón", las gárgolas se movieron y subí hasta allá.

- Quiero entregarme a cambio de la libertad de mi hermano- le dije a Dumbledore al verlo sentado solo detrás de sus escritorio.

- ¿Sacrificarías tu libertad por tu hermano? -preguntó sin creérselo.

- Hasta mi vida- respondí sin inmutarme.

- No será necesario, ya estoy encargándome de ello...

- ¿Qué? -pregunté sin entenderle.

-Sé que Sirius es inocente- respondió sin esperármelo-. Pero quiero algo a cambio de liberar a tu hermano...-soltó de golpe, mientas notaba que ninguno de directores en los retratos estaba. La conversación que teníamos solo la sabríamos ambos.

- Lo que quiera- respondí sin dudar.

- ¿Qué está dispuesta a darme? -preguntó mirándome con suma curiosidad, por lo que sonreí. Sabía que quería, por lo que suspiré antes de responder.

- Lo dejaré ver mi mente, todos mis recuerdos, todo lo que quiera saber, solo por favor salva a mi hermanito...-supliqué casi a punto de llorar.

- ¿Tanto te importa? -preguntó sorprendido antes de yo asentir y sentarme delante de su escritorio.

- Vea lo que crea necesario...-solté relajándome antes de él verme a los ojos y apuntarme con su varita.

-Legeremens -pronunció antes de entrar a mi mente...

Primero fueron los recuerdos de mi infancia, los cuales pasó rápidamente. Luego la primera vez que vi a Tom. Y los siguientes fueron más importantes. La primera vez que me entregué a él. La primera vez que me dijo que me amaba. Los ocho años de servicios que le di a Tom, torturando y asesinando tanto magos como muggles...

Su "leal" Mortífaga. (Tom Riddle/Voldemort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora