Je t'aime.

2

-Je suis une fille.-repitió ella, riendo al ver que no la comprendían.
Estaban en el hotel y se acercaba la hora de almorzar. Ella jugaba con Landon y Antony.
-No entiendo.-dijo Antony y fingió llorar.
-Il l'homme.-rió, señalando a Landon.- Tu la femme.-dijo luego, apuntando a Antony y rió.- Non.
-Lena, no sé francés. -rió Landon. Le gustaba verla saltar feliz en la cama.
Antony comenzó a hacer que lloraba, otra vez, y ella lo abrazó, haciendo puchero.
-Pardon.-dijo y, aunque lo dijera en francés, ellos entendían. Antony la miró y colocó sus manos en las mejillas de él.- L'homme.
Shawn entró en la habitación y la alejó de Antony, alzándola. Lena miró los tatuajes en su brazo y lo tocó rápidamente, como si fueran a retarla. El joven de veinticinco años, rió y luego la miró con dulzura
-¿Alguien tiene hambre?-Ella levantó su mano al instante y ellos rieron.- ¿Qué quiere comer la señorita?
-A pomme.
-¿Una manzana? Eso de postre.-ella asintió.
-¿Sabes francés? -preguntó Antony.
-Lo suficiente para saber que dijo que Landon era un hombre y vos una mujer.
-¿Me dijiste mujer?-preguntó Antony, fingiendo estar triste.
-Je t'aime.-rió ella y se llevó los dedos a la boca mientras se ocultaba en el pecho de Shawn.
-Dijo que te ama.
-Je mange une pomme rouge.
-Está bien, Lena. Pero solo si dejas de hablar en francés.
Ella hizo puchero y él la miró serio.
-Ça va.-Shawn la miró.- Está bien.
Antony y Landon rieron y los ojos de ella se llenaron de lágrimas mientras se ocultaba en el cuello del de los ojos esmeralda.
-Ustedes dos, están castigados. -dijo él y ella los miró de reojo.
-No hay manzanas para ellos.-dijo ella, secándose las lágrimas.- Son malos.
-¿Por qué? -preguntó Antony, haciendo puchero.
-Porque se ríen de Lena.
-Claro que no.-dijo Landon tomándola en brazos.- ¿Cómo me voy a reír de Lena? Ella es una princesa. No podemos reírnos de las princesas.
-Yo quiero ser como mi papá. -susurró ella.- Él canta. ¿Yo puedo cantar?
-Vos podes hacer todo lo que quieras.
-Mamá no me deja cantar.-dijo y pareció recordar que su madre no estaba allí.- Mamá no va a venir.
Shawn la arrebató de los brazos de Landon y le besó todo el rostro, haciéndola reír.
-Ahora estás con el tío Shawn.
-Si. Tío Shawn. -rió ella.
-Y el tío Antony.
-Y el tío Landon.
-Pero el tío Shawn es tu favorito.
Todos rieron y salieron de ahí, bajando a comer junto con Michael y Jackson.
-¿Quién es tu favorito, Lena?-insistió Antony.
Ella se llevó los dedos a la boca mientras pensaba y entonces rió.
-El tío Jackson.
El de los ojos azules y los cabellos oscuros, la miró al instante, sin entender y los demás se dejaron caer en sus asientos.
-Claro, ahora Jackson es el tío favorito.-masculló Shawn.
-Je t'aime.-dijo ella, mirándolo.
Todos allí se voltearon a verla y la nena frunció el ceño, sin saber qué había hecho mal.
-Aunque Jackson sea tu tío favorito vos sos mi sobrina favorita.-dijo Shawn, tomándola y sentándola en sus piernas.
Michael la miraba finamente y ella lo sabía. La comida llegó y ella comió en silencio. A la hora del postre, Shawn le dio una manzana.
-A pomme rouge.-dijo y ella rió.
Bajó de las piernas de Shawn y fue hacia Landon y Antony. Les convidó de su manzana y terminó sentada junto a Michael. Él la observaba en silencio. Jackson le devolvió su manzana y ella la mordió. Miró al más grande de la banda, de reojo durante unos minutos.
El moreno no podía sacarle los ojos de encima. Mil preguntas rondaban su mente y lo carcomían con lentitud. ¿Por qué Peige la había abandonado allí? ¿Qué había pasado? ¿Cómo es que nunca se enteró? Ahora que tenía una hija, ¿Se animaría o la abandonaría él también?
-¿Queres, papi?-preguntó ella, tendiéndole la manzana.
-Non.-respondió él. Se puso de pie y se fue de la mesa.
Ella dejó la manzana sobre la mesa y miró sus zapatos intentando no llorar. Su mamá tenía razón. Michael no la quería y ella tampoco, por eso se había quedado sola.