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La gira terminó. La última durante un largo tiempo. Los integrantes de Dear Idiot ya no eran cinco jóvenes, habían crecido y su negocio también lo había hecho con ellos.
Tenían una discográfica que dirigir y una gran empresa que mantener en pie. El trabajo era mas que el tiempo disponible que tenían y eso era algo que a la pequeña Lena de ocho años de edad, no hacía feliz.
-Lena, es tu tarea, yo no puedo hacerla.-dijo Shawn y ella dejó que el cuaderno cayera al piso antes de correr arriba.-¡Lena Green, juntá eso!
Pero ella no bajó y Shawn subió las escaleras enojado. Quiso abrir la puerta pero ella había cerrado con seguro.
-Abrí la puerta.-exigió. Lena no respondió y él bajó a buscar su llave.- Sos una caprichosa. No voy a hacer tu tarea. Yo ya fui a la escuela. -dijo a la vez que entraba.
-No te pedí eso.-lloró ella contra su almohada.- Solo quería que me lo leyeras.
-¿No sabes leer?-preguntó enojado.
Lena no respondió. Se levantó de la cama y corrió escaleras abajo para luego salir de la casa. Shawn la siguió lo más rápido que pudo hasta lograr alcanzarla. Estaba asustado. Lena jamás había escapado de casa.
-Dejame.-lloró ella.
-No. Perdón. No quería gritarte.-dijo él, aferrándola con fuerza mientras avanzaba en dirección a la casa.
-Las letras no se ven.-dijo ella.- Solo están un ratito.
-Está bien. Voy a sacar turno con el oculista, ¿Si?-ella asintió.- No vuelvas a irte así. Me asustaste, fille. Te amo. No quiero que llores, te amo.
Antony los vio llegar y frunció el ceño. Lena abrazaba a su padre con fuerza mientras lloraba. Este, a su vez, le besaba el cabello con el aspecto de quien acaba de ver a un fantasma.
-¿Hola? -dijo él. Nadie respondió pero si lo dejaron pasar.- ¿Qué pasa?
-Esperame que duermo a Lena.-dijo Shawn mientras subía la escalera.

-Pero que nena más hermosa.-dijo Simón al verla llegar con sus gafas de grueso marco negro.- ¿Lista para ir a la escuela?
-No quiero ir.-susurró ella.
-¿Por qué, preciosa?-preguntó él, arrodillándose frente a su nieta.
-Van a reírse de mi.
-Te prometo que no va a ser así.
Pero Simón no acertó. Los nenes se burlaron y Lena sólo quería irse de ahí. Esperó a que fueran por ella lo más temprano posible, pero eso no ocurrió. Nadie pasaba por ella. La hicieron entrar y compartir clases con el turno se la tarde mientras llamaban a su casa.
Cuando Shawn llegó a la casa, la encontró durmiendo en la puerta. Suspiró frustrado y la tomó en brazos. Había olvidado pasar por ella.
-Si.-lo escuchó decir Lena.- Voy a decirle a Lena. Sé que va a ponerse muy feliz de ir a esta gira. Va a ser una locura. Me alegro que ella esté lista para una experiencia así. Son nueve años viajando por el mundo. Llevo mucho esperando esta gira. Es nuestro broche de oro.
La nena se sentó en la cama. No quería arruinar eso. No quería que su papá se lo perdiera y, para eso, debía comportarse. Caminó hasta el armario y tomó uno de sus pantalones y buzos anchos. Se dirigió al baño y se preparó la tina.
-¿Lena?-llamó su padre al abrir la puerta. Ella lo miró y sonrió forzosamente.-Hija, perdón.
-Papi, te escuché. -dijo ella, cambiando de tema.- ¿Vamos a viajar por el mundo?¿Otra vez? Yo quiero ir a Australia. Lo estudiamos hoy y la seño nos mostró fotos. ¿Vamos a ir?-preguntó emocionada y Shawn rió.
-Vamos a ir a todos los países. Van a ser nueve años pero vas a conocer todo el mundo.
-Papá, tu trabajo me gusta.-dijo ella.-¿Los tíos van a ir?-él asintió.-¿Y el abuelo?-volvió a asentir.- ¿Y va a haber más como yo?
-No.-susurró y se quedó pensativo.-No va a haber... Ay, nena.
-Está bien, papi.-dijo ella y tocó el agua.-Igual prefiero estar con ustedes. Yo no sé hacer amigos. Todos dicen que soy rara, por eso ya no hablo francés. Ellos se burlan de mi.
-¿Cómo se atreven esos malditos?-preguntó, tomándola en brazos.- Lo que pasa es que no te conocen como nosotros. ¿Sabes cuál es el lado bueno?-ella negó riendo.-Podes decirles cosas y que no te entiendan.
-Papá, eso está mal.-rió ella con ganas.-Sos un tonto.
-¿Soy un tonto?
-Si.
Él fingió llorar y ella se cruzó de brazos y luego se acostó en su pecho.
-Je t'aime.
-Je t'aime, fille.-dijo él y se quedó con ella, bañándola y jugando con el agua, como cuando era apenas una pequeña que había aparecido en uno de sus conciertos.

Je t'aime.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora