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Magda guardaba silencio en el asiento trasero. Lena permanecía en brazos de su padre, sollozando.
-Estoy con vos, fille. No voy a irme.
-Je t'aime.
-Ça va bien?-preguntó él y ella negó.
-Non.
Acarició su espalda en silencio y Magda le tomó la mano.
-No te nos caigas ahora.-susurró.- Mostrale a tu papá que sos tan fuerte como con nosotros.
-Muchos se quedaron ahí. -murmuró Lena.
-Sacaste a once personas, Lena, hiciste más de lo que cualquiera debería poder.
-¿Once?-preguntó Shawn.
-Había tres nenes, debían tener cerca de dos años. Me encontraron y me lo contaron todo.-dijo.- Los dejé con una buena familia que prometió cuidar de ellos.
-No podía dejarlos ahí.
-Tampoco podías generar un alboroto para que ellos se escabulleran. Dimitri me dijo cómo llegaste esa noche. Lena, no podías sacarlos a todos.-susurró.
-Lo intenté.
Shawn besó su frente, orgulloso y asustado de lo que su hija era capaz de hacer por los demás. Ella comenzó a tranquilizarse y pudieron ir a la casa.
-Lena, quiero hablarte.-dijo su padre mientras Lu y Magda hablaban animadamente.
Se fueron aparte y él se arrodilló frente a ella y tomó sus manos, besándolas suavemente.
-Estoy orgulloso de vos.-dijo al fin.- Estoy orgulloso de todo lo que hiciste para mantener a todos a salvo. Estoy feliz y ahora quiero que vos lo estés también. ¿Tengo que bendecir tu unión con Dimitri?-ella asintió.-Está bien. Solo quiero lo mejor para vos. Je t'aime, fille.
-Je t'aime.-respondió ella y lo abrazó con fuerza.-Solo quería encontrarte. A vos y a los tíos.
-Lo sé. -murmuró.- Ahora vamos, confío en que Lu va encontrarte un hermoso vertido.
-¿Puede venir Beth a casa después? Las chicas vamos por un lado y los chicos por el otro.
-Claro que si.-dijo él y se incorporó, besándole la frente.
-A veces,-susurró ella.- a veces...
Shawn la miró pero ella lucía ensimismada así que no dijo nada. Los cuatro subieron al auto y se encaminaron al centro comercial más cercano.

A las siete de la tarde, las tres chicas reían, ya listas, en el piso de arriba mientras sus padres conversaban.
La primera en bajar fue Magda, con los rizos rubios cayendo por la espalda de su vestido rosa suave, corto, de espalda descubierta. Llevaba maquillaje excesivo pero perfectamente arreglado y lucía hermosa. Así era ella, hermosa. Se abrazó a su padre y luego a su madre luego de recibir los cumplidos. Rió y miró la escalera.
-Vamos, Beth.-gritó alegre.
-¿No habías ensayado tu vocabulario? -preguntó la otra, riendo.- No sé si gritar está permitido.
-Quiero ser yo hasta llegar ahí. -rió.
La colorada bajó con un vestido rojo, sobre las rodillas. Llevaba el cabello sujeto a medias y rizado. Unos pequeños colgantes de diamante brillaban en sus orejas y llevaba unos tacos de aguja impresionantes.
-Ya no crezcas.-fingió llorar su padre y ella rió nerviosamente.-Vení acá. Estás hermosa.
-Lo decís porque sos mi papá. -volvió a reír.
-Sabes que no es así. -alagó Magda.
-Vamos. Que la vean a ella. Su papá sigue intrigado porque no le dejamos ver el vestido.
-Si.-concordó Shawn.
Lo primero que vieron de Lena fue su pelo moreno asomarse.
-No me miren.-dijo.-Solo es una escalera.
-Quiero mirarte.-dijo Shawn.
-Papá. -se quejó ella.
-Esperá.-se apresuró a decir y abrió la puerta. Hizo señas a sus amigos para que entraran y guardaran silencio.
Lena bajó en silencio con un hermoso vestido azul hasta el suelo. Lo tomó suavemente por la falda que caía recta, y bajó uno a uno los escalones. Llevaba el pelo semirecogido y parecía continuar en los bordados negros del vestido, que lo cubrían por completo. Se sostenía a su cuello, cubriéndolo. Usaba unas delicada pulseras plateadas que hacían juego con sus aros y broche. Lucía muy poco maquillaje, apenas una sombra sobre sus pestañas y un labial tan pálido que hacía que su rostro pareciera el de una muñeca. Al ver a sus tíos, bajó la vista con suavidad, avergonzada. Su padre se acercó y le tomó la mano, ayudándola a bajar los últimos escalones.
-Estás hermosa.-dijo con un hilo de voz.
-Es que tengo tus ojos.-sonrió ella, mirándolo directamente.
Entonces Michael retrocedió un paso. Era cierto, Lena tenía los ojos de Shawn. Pero, ¿Cómo podía ser si ella no era su hija biológica?

Je t'aime.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora