Alec se encontraba acostado en su cama, con una sonrisa plasmada en su rostro.
Girandose para quedar de lado, cogio la almohada que se encontraba junto a la suya, y aspiro su olor, cerrando los ojos.
Magnus acababa de irse del instituto, no sin antes despedirse de Alec con un dulce beso y dejarle de nuevo la llave de su loft en la mesilla de noche.
El nefilim de ojos azules suspiró, sonrojado al recordar la noche anterior. Miró a su alrededor, encontrandose un coaderno lleno de purpurina.
Lo cogió con una mano temblorosa, dudando en abrirlo o no. Allí se encontraba gran parte de la vida de Magnus, su primer amor, lo que ocurrió en Perú, Camille... y William Herondale.
Alec volvio a suspirar. William Herondale, el misterioso antepasado de Jace.
Will era una de las principales razones por las que se había dirigido a Camille, en busca de alguna información sobre el pasado del Gran Brujo de Brooklin.
El pasado que tenía, en aquel momento al alcance de la mano.
Miró al libro, esta vez con más decisión. Recordó las palabras de Magnus:
Quiero compartir mi vida contigo, y eso significa hoy, mi pasado y todo mi futuro. Si lo quieres. Si me quieres.
Sonrió como el enamorado que era, y abrió, lo que el supuso que eran, Las cronicas de Magnus Bane.
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Magnus entró a su apartamento, y una vez cerrada la puerta, se lanzó al sofá y empezo a bailar una especie de baile raro y exótico. El volver con su amado nefilim lo ponía de buen humor, como podía verse.
Presidente Miau lo miraba extrañado, ya que durante aquellos últimos meses, no había visto a su amo tan contento, nisiquiera un poco contento.
En aquel tiempo en el que estuvo sin Alex, Magnus se pasaba el día tirado en el sofá, con lágrimas en los ojos, mientras observava vibrar a su telefono una y otra vez, sin responder siquiera a las llamadas del nefilim.
Cuando llegaba la noche, miraba las fotos que se habían sacado el y Alec, dandose cuenta de que el ojiazúl solo sonreía cuando lo estaba mirando a él.
Tras aquellos duros meses y con la guerra oscura, Magnus se alegraba profundamente de haber recuperado a Alec. Los dos necesitaban una victoria, y se necesitaban el uno al otro.
El brujo había estado pensando en volver a su extraña "Luna de Miel", y así comentar las memorias que Magnus había escrito sobre si mismo. Estaba decidido a responder cualquier pregunta que el Ligthwood le planteara. No había nada capáz de separarles en aquellos momentos.
Una vez acabada su curiosa exhibición, el brujo obserbo su loft con desaprobación.
Cajas de comida china tiradas de cualquier manera, los libros exparcidos por todos los rincones y... ¡La ropa! ¡Su amada y preciosa ropa, tirada por los suelos! Suelos que no había limpiado desde la ruptura con Alec...
- Presidente Miau, esto hay que limpiarlo antes de que venga el nuevo inquilino. - exclamó, entrecerrando sus ojos de gato.
Presidente Miau maulló en un gesto que Magnus suponía que era de aprobación.
Al ver que su gato estaba de acuerdo, chasqueó sus dedos, y todo volvió a su lugar correspondiente por si solo. El brujo sonrió con aprobación, y fue a retocarse el maquillaje.
Justo cuando Magnus acabó de pintarse los ojos, un sonido proveniente de su movil lo alertó. Era una llamada, y era de Isabelle. La mano le temblaba cuando respondió. Sabia perfectamente lo peligrosa que era ella si alguien la enfadaba.
-Di...Diga
-Magnus!- la potente voz de Izzy hizo temblar hasta a Presidente Miau.
-Izzy, ya se lo que vas a decirme. Crees que no tengo derecho a volver con Alec después de lo mal que lo a pasado por mi culpa. Quiero que sepas que tienes razón, pero que esta vez nada así nos volverá a ocurrir. Amo a tu hermano mas de lo que he amado a nadie en mi larga vida, y...
-Magnus, cállate.- interrumpió la nefilim. -Se que amas a Alec, sé que no le harás nada, me alegro por vosotros, sere madrina en vuestra boda y todo eso...
-¿Entonces, crees que la Clave aceptara una boda entre dos hombres, y uno de ellos subterraneo?- cortó el ojiverde con interés
-Magnus, que te calles mierda!- chilló Isabelle al telefono.
- Escuchame bien. He encontado un vacío legal, y creo que es posible que Simon vuelva a recordar algo de su anterior vida...
-Sí. Yo tambien conozco ese vacío. Izzy, es muy peligroso, y puede salir mal. Puede que Sheldon no nos crea, que no recuerde nada, y no quiero defraudar a Clary... ni a tí.
-Losé, pero... necesito saberlo. Necesito ver si recuerda la guerra, el ser vampiro. Necesito saber si es capáz de recordarme.- la voz de Isabelle se quebró. Magnus se sintió mal derrepente. Pensó que él había recuperado a Alexander, pero que Clary e Izzy habían perdido respectivamente a un amigo y a un novio... o lo que fueran. Aquello lo llevo a pensar en los niños Blackthorne, y en todos los demás afectados por la guerra, como Aline y Helen. Con una sacudida de cabeza, tomo una decisión.
-Bien. Te ayudaré. Se que tú amabas al vampiro, y se lo que significa para Clary. Solo voy a ponerte una condición.
-Magnus, no me vengas ahora con condiciones....
-Izzy, calla y escucha. Lo único que te pido es que no se lo digas a Clary... si esto saliese mal, ella quedaría destrozada.
-Eso esta echo. Gracias otra vez, Magnus. Sé que te cuesta seguir haciendonos favores, aún diendo el novio de Alec.- Magnus sonrió.
-Esto no lo hago por Alec. -y colgó la llamada.
Holaaa! Primer capitulo yay!
Para empezar, perdonadme las faltas ortograficas... las tíldes siempre me han costado lo suyo jeje.
Si teneís alguna queja o duda preguntad, y si tengo alguna falta muy grave decidme, tratare de arreglarla.
Gracias por leer a tod@s, espero que os gustase. Un beso, la autora. (Que bien suena eso!)
