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—Victoria Reynolds—repitió el doctor mirando toda la sala.

—Aquí—se apuró Calum acercándose mirando a Ashton y después a mí.

Miré a Tory quien apretó mi mano y me empujó para que la siguiera detrás de ella. Ashton venía detrás nuestro sin decir nada y yo tampoco tenía muchas ganas de hablar después de su declaración.

—Bien—sonrió el médico mirándonos—. ¿Ustedes son los futuros padres?—preguntó señalándome a mí y a Ashton.

—Padrinos—me adelanté negando.

—Oh, lo siento—miró a Calum y Tory y sonrió—. Entonces futuros padres, acompáñenme.

—¿Ellos pueden entrar cierto?—preguntó un Calum muy nervioso.

El doctor asintió mirándonos.

—Por supuesto. ¿Es la primer ecografía?—Tory negó.

—Pero hoy queremos saber el sexo del bebé—susurró sonriendo mi amiga.

El médico asintió sonriendo.

—Perfecto, siganme.

Entramos al consultorio donde había una camilla, una máquina conectada a la computadora. Tory se acostó en la camilla, Calum parado su lado y Ashton y yo nos acomodamos a los pies de la cama teniendo una vista directa a Tory y a la pantalla.

—¿Lista?—preguntó el médico mirando a la futura madre.

—Eso creo.

—¿Nerviosa?

—Ansiosa.

—Bien, levántate la remera. ¿Sabes el procedimiento?

—Poner el gel y después el aparato—sonrió mi amiga divertida.

—Eso mismo.

El médico hizo todo su procedimiento antes de empezar y en cuanto el aparato tocó la pequeña barriga de mi amiga, el consultorio se llenó de unos rápidos golpes, los rápidos latidos del corazón del bebé. Sentí la presión en mi pecho y sonreí escuchando esos pequeños y acelerados latidos.

—Bien—sonrió el médico—. Por lo que voy viendo, todo está bien. ¿Cuánto llevas?

—Hoy cumplen tres meses.

—Entonces si el bebé no decide esconderse definitivamente podremos saber el sexo.

Podía ver en la pantalla la imagen del pequeño bebé formándose y eso aumentó mi entusiasmo. Era un sentimiento, imposible de describir. Sentía una gran felicidad por ellos y por el nuevo comienzo que les esperaba.

—¿Lou? ¿Estás bien?

Sonreí sintiendo las lágrimas de mis ojos caer por mis mejillas y mi nariz picar.

—Solo...estoy feliz por ustedes y esto me emocionó.

Tory me miró y sonrió.

—Gracias por venir.

Negué divertida.

—Gracias por elegirme como madrina—susurré.

Seguí llorando en silencio mientras el médico les explicaba a Calum y Tory como estaba ubicado el bebé y demás cosas. Tory nunca, en ningún momento, dejó de sonreír. Y Calum jamás soltó la mano de mi amiga mientras que con la otra acariciaba su mejilla y miraba entre intervalos al médico escuchando sus explicaciones, a la pantalla admirando a su hijo y a Tory mirándola enamorado.

Long Way Home |ND5SOS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora