Long Way Home |ND5SOS|

022

—Buen día—sonrió Tory y se acercó para después alejarse—. Nos vamos a ir, y los esperamos en el ante cuarto. Ustedes ponganse ropa, por favor.

Calum se rió mientras salía del cuarto con Tory. Podía sentir mis mejillas tomar calor y mordí mi labio.

—Tu respuesta.

—Ponte ropa—me reí saliendo de la cama.

—Lou...

Sentí su cuerpo desnudo envolverme mientras me abrazaba y escondía su cabeza en mi cuello y lo besaba con cuidado.

—Te amo nena.

Entrelacé mis dedos con los de él y sonreí.

—Te amo Fletcher.

—¿Eso es un sí?

—¿Me estás proponiendo matrimonio?

—Podemos casarnos si tu quieres, yo estaría más que dispuesto a dar el sí.

Logré sentir un gran remolino en mi estómago, como si estuviera en lo alto de una montaña rusa y de repente me largara en picada hacia el suelo. Esa sensación de vértigo, pero que al mismo tiempo es agradable en cierta forma. La presión en el pecho. Me obligue a tomar una respiración y sonreír.

—No te quise asustar, lo siento.

—No lo hiciste—susurré—. Solo me tomó por sorpresa.

Besó mi mejilla y sonrió. Esos hoyuelos, eran hermosos. Al igual que todo él.

—Te amo Ashton.

—Lo sé.

Se dio vuelta y comenzó a vestirse mientras sonreía.

—¿Sabes? Deberías cambiarte también, no creo que resista mucho tiempo más si sigues desnuda.

Me reí negando y comencé a buscar ropa en mi valija.

—¿De dónde sacaste esa ropa?

—Tory dejó la bolsa.

—Oh, no preste atención.

Ashton se rió y entró al baño. Termine de cambiarme y cuando estaba terminando de anudar mis Vans azules Ashton salió del baño.

—Iré con los chicos, no te tardes.

Dejó un último beso en mis labios y salió del cuarto para después yo entrar al baño. Cuando salí a encontrarme con el resto, Tory hablaba con Ashton mientras ella miraba los golpes de la noche anterior. Calum tomó mi mano y me pasó un muffin de arándanos.

—Anda ve, come.

—Gracias Cal.

—De nada cariño, ahora cuentame. ¿Cómo estás?

—Estoy bien.

—Lou...

—¿De qué hablan estos dos?

—No lo sé, empezaron a hablar de cómo estaba Ashton y después fueron bajando la voz.

Hice una mueca y lo miré.

—¿Tú cómo estás?

—Con resaca—sonrió el morocho—. Y cansado, pero bien.

—Eso es bueno.

—Lou, hoy vino a vernos Emily.

—¿Cómo está?

—Ella, se siente muy mal por lo que te dijo George. Nos lo contó todo Lou, por eso te pregunté cómo estabas. No debe ser lindo que le desean a alguien la muerte.