Epílogo.

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6 años después.

—¡Mamá! Tiro mi helado sobre mi ropa.

Suspiré y miré a Thea.

—Ve a cambiarte. Y dile a tu padre que se tiene que ir con los chicos. Por otro lado, Alex, quítate el pijama y cambiate, la abuela vendrá a cambiarte.

—¿Por qué no vas tú?—preguntó Alex.

Thea, había crecido tanto desde su nacimiento que me asustaba. Tenía un cabello largo en forma de pequeños bucles de color castaño claro, ojos azules como los míos y la sonrisa perfecta de Ash junto con sus hoyuelos. Era hermosa, y siempre sonriendo. Excepto cuando su hermano la fastidiaba.

Sí, dos años después quedé embarazada de Alexander. Un niño más bien parecido a mí, con cabello oscuro, ojos color ámbar como los de Ashton y mi sonrisa. En cuanto a sus actitudes, Thea era muy parecida a Ashton. Siempre riendo e hiperactiva. En cambio Alex era tranquilo, aunque siempre con una sonrisa traviesa en sus labios.

Miré a mi hijo y le contesté.

—Es un vieja tradición cariño. No puedo ver a tu padre el día de la boda.

—Pero no lo ves desde anoche, ¿Es por eso?

Asentí y besé su frente.

—También es tradición que lleve algo azul, algo viejo, prestado y nuevo—sonrió Tory entrando con las chicas al cuarto.

—Antes, tengo que esperar a que Anne Marie venga a por los niños.

—Oh, ya está aquí. Le está dando a Ashton el sermón de su vida por no haberse ido ya.

Me reí queriendo salir y ver esa situación.

—Yo llevaré a Alex con Anne—sonrió Skyler tomando la mano de Alex—. Tú empieza a prepararte.

Suspiré nerviosa y asentí. Saqué del armario la gran funda con el vestido y sonreí. Tory gritó a mi lado y reí.

—¡¿Es un Dior?!

Sonreí sintiendo el calor en mis mejillas.

—Nath me lo regaló.

Anne silbó a mi lado.

—Mierda, ¿Cuánto se tuvo que prostituir? ¿O vendió órganos de alguien?

—Mis órganos no fueron.

—¡Emily!—gritamos girando a verla parada en la puerta de mi cuarto.

—Hola bellezas, ¿Aún no te preparaste?

—Recién empezamos—la abracé—. Estaba esperando a que Anne Marie viniera a buscar a los niños.

—Esos niños, ¿Con qué los alimentas? Crecieron un montón.

—La última vez que viniste fue hace dos años, para el segundo cumpleaños de Alex.

—Lo sé, lo siento.

Sonreí y besé su mejilla. Miré a Anne y Tory, Skyler entró al cuarto y cerró la puerta.

—Bien, a prepararse.


—¡Tenemos que irnos!

—Voy a entrar en crisis—susurré y miré a Emily preocupada—. ¿Dónde está Nathaniel?

—Aquí, lo siento, había mucho tránsito y las fans son condenadamente jodidas cuando no te dejan pasar. Vamos, vamos, vamos. Ashton creerá que lo dejaste plantado.

—¡Corran muchachas!—gritó Tory cerrando la puerta de la casa.

Nos subimos a la limusina y en pocos minutos habíamos llegado a la capilla. Las chicas entraron a la capilla esperando a que los chicos se acercaran.

—Wow—sonrió Calum acercándose a Tory—. Estás hermosa Lou.

—Gracias—susurré.

—¿Nerviosa?—se burló Luke.

—Oh, cállate.

Todos se rieron y miré a Nath.

—Vamos, ¿Qué esperan? Ya saben quién sale primero. ¿Dónde está mi ahijada? ¿Thea?

—¡Tío!

—Cariño, tienes que salir primero—sonrió y besó su frente—. ¿Cómo lo planeamos recuerdas?

Asintió y después de besar mi mejilla, Nath la llevó hasta la entrada. El silencio se extendió por toda la capilla y una pequeña melodía comenzó a sonar, señal para que Thea comenzará su camino hacia Ashton. Después le seguiría Alex, portando los anillos y por último las parejas.

Emily, elegida como la madrina decidió hacer su camino sola. Y Nath, sería quién me entregará a Ashton.

—¿Lista?—susurró mi hermano a mi lado sonriendo.

—Lista—sonreí y besé su mejilla.

—Antes, quiero decirte que estoy orgulloso de ti—sonreí tratando de contener las lágrimas—. Hagámoslo entonces.

La melodía cambio por la típica introducción de la novia y respire hondo. Era el momento.


—Puede besar a la novia—sonrió el sacerdote y miré a Ashton.

Su sonrisa, radiante. Sus ojos, esa mirada de adoración, con lágrimas en sus ojos sin dejarlas salir, pero transmitiendo tanto amor como era posible. Su traje se ajustaba a sus músculos de una manera que me volvía loca y podía notar como temblaba levemente por los nervios.

Pasó sus manos por mi cintura y sonrió limpiando una pequeña y traicionera lágrima que se me escapó.

—Te amo Louise Rito.

—Te amo Ashton Irwin.

Y sin perder más tiempo, me besó. Y supe que era ahí, donde quería pasar el resto de mis días. En sus brazos, porque ese era mi hogar. Aunque estuviera en la otra punta del mundo, siempre había sido Ashton. Siempre lo había amado a él.  


EDITADO

Long Way Home |ND5SOS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora