El sonido de nuestros pasos resonaban en la acera mientras caminábamos de regreso a nuestras casas. Aunque estaba haciéndolo lentamente, Trenzas se quedó atrás de mí.
—Emm, esta bufanda —comenzó a decir ella— me ha mantenido cálida, pero... no es algo caro, ¿o sí?
Volteé. No supe a qué quería llegar con eso.
—¿Por qué? ¿Es de mala calidad? —le pregunté, frunciendo un poco el ceño.
—¡N-No es eso! Es sólo que... —agachó su mirada—, es la primera vez que recibo un regalo de un amigo... Por eso me preguntaba si eso estaba bien para ti.
Con razón estaba tan callada. Pero si el regalo fuera de él, seguro ni lo pensaría tanto..... Meneé la cabeza y le di la espalda.
—Está bien. Aparte, también es la primera vez que le doy un regalo a una chica —respondí con indiferencia.
—¿De verdad?
Moví mis dedos dentro de los bolsillos, planeando decirle algo que de pronto formulé en mi mente, pero su celular me lo impidió. Ella lo sacó y miró la pantalla con asombro. Omití una sonrisa sarcástica.
—Me voy a casa —espeté.
—¿Eh?
—Ya no me necesitas, ¿o sí? —le dije de manera brusca—. Nos vemos.
—Ah.... Gracias por la bufanda, ¡buenas noches! —se despidió de mí sin siquiera darse cuenta de mi fría respuesta.
Durante todo el camino, me maldije mil y una veces. Y de paso, también a él. Llegué de tan mal humor a casa que azoté la puerta de la entrada.
—¡Ay, en la....! —sobresaltó Daishi, limpiándose la cara y frotándose los ojos. Estaba en la barra de la cocina con varios papeles desperdigados en ella—. Carajo, Daiki, no me vuelvas a asustar así.
No le tomé importancia a su comentario y saqué un vaso de la alacena, lo llené de agua y tomé más de tres vasos como si no hubiera mañana.
—¿Qué haces aquí? —pregunté antes de beber otro vaso de agua entero.
—Toma con más calma. Ni que al agua le fueran a salir pies —me dijo él mientras se servía café, pero me empezó a olfatear como si fuera perro—. Oye, acaso... ¿bebiste?
Deposité el vaso en el fregadero y me encaminé hacia las escaleras.
—No te preocupes, no caería borracho como cierta persona.
Daishi casi escupe su café y tose, tapándose la boca con una servilleta.
—¡¿Cuándo me has visto borracho?! —me dijo, frunciendo el entrecejo.
—¿Quién dijo que fuiste tú? —mofé y me subí antes de que empezara a decir sus rollos sin sentido.
Al día siguiente, para mi gran y bendita suerte, me encuentro con ese sujeto en el pasillo. Ambos pasamos por nuestro lado. Planeaba ignorarlo, pero me detuve a unos pasos de él y lo llamé. Él se volteó, esperando a que le dijera algo. Sólo lo observé con detenimiento.
—Oye, últimamente me llamas y luego te quedas en silencio. ¿Olvidaste que soy tu maestro? —comentó con cierto enfado.
Hasta aquí llegó mi límite.
Lo tomo desprevenido, agarrándolo de su corbata y jalándolo hacia mí, de la misma manera en la que él lo hizo aquella ocasión en el festival. Eso lo sorprende, pero gradualmente fue relajando su gesto. Me vio como si esa acción ya la hubiera previsto y eso me irritó. Cerré el puño con fuerza. Él apretó su quijada, mas no se movió ni intentó zafarse de mi agarre.
![](https://img.wattpad.com/cover/26208066-288-k801931.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Estrella Fugaz Diurna (Daiki Mamura)
FanfictionDaiki Mamura es un chico bastante extraño a comparación de los demás. No socializa, es serio, frío y se mantiene absorto en su propio mundo. Aparte de que posee un secreto muy vergonzoso. Sin embargo, su pequeño mundo da un giro inesperado al aparec...