Día 24: Rondo Capriccioso.

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Cuando se asignaron los nuevos lugares, realmente no me incomodaba el hecho de que Trenzas dejaría de ser mi compañera de al lado. Pero eso era porque mi relación con ella no era tan cercana como lo es ahora.

Después de aquel abrazo que me aturdió lo suficiente para chocar tres veces con las paredes de mi casa, lo cual Daichi se rió a carcajadas y mi padre se preocupó un poco, intenté con todas mis fuerzas no voltear a verla. Ambos aún estábamos en la última fila y su asiento estaba a uno del mío de lado derecho, sin embargo... las personas que tengo en frente y a mis lados, a todos les gusta el cotilleo. Demonios, no puedo verla con la misma libertad de antes.

—Muy bien, hoy decidiremos qué es lo que vamos a hacer en el festival deportivo —dijo el profesor de nuestra última clase, pidiéndole a alguien que entregue el montón de hojas que traía consigo.

—Oh, ¿ya estamos en esas fechas?

—No recuerdo que fuera en estos días el año pasado...

Mientras todos en el salón comentaban sobre el festival, leí la hoja con pereza. Realmente no tengo ganas de participar, pero como es obligatorio debo escoger al menos dos actividades.

—Que quede claro que no todos los eventos vienen en esa hoja —prosiguió el profesor—. Pongan un círculo en los que ustedes quieran participar y me entregan las hojas, por favor. De igual forma, hay una carrera de relevos en el que los estudiantes de cada año participa y se debe escoger una persona que represente la clase. ¿Alguien desea participar en ello?

El bullicio en el salón aumentó. Nadie levantó la mano, hasta que...

—¡Yo voto a que Mamura participe! —vociferó Sarumaru con alegría.

¿Perdón...?

—Oh, no es mala idea —me dio una palmada en la espalda mi compañero de al lado.

—Participaste el año pasado, ¿o no? —dijo el de enfrente, algo divertido.

—¿Jah? —fruncí el ceño. Había olvidado por completo que esa vez había participado, pero porque la persona que iba a correr se lastimó. Y los demás, o no estaban en condiciones para correr, o iban a participar en otro evento.

—Bueno, también necesitamos voluntarios para que hagan pompones y cintas para la cabeza después de la escuela. Si tienen tiempo, por favor reúnanse en el salón 3-2 —concluyó el profesor al tiempo en el que la campana sonó.

Una vez que regresamos las hojas marcadas en lo que participaríamos, cada uno se fue preparando para irse a casa o a sus usuales actividades del club. Llegué a los casilleros, me cambié los zapatos y esperé a Trenzas mientras escuchaba a indigo la End.

—Ey, ¿quieres que hoy regresemos juntos a casa? —pregunté cuando apareció, extrañado al no ver su mochila en el hombro.

—¡Oh! De hecho tengo cosas que hacer, así que —levantó su brazo e inclinó ligeramente su cabeza—. ¡perdona!

Sin dar más explicación, se alejó hasta mezclarse con los demás. Ella no pertenece a algún club, así que no sé qué es lo que tiene que hacer aún en la escuela. Hice una mueca. En fin.

Mientras salía, los pasos que daba gradualmente se hicieron pequeños hasta detenerme. Las personas seguían pasando como si no existiera. Bajé los audífonos y apagué la música. Miré por sobre mi hombro. Esperaba ver aquella silueta corriendo tras de mí con su alegría contagiosa; algo que claramente no iba a suceder. Apenas habían transcurrido unos minutos, sin embargo sentí algo similar a un pinchazo. Propagándose por mi pecho para después disolverse.

¿Pero qué... me sucede...?

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Al día siguiente, las clases continuaron su curso. Creyendo que ella volvería a estar ocupada hoy, quedé con Sarumaru e Inukai para salir a algún lado. Sin embargo, Trenzas me sorprendió a la hora de salida, pidiendo que nos fuéramos juntos a casa. Aunque sus ojos estaban fijos en el suelo, perdidos en sus pensamientos.

Estrella Fugaz Diurna (Daiki Mamura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora