Día 17: Sentimientos Eclipsados.

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Los rayos de luz se expandían por el cielo como trazos naranjas, azules, morados y rosas, contagiando las nubes con los mismos colores. Observé el paisaje a través de la ventana del salón.

Todos ya se habían ido, dejando el lugar completamente solitario. Deslicé mi mano por su mesa y suspiré con melancolía. De pronto, los brazos de alguien se adueñaron de mi cintura.

Pegó su frente a mi espalda mientras me abrazaba con fuerza. La calidez de ella se distribuyó por mi cuerpo. Al sentir gotas de agua regándose por mi delgada camisa, coloqué mi mano en las suyas, acariciándola levemente. En el instante en que me giré a abrazarla como debía, ella alzó su rostro y movió sus labios; pronunciando algo que extrañamente no escuchaba.

En ese momento, sentí que me había perdido de algo muy importante..........

Cuando mi cabeza chocó contra el suelo, solté una retahíla de maldiciones y me encogí de dolor. Tan fuerte fue el golpe que no logré recordar lo que estaba soñando. Ya no supe si era algo malo o bueno.

A tientas agarré mi celular del buró y, joder, debí dormir por más tiempo. Como sabía que no podría volver a conciliar el sueño, me levanté e hice lo rutinario con calma. Conecté mi ipod a las bocinas y le di reproducir para romper el silencio en mi cuarto. Reí con ironía cuando la canción que salió al azar fue "You're beautiful" de James Blunt.

Hace varias semanas que había visto por última vez a Trenzas y al parecer la música estaba consciente de ello. Pasaron tantas cosas el año pasado... aunque el año no acabó muy bien que digamos. Di un largo suspiro.

Una vez que terminé, me pasé la mano por el cabello para acomodarlo, apagué el reproductor y saqué una bufanda del cajón. Desayuné y me despedí de mi padre y el monstruo. El día estaba nublado y frío, un clima que me incitaba más a regresar a casa y hacer cualquier otra cosa menos ir a clases.

Las personas empezaron a acumularse cada vez más al entrar a la escuela, platicando entre sí y algunos abrazando a los amigos que no habían visto en vacaciones. Actuando como si hubieran pasado siglos de no verse. Exagerados.

—¡Mamura! —volteé al escuchar a alguien llamarme.

—Ey —saludé cuando vi a Nekota y compañía. Y, por supuesto, eso incluía a Trenzas. Pero ella en lugar de contestarme, se quedó viéndome fijamente.

Me llegó el sonido de los engranajes de su cabeza al acercarme a ella.

—Oye, ¿a qué hora vas a despertar? —bromeé para sacarla de sus pensamientos.

—¿Eh? Ah, sí. Buenos días —meneó su cabeza y contestó con energía—. No nos hemos visto desde año nuevo, ¿cuánto te dieron de otoshidama?

Vaya, eso fue rápido.

—Como si te fuera a decir —resoplé.

—Yo recibí 20,000 yenes —agregó ella sin más.

—Ni siquiera te pregunté —fruncí el ceño. Aunque me alivió un poco que todo estuviera bien entre nosotros.

—Oh, bueno. Pues este año también cuida bien de mí —me dice, inclinando un poco su cabeza.

—Igualmente.

La campana sonó y todos, como usualmente hacen, se apresuraron a entrar a su salón. Yo tiré mi mochila al llegar a mi lugar y me senté sin ganas en cuanto vi en el horario que nos tocaba Historia. El profesor no tardó en entrar al salón con la frase que, por alguna razón, todos dicen siempre: "Tomen asiento, la clase va a empezar".

No me digas, Sherlock.

Miré de soslayo a mi aún compañera de al lado. Ella miraba hacia al frente, pero de manera algo diferente a otras ocasiones.... No, he de estar alucinando. Saqué mi audífonos antes de que ese sujeto comenzara a dar su aburrida clase.

Estrella Fugaz Diurna (Daiki Mamura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora