Capítulo 4

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Llegué a casa pero Clara no se estaba,  lo que es un alivio, no la detesto pero su actitud me sofoca demasiado, no sé si exagero o tal vez es porque simplemente no siento nada por ella mas que agradecimiento.

No estoy con ella por interés, la estimo porque es quien ha estado allí para mí,  pero no puedo decir que siento amor hacia ella porque mentiría.

Tomé una ducha y ordené pizza, revisé mi celular y escribí en el grupo de whatsApp que Margareth hizo.

-"Yo aquí... ¿Quién allá?"

-"Todos, pendejo -_- " -Respondió Daniel.

-"¿Puedes dejar de ser tan grosero?" -Escribió Raquel.

-"No, porque no quiero" -Le respondió.

-"Necesito unas vacaciones " -Dije por nota de voz.

-"Recién llegas de unas ¿No? " -me respondió Margareth.

-"Pues las necesito" -Dije riendo.

Pasamos un par de minutos hablando y luego opté por irme a dormir, estaba cansado. En cuanto me dirigí al dormitorio la puerta se abrió y entonces supe que era Clara.

-Buenas noches señor fin de semana -Dijo con perfecta ironía.

-Buenas noches señora berrinche -Le seguí.

Se acercó hasta mí para besarme pero solo la miré.

-¿Qué ocurre?  -Me preguntó.

-Nada... es solo que eres tan rara -No podía dejar de mirarla, sus ojos me transmiten mentiras, mentiras que deseo descubrir.

-¿Rara? ¿Quieres discutir justo ahora?  -Empezaba a enojarse.  -Sabes Peter, pienso que eres un mal agradecido,  pienso que debí dejarte en ese hospital para siempre y que jamás sepas de mí  -me miró fulminante  -Te recuerdo que gracias a mí,  tienes lleno esos vacíos,  gracias a mí estas en el lugar que mereces y que gracias a... -La Interrumpí.

-¿Llenos mis vacíos? -Me reí  -No seas cínica,  sé perfectamente que me mientes,  no sé de que forma y por qué motivo, pero sé que lo haces - Caminé hacia la cocina, había dejado mi celular sobre el mesón.  Este vibraba varias veces.

Clara seguía hablando pero no le presté atención,  mi furia se intensificaba sobre aquellas imágenes que me llegaron, era ella con un tipo y no parecían "solamente amigos".

-"Esto es ella" -Decía aquel mensaje con número desconocido.

La miré con cautela, observando sus expresiones.

-¿Qué ocurre? -Me preguntó algo asustada.

-¿Dónde estuviste hoy? -Le pregunté.

-¿Por qué me preguntas eso? -Me volvió a preguntar.

-Respondeme -Insistí.

-Con una amiga -Dijo.

Su nivel de descaro sobrepasa los límites.

Me lo pensé por unos segundos, y no... no le mostré las fotos y mucho menos le dije lo que acababa de ver.

-Perfecto  -Dije y me dirigí al otro dormitorio.

-¿Qué crees que haces?  -Me preguntó histérica.

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