Caminaba de un lado a otro en la sala, Clara me dijo que estaba por llegar y deseaba saber que quería, debía verla porque estaba decido a dejarle muy en claro que no deseaba absolutamente nada con ella.
El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos y me dispuse a recibirla. Cuando abrí la puerta me encontré a una Clara algo diferente, estaba callada y parecía que había llorado demasiado.
—¿Estás bien? —le pregunté.
Sin decirme nada, entró y se sentó en el mueble, tomé asiento en frente de ella.
—Peter... —odiaba que me llame así—, antes que nada déjame decirte que te amo y que... —la interrumpí.
—Ve al grano, Clara. —fui cortante.
—¿Es tan difícil no tratarme con odio? —llevó su mano a su frente—¿Cómo puedes odiarme así?
—¿Para esto viniste? —a hacerme perder tiempo—¿a formar tus shows ridículos?
—Amor podemos arreglar las cosas. —se dirigió a mí y de inmediato me incorporé.
—no hagas esto tan difícil, entiende que yo no te amo, quizás jamás lo hice, no podría amar a alguien como tú. —la miré fijo a los ojos y ella lloraba.
—¿Hay alguien más? ¿Es eso verdad? —tomó mi barbilla e hizo que la mirara.
—Sí, hay alguien en mi vida, alguien que no se compara en lo absoluto contigo —le dije ya casi gritando, su actitud exaspera a cualquiera.
—Perfecto, vamos a ver si esa persona te dará un hijo como el que te daré. —traté de procesar lo que acababa de decir pero no podía— Así como lo oyes, estoy embarazada.
—No es posible... —dije de inmediato.
Las veces que habíamos tenido relaciones me cuidé, sencillamente no era posible.
—Por supuesto que es posible. —sacó un sobre de su bolso—Ten, allí está la prueba de embarazo, voy para tres semanas —me dijo con una sonrisa triunfante.
Abrí el sobre y efectivamente era una prueba de embarazo.
Positiva...
Llevé mis manos a la cabeza, no me lo creía.
—Siempre usamos protección... —dije más para mí.
—Suelen haber excepciones, querido. —se acercó para darme un beso.
—Espera. —la separé de inmediato— ¡Tú no puedes estar embarazada!
—Pues lo estoy, deberías alegrarte mi amor, seremos esa familia que cualquiera desea... tú, yo, nuestro...
—No lo sé... es que yo... —no sabía que hacer.
—Mírame. —la miré—Peter soy yo, ya no paliemos más, resolvamos todo, aquí no hay mentiras, siempre te he sido transpa...
—¡Cállate y vete! —le dije.
—Peter... —me pidió.
—Si dices que estas embarazada, perfecto, me haré cargo de todo, ahora solo vete, quiero estar solo.
—Pero Peter yo...
-¡Deja de llamarme así maldita sea! —exploté.
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Recuerdos Permanentes
RomanceEn mi mente la nube de recuerdos sigue flotando, lo que aún no puedo saber es que clase de recuerdos son. Sé que tengo un pasado por descubrir, un presente por vivir y mi futuro... bueno, eso depende de mi pasado. (Leer, Aún estás aquí para entender...