Capítulo 12

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PDV JOSS

Cuando llegué a aquella casa de la playa, noté que todo estaba en silencio, caminé muy lento y con cuidado, parecía que nadie se encontraba allí, al llegar a la puerta me fijé que esta estaba abierta y entré.

Una casa muy bien amoblada, todo se veía en perfecto estado, empecé a buscar en las habitaciones, quería encontrar a mi hijo y justo cuando me dirijo a la que parece ser la más grande, la veo, con mi hijo en sus brazos, acariciándolo y meciéndose al compás de la canción que tarareaba.

Al fin llegas —dijo sin mirarme.

Quise acercarme pero me miró de inmediato.

Ni se te ocurra dar un paso más —me advirtió.

Clara, por favor... —le pedí —No lo hagas más difícil.

Acarició la mejilla de Criss, él estaba dormido y lo acostó sobre la cama.

¿Más difícil? —Enarcó una ceja. —Eres tú quien lo ha complicado todo. Se acercó a mí con una pistola en su mano derecha.

Dime que no le has hecho daño. —la miré a los ojos.

¿Por qué no te preocupas de esa misma forma por nuestro hijo? —Su voz sonaba algo ronca, quería llorar.

¿Cómo sabes que no lo hago? —le pregunté.

Porque no lo demuestras, nada de lo que tiene que ver conmigo te importa. —Lloraba.

—¿Por qué me has hecho todo esto? —Intenté que mi voz suene tranquila. Sabes perfectamente que puedo ayudarte, necesitas ayu... —me interrumpió.

No estoy loca —soltó. —Este hijo —llevó la pistola a su vientre —Será la carga entre tú y Charlotte, toda la vida me recordarán al verlo y dudo que su relación crezca. Me miró con odio.

Ahí está tu hijo —me dijo, señalando a Criss con la pistola.

—Ten cuidado —respondí.

Puedes irte, de mí sabrás muy pronto, créeme, pero no pienses que te dejaré en paz, porque si yo no soy feliz tú tampoco lo serás.

Me acerqué a Criss e inmediatamente lo tomé en mis brazos, estaba intacto, no lo había lastimado. Pasé mi mano por su carita y lo atraje un poco más, besé su frente y fue justo en ese momento en donde sentí un gran alivio.

Clara no tienes... —Me volteé para verla pero no estaba.

Salí con cautela de la habitación, llevaba a mi hijo en los brazos y para ella sería muy fácil lastimarme de esta forma.

—¿Clara? —pregunté, pero no había nadie, solo escuché el motor de un auto, observé por la ventana y era ella marchándose.

Caminé muy rápido hacia mi auto y tomé el camino para llegar al departamento.

Introduje las llaves y entré al departamento, no había nadie en la sala, Criss llevaba sus brazos sobre mis hombros y su carita hacia un lado. Me acerqué hasta el dormitorio y escuché a Tavo, estaba hablando con Charl.

¡Dios mío! ¡Criss! —El grito de Charl fue tan rápido y lo bastante fuerte como para despertarlo. Se acercó y lo tomó en sus brazos, empezó a llorar y a besarlo. —Si algo te pasaba... —lloraba.

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