Capítulo 17

83 10 2
                                    

PDV CHARLOTTE

Siento que no puedo seguir llevando esta vida, viajar cada vez que se presente un problema, vivir en medio de preocupación y miedo, a la espera de cualquier golpe por parte de Clara.

Le coloqué a Jossy su gorrito y dejé que jugara con Criss, miré a Tavo que se encontraba con su celular hace ya varios minutos.

¿De verdad crees que me voy a quedar tranquila? —le pregunté. Me miró pero no me respondió solo regresó su mirada al celular.

Respiré hondo y me levanté del sofá, tomé a mis pequeños y me dirigí al dormitorio. Minutos después los contemplaba mientras dormían, eran las veintiún horas y necesitaban dormir.

Iré a dar una vuelta —solté.

¡Charlotte, no soy estúpido! —elevó la voz —, solo te he pedido un poco de calma y tu quieres salir en busca de Joss sin medir consecuencias.

¿Consecuencias? ¡Te recuerdo que estas son las consecuencias de no hacer nada! —subí mi voz a su mismo tono. —Si nadie hace nada, yo si lo haré, no voy a permitir que esa loca me quite nuevamente al hombre que amo.

Tomé las llaves del auto y salí del departamento.

¡Charl espera! —me gritó y golpeó fuertemente mi auto para que no partiera pero lo dejé detrás de mí en cuanto aceleré.

Iba sin rumbo alguno, no sabía absolutamente nada del paradero de Joss, lo único que sabía era que ahora mismo estaba arriesgando no sólo su vida, sino la mía también, pero el amor saca lo mejor y lo peor de todos, así que ni modo.

Salí del auto con llaves y mi billetera en las manos, hacía un poco de frío pero no me importó, seguramente dentro de la cafetería me sentiría mejor, cuando ingresé, me senté lo más lejos posible del resto de personas que se encontraban allí, tomé mi celular y marqué al número de Joss. Sonó tan solo dos veces y luego de eso me llevó al buzón de voz.

Cuando me resigné a no llamar más, tuve una idea mucho mejor, activé el GPS y empecé a establecer la conexión, al principio tuve que intentarlo varias veces porque solo me avisaba "error", hasta que lo logré, en cuanto empecé a visualizar su paradero, salí casi corriendo de ese lugar y me dirigí a mi auto.

Sé que lo que estaba a punto de hacer sería una completa locura, pero no tenía otra opción, antes de prender el auto, tomé el bolso que tenía en el asiento de copiloto, lo revisé y allí estaba el arma con la que tenía previsto defenderme por si algo se salía de control. No fue difícil conseguirla, es de mi padre, mamá siempre le reprochó el simple hecho de que tenga un arma en la casa, pero ahora yo doy las gracias de que no le haya hecho caso y mantenga el arma con él.

Cuando llegué al supuesto lugar en donde se encontraba Joss, sentí un poco de miedo y desconfianza, no sabía si realmente él estaba aquí, la casa tenía muy mal aspecto por fuera, llegué hasta la puerta pero me fijé que no solo esta estaba cerrada, las ventanas también, caminé un poco más hasta llegar a la parte posterior y estaba todo cerrado también, la oscuridad me impedía un poco la visibilidad pero no me importó, busqué la forma de entrar.

Jamás había subido hasta un árbol con otra intención que no sea divertirme, ahora era muy diferente, con mi mano derecha hice presión sobre la rama y con torpeza logré ingresar por la ventana de aquel cuarto, una vez dentro me aseguré de que el arma en mi espalda no vaya a denotar por estar mal colocada, caminé despacio y salí de aquel cuarto, había un olor a cigarrillo por toda la casa, no escuchaba nada, cuando caminé por el pasillo que daba a una escalera para dirigirme a la parte inferior de la casa me percaté de la puerta entreabierta que estaba frente a mí, tomé el arma, tragué saliva y me llené de valor para entrar, la abrí y mi mirada recorrió las escaleras que debía bajar, era un sótano.

Recuerdos PermanentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora