veinte.

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El departamento está completamente solo, justo como Calum prometió. Nuestros dedos están entre lazados mientras caminamos con rumbo a su habitación. Él se detiene y abre la puerta, invitándome a entrar.

Y en el momento en el que doy un paso dentro, no puedo hacer otra cosa más que fruncir el ceño y contener la respiración.

—Mierda –murmura mientras camina rápidamente hacia su cama y recoge lo que parecen ser restos de Subways, pizza y un par de latas de cerveza. —No había entrado aquí en dos días, olvidé que estaba esto en la cama.

—¿Me estás diciendo que eso tiene dos días ahí? –pregunto tratando de ignorar el hecho de que todo en la habitación apesta. Calum me regala una mirada de disculpa y no me queda más que suspirar. —¿Cómo puedes vivir así?

—Es que los últimos días Ashton y yo nos habíamos ido a dormir a la habitación de Michael y Luke –me explica y suspiro mientras comienzo a quitar las sábanas de la cama, encontrándome así con ropa interior masculina que no dudo esté sucia. Calum los levanta rápidamente alejándolos de mi vista y trayendo consigo un aromatizante en spray. —En serio lo siento, Lya.

—Tenía mucho que no me llamabas así –no puedo evitar sonreír mientras lo veo aromatizar la habitación. A pesar de todo lo que ha sucedido, no me puedo acostumbrar al hecho de verlo seguido y de hablar con él.

Hay ocasiones en las que mientras me está hablando, pienso que todo esto es un sueño del cual tarde o temprano despertaré. No puedo creer cómo un día el destino cambió mi mundo completamente, poniendo a Calum en mi vida de una manera que nunca antes había imaginado posible.

Y es en momentos como este, cuando lo veo haciendo cosas completamente comunes, como cualquier otra persona, cuando me doy cuenta que a pesar de la fama y el dinero que rodea su estilo de vida, sigue siendo una persona real. Una persona con momentos buenos y malos, alguien que ríe y llora. Alguien que odia y ama.

—¿Te molesta? –me pregunta con una sonrisa de lado mientras acomoda las sábanas de vuelta en la cama. Yo niego riendo y él me imita. —Eso es genial, porque aunque te molestara no habría dejado de llamarte así.

—Eres un idiota –bromeo, Calum se encoge de hombros.

—A veces. ¿Quieres sentarte? –pregunta mientras acaricia el lugar a su lado. —No muerdo, lo juro.

—Esperaba que mordieras, en realidad –intento bromear y noto sus ojos abrirse con sorpresa mientras una carcajada sale de él.

—Dios, Lydia, ¿en qué momento pasaste de la niñita débil a la que hace bromas con insinuaciones sexuales? –Calum se quita las botas y sube ambos pies a la cama, yo me siento en la orilla bufando.

—En el mismo momento en que tú dejaste de huir de tus fans –el rostro de Calum se torna rojo y lo veo dirigir la mirada hacia sus manos con arrepentimiento, probablemente no debí haber dicho eso. Me reprendo a mí misma mentalmente. —De acuerdo Hood, lo siento, fue un mal chiste.

—No hay motivos para que te disculpes, Lydia, es bueno que me digas cómo te sientes –me dice y lo miro con una ceja arqueada porque eso no sonó como algo que Calum diría. —En la mañana hablé con una persona que me hizo ver que en un principio te traté muy mal y tienes todo el derecho a estar resentida conmigo, no te culparía si me tuvieras rencor por el resto de la vida.

—No te odio –susurro y me sorprendo al escuchar el temblor en mi voz. Mi corazón duele al recordar el primer encuentro en McDonald's. —Es... Complicado, ¿sabes? Los primeros días habían muchísimas cosas sucediendo en mi vida, y que tú huyeras fue la gota que derramó el vaso. Las cosas siguen siendo complicadas para mí pero, creo que me he vuelto más fuerte, a pesar de que hay días en los que siento que nada vale la pena, trato de pensar que después vendrá algo mejor.

Disappointed. »calum h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora