Cuando mis ojos se encuentran con los de Madison, siento mis piernas flaquear por un pequeño instante, pero trato de mantenerme fuerte ante ella. El impulso de correr y abrazarla es fuerte, pero ella no parece estar en la misma situación que yo. Madison simplemente suspira, y entonces su mirada se posa por primera vez en la figura detrás de mí, mientras sus ojos se iluminan y su boca se abre con sorpresa.
—Ni piensas en acercarte a mí –Calum habla de pronto, y sé que se dirige a Madison. Su voz suena tan fría como la primera vez que me habló y envía escalofríos a través de mi espina dorsal. —No me agradas.
—Bueno –replica Madison con el ceño fruncido después de un par de segundos —tú no eres la persona con los mejores modales del planeta, tampoco me caes muy bien.
La tensión en el ambiente es tanta que juro se puede sentir, Madison está dándole a Calum lo que yo reconozco como su "mirada asesina", y a pesar de estar con la espalda hacia Calum, sé que él mira a Madison de una forma muy similar. Respiro profundo, e intento controlar el nerviosismo que se hace cargo de mí.
—¿Para qué me llamaste, Madison? –hablo rompiendo así el incómodo silencio entre los tres. Madison parpadea un par de veces, y entonces su mirada se enfoca en mí.
—Necesitamos hablar, Lydia.
—Pues habla, te escucho –digo, pero veo su cabello rubio moviéndose mientras niega.
—Esperaba que pudiéramos hablar solas, tú y yo nada más –Madison dice, y puedo escuchar a Calum reír muy bajo detrás de mí.
—Yo traje a Lydia a tu casa, y en realidad estábamos a punto de ir a desayunar cuando la llamaste, así que si tuviste el descaro de interrumpir nuestra salida a McDonald's, mínimo deberías tener la decencia de terminar pronto con esto, por tu culpa se nos pasará el horario y no podré comer waffles –me giro completamente sorprendida hacia Calum, y lo veo regalarme una pequeña sonrisa. Si piensa que me está haciendo las cosas más sencillas está muy equivocado, aprecio el hecho de que esté de mi lado, pero hay mucha historia entre Madison y yo que él no entiende.
—Lydia no necesita un guardaespaldas, y menos si ese eres tú, así que agradecería que me dejaras hablar con mi amiga a solas –las palabras de Madison salen demasiado rápido de su boca y el tiempo que me tardo en procesarlas, Calum lo aprovecha para replicar una vez más.
—Ahora sí es tu amiga, ¿no?, el día que ella estuvo en el hospital, ¿dónde estabas tú?
—Calum –susurro aturdida por la situación. Todo da vueltas.
—Pues te recuerdo que la mayoría de los problemas que Lydia ha tenido últimamente son gracias a ti, incluso nuestra última discusión fue por tu culpa.
—Esa discusión fue porque eres una chica egoísta, si sabías que ella estaba pasando por mucha mierda personal, debiste de haberla apoyado –Calum le grita a Madison, y los ojos de ella se llenan instantáneamente de lágrimas. Yo respiro profundo mientras trato de encontrar las palabras correctas. —Pero no lo hiciste, la abandonaste cuando más te necesitaba.
—¿Y no lo hiciste tú también? –Madison susurra con la voz rota, y es entonces cuando comienzo a llorar. Ninguno de los dos me está prestando atención, simplemente están ahí, peleando entre ellos, gritándose el uno al otro. —Yo la abandoné, porque cometí el error de creer que era lo correcto, pero tú, Calum Hood, tú no eres mejor que yo. Tú saliste corriendo cuando ella lo único que necesitaba para componer su día era verte sonreír.
—¡Basta! –grito mientras caigo de rodillas al suelo. Mi cuerpo está temblando y estoy llorando sin poder controlarlo, es horrible, estoy asustada y no sé qué hacer. Mi mente es un abismo negro y el dolor en mi pecho es insoportable. Me siento abrumada. Escucho a Calum gritar mi nombre, pero mis ojos se sienten pesados y sé que en cualquier momento los cerraré, sin que pueda evitarlo.