Antes de tocar la puerta del departamento, escucho un par de voces discutiendo, y me detengo justo donde estoy para escuchar qué está sucediendo. Son Calum y Ashton.
La voz de Calum suena cada vez más y más fuerte, pero es cuando algo cae al piso que me decido a tocar. Las voces guardan silencio, y entonces Ashton aparece ante mí, sus ojos escanean mi rostro y entonces suspira casi imperceptiblemente mientras susurra mi nombre.
—¿Qué está sucediendo, Ashton? –le cuestiono asustada, tratando de calmar el temblor creciente en mi cuerpo.
—¿Lydia? –la voz de Calum dice detrás de Ashton, y noto el dolor y la desesperación. Antes de que yo pueda responder, él aparece ante mí, con los ojos y la cara roja. Él me mira y entonces traga duro, su labio inferior tiembla antes de volver a hablar. —Dime que Ashton está mintiendo, dime que él no dice la verdad –me suplica, mientras empuja a Ashton a un lado y sus manos se apoderan de mi rostro.
—No sé a qué te refieres –le digo, y entonces miro a Ashton para que me explique la situación, y cuando sus ojos se clavan en los míos, entiendo todo. —¿Le dijiste?
—Tenía que hacerlo, lo siento Lydia –Ashton murmura de vuelta con pesar en su voz, entonces me da una mirada de disculpa y sale del departamento cerrando la puerta detrás de él, dejándome a solas con Calum, quien me mira con dolor y decepción.
—¿No pensabas contarme? –susurra y entones una lágrima cae por su mejilla derecha, rompiendo mi corazón. El aire no parece contener el suficiente oxígeno, porque mi pecho comienza a cerrarse y me respiración a volverse pesada. Calum inhala profundo mientras niega, y aprieta su agarre en mi rostro. —Creí en ti, Lydia, ¡creí que confiabas lo suficiente en mí como para contarme algo así!
—Calum, por supuesto que confío en ti –le digo lentamente, pero él se separa para caminar hacia el sofá y dejarse caer ahí.
—Confías en mí pero, ¿no planeabas contarme algo tan importante como esto? –pregunta herido, y siento como si me encajaran algo directamente en el corazón.
—No sé cómo te haya contado Ashton las cosas pero estoy segura de que magnificó el asunto, no es tan grave como parece –intento explicar, pero Calum está desecho y arroja el cojín que tiene a su lado, para después mirarme, y cuando sus ojos se clavan en los míos siento como si me estuviera apuñalando.
—¿Un problema en el corazón no es tan grave para ti, Lydia? –me grita. —Entonces, ¿qué es grave para ti?, ¿un resfriado?, ¿una cortadita en el dedo después de que estabas tratando de cortar tomates?, ¿esa es tu definición de grave?, oh, déjame adivinar –murmura con sarcasmo. —Nuevamente es el idioma, ¿cierto? Grave no significa lo mismo para ustedes los americanos que para nosotros en Australia, debe ser eso.
Camino hacia él rezando para no caer antes de llegar al sofá, y cuando lo tengo frente a mí, extiendo mi mano para tomar la suya, pero él la retira antes de que lo logre y sé que está más furioso que nada. Y todo es mi culpa.
—El corazón tiene cuatro válvulas que regulan el flujo de sangre –comienzo lentamente, pero él no me mira. Sus ojos están clavados en el suelo, y su mandíbula está apretada con fuerza. —Del lado izquierdo hay una válvula llamada "válvula mitral" y su función es que la sangre circule en una sola dirección con dos laminitas, sin embargo una de esas laminas no es del tamaño correcto en mí, y eso hace que la sangre no siga el curso que debe. Suena muy dramático, pero no lo es, confía en mí, por favor –le digo, entonces sus ojos oscuros se clavan en los míos y siento otro dolor en el pecho cuando veo las lágrimas en ellos.
—¿Desde cuándo lo sabes?, ¿por qué no me lo habías contado? –me pregunta con voz dura y respiro profundo antes de responderle. Él se pone de pie, y me siento mal al mirarlo. —¿Por qué Ashton lo sabía y yo no?