—¡Hey, tú, yo te conozco! –Michael dice cuando me ve entrar a la pequeña habitación en la que se encuentra junto a los chicos. —Eres Lydia, ¿cierto? ¡La que se tropezó en el escenario!
—Hmm, sí, soy yo, qué pena –digo y no puedo evitar reír un poco. Es vergonzoso que Michael te recuerde por haber estado a punto de caer en el escenario pero, es peor que ni siquiera te recuerde. —Hola de nuevo chicos.
—Con que pases VIP, ¿no? –Ashton dice y me regala una pequeña sonrisa. Es demasiado lindo para ser verdad. En realidad, todos lo son.
—Bueno, fue un placer haberte conocido Lynn, gracias por asistir al concierto, hasta luego –Calum dice y me toma del brazo para sacarme de la habitación. Rápidamente dirijo mi vista a los chicos y me doy cuenta que todos tienen miradas de confusión en el rostro porque no llevo ni un minuto ahí.
—¿Su nombre no era Lydia? –escucho a Luke preguntar, pero no puedo regresar a responder porque Calum me empuja literalmente al pasillo.
—¡Calum, apenas y logré saludarlos! –reclamo con lágrimas en los ojos. No puedo creer realmente que me esté haciendo esto. Creí que en realidad valoraba a sus fans.
—Agradece que al menos pudiste hablarles, ¿sabes cuántas otras desean lo mismo y no lo tienen? –me pregunta con el ceño fruncido. Al ver que no respondo, Calum niega y comienza a buscar algo en el bolsillo de sus jeans.
—¿Por qué me estás haciendo esto, Calum? –pregunto llorando. Quizás estoy luciendo patética pero no me importa. Me duele el corazón entero y la persona que más me ha inspirado durante los últimos años es la causa de ese dolor.
—Yo no te estoy haciendo nada, no te sientas tan especial –Calum finalmente encuentra lo que buscaba y lleva un cigarro a sus labios para después encenderlo. ¿Cuántas veces en mi vida deseé ver a Calum fumando? Vaya mierda, perdí la cuenta. —Y no sé qué sigues haciendo aquí –murmura y expulsa el humo del cigarro.
—Eres un idiota, ¿te lo habían dicho antes? –le pregunto molesta. Ya me cansé de su horrible actitud, lo amo demasiado pero estoy a nada de mandarlo a la mierda, aunque probablemente no le importe lo que yo haga.
—Si soy tan idiota, ¿qué es lo que sigues haciendo aquí parada conmigo?
—¿Qué es lo que hago? –replico sarcástica. —Me doy cuenta que la persona a la que más especial creí es una auténtica porquería, eso hago Calum.
Calum me mira mientras le da otra calada a su cigarro y a pesar de toda su mierda me duele porque se sigue viendo increíblemente sexy. Odio a las personas que fuman pero, ¿Calum con un cigarro en la boca? Él hace que me convierta en una doble moral de lo peor.
—¿Crees que soy una auténtica porquería? –pregunta y deja escapar una risita burlona. Ahora estoy llorando más, al grado que siento mis ojos doler. Me estoy humillando completamente frente a él, ¿todavía no puede entender el daño que me hace? Yo nunca firmé para esto.
—Sí, lo eres –respondo finalmente y después de darle una última mirada triste a Calum me doy la vuelta para volver a casa.
—Anda niñita, ve y busca a mami para que te abrace mientras lloras –lo escucho decir con molestia y con sus palabras toca un punto sensible en mí. ¿Cuándo fue la última vez que mi mamá me abrazó? Ya no puedo ni recordarlo, pero él obviamente no conoce mi situación familiar. —Nosotros hacemos música para gente que de verdad la sienta, no para niñitas lloronas como tú.
—¡Pues por niñitas lloronas como yo tienes dinero para mantenerte, imbécil! –le grito mientras me enfrento de nuevo a él. —El 90% de las personas que escuchan la música de tu banda, son niñitas como yo, por si no lo sabías, ¿al menos sabes qué edad tengo?
