Madison no me habla, papá me dejó claro que no me va a apoyar con absolutamente nada y a casa de mamá no vuelvo ni aunque me pusieran una pistola en la cabeza. Así que no tengo a dónde ir.
Estoy tratando de no desanimarme, debe haber cosas peores en esta vida.
Mientras camino sin saber exactamente a dónde ir, pienso en todo lo que me ha sucedido en tan solo una semana y no puedo creerlo. Se siente como si hubiesen pasado siglos desde la primera vez que me fui de casa, siglos desde el día en que estaba tranquilamente comiendo una hamburguesa cuando Calum Hood apareció y me rompió el corazón por primera vez.
Cumplí mi sueño y después de eso creí que no había valido la pena. Conocí a cuatro de mis ídolos y después dos de ellos me hicieron sentir mal. Pero, no se puede tener todo en la vida, ¿o sí? Supongo que a pesar de todo lo que he vivido los últimos días, debo ser agradecida.
Una sonrisa melancólica cruza mi rostro cuando paso justo frente al McDonald's donde conocí a Calum. Miro el par de billetes en mi mano y con un encogimiento de hombros, cruzo la calle para entrar al establecimiento.
Mis pies se mueven directo a la caja pero me detengo cuando noto de espaldas a mí una figura conocida. En su mesa hay una libreta y un combo de hamburguesa, refresco y papas fritas. Coloco una mano en mi boca para evitar reír a carcajadas por lo que estoy a punto de hacer.
Me coloco detrás de él aprovechando que está distraído y antes de que me note, coloco mi mano libre en sus ojos y la que estaba en mi boca la llevo hasta su hamburguesa.
—¡Mierda, no! –Calum dice mientras agita las manos como idiota tratando de librarse de mí. No lo soporto más y empiezo a reír a carcajadas, de pronto él se congela en donde está y se queda demasiado tranquilo sin decir nada. Yo retiro mi mano de su cara y me siento frente a él en la mesa mientras muerdo tranquilamente su hamburguesa. Calum abre la boca como si fuera a decir algo, pero termina simplemente negando.
—Hola, tú –le digo con una sonrisa tímida.
—¿"Hola, tú"?, ¿es todo lo que tienes que decir, Lydia?, ¡maldita sea contigo! –me susurra molesto. ¿Qué más quiere que diga?, ¿"lamento haber mordido tu hamburguesa"?.
—Tranquilo amigo, no tienes que demostrar tanta felicidad al verme –el sarcasmo en mi voz está tan presente que hasta se puede respirar en el ambiente. Calum frunce el ceño.
—Saliste huyendo Lydia, ¡te largaste y lo único que me dejaste fue un maldito mensaje con Ashton!, ¡huiste de mí, literalmente! –me reclama y no puedo hacer otra cosa más que poner los ojos en blanco.
—Bueno Hood, ahora ya sabes lo que se siente. Tú hiciste lo mismo alguna vez, en este preciso lugar –le reclamo herida. ¿Quién lo entiende? —Además, no hui de ti, traté de despedirme pero no estabas en casa.
—Había ido a tu casa, Lydia. Una mujer borracha salió y me asusté y regresé al departamento, ahí me encontré con Ashton y me explicó que habías ido a despedirte. Entonces vine aquí a relajarme y escribir –me explica, su voz suena cansada. Entonces, mientras termino de comer la hamburguesa, tomo la libreta que está sobre la mesa. Calum estira inmediatamente la mano para tratar de quitármela, pero soy más rápida que él y comienzo a leer lo que lleva escrito.
"Conocí a una chica,
Sus ojos eran una gris tormenta.
Significó todo para mí,
Pero terminó siendo una perra.
El sentido común dijo "no",
Pero tarde o temprano mi corazón se robó.
Un día sin más la perra se largó,
Y destrozado me dejó".
Leo esas ocho líneas que ni siquiera riman al menos diez veces, sin poder creer lo que el idiota de Calum Hood ha escrito. Siento mis mejillas arder.
Mis ojos se clavan directamente en los suyos mientras trato de hacer un esfuerzo por no golpearlo, sus mejillas están rojas, supongo que con vergüenza y me alegro de que se sienta avergonzado, se lo merece el maldito.
—¿Puedes explicarme qué es lo que acabo de leer? –pregunto lo más tranquila que puedo.
—Una canción –murmura de manera casi inaudible. Tomo una papa frita y la mastico lentamente. Quiero golpear a Calum.
—Una canción, ¿inspirada en quién, Calum?
—¿Qué te hace creer que está inspirada en alguien?, simplemente se me ocurrió y ya –dice el mentiroso de mierda.
—Bueno, espero que nunca saquen a la luz esa canción, porque es lo peor que he leído jamás en la vida –digo y bebo de su refresco.
—¿Puedes dejar de comerte mi comida?
—No –murmuro enojada. —Eres un idiota, imbécil de lo peor.
—Como si tú fueras muy lista –dice poniendo los ojos en blanco. Estoy contando hasta cien para no golpearlo, en serio. —¿Cómo pudiste irte así, Lydia? Me asusté. ¿Sabes por qué vine aquí, exactamente? Porque tenía la esperanza de encontrarte aquí y cuando llegué y vi que no estabas se me rompió el corazón. Así que me senté a comer.
—Y me escribiste una canción de despecho, ¿no?
—No.
—Además, si tan preocupado y asustado estabas, ¿por qué simplemente no llamaste a mi celular? Tienes el número desde hace mucho –Calum me mira fijamente y sus ojos brillan. ¿Cómo puedo estar enojada con él cuando se sonroja de esa manera y me mira tan intensamente? Lo odio tanto, pero lo amo y duele.
—Digamos que no se me ocurrió –dice en una voz tan baja que casi no lo escucho.
—Bueno, eso demuestra quién es más idiota de los dos –digo mientras tomo mi celular para ver la hora.
—No revises Twitter, probablemente tengas más mensajes feos y no vale la pena que los veas –rápidamente dice Calum pero no son mensajes de chicas lo que veo. En la pantalla de bloqueo, aparecen los últimos tweets de 5sos. Entre esos tweets, hay un par de Calum.
Después de leerlos, lo miro nuevamente y no puedo con la cara de perrito atropellado que hay en su rostro.
—Y para colmo, tuviste el descaro de tuitear los lyrics de esa horrible canción –digo, no puedo hacer otra cosa más que reír.
—¡Es una buena canción! –Calum murmura riendo mientras me arrebata las papas fritas.
—¡Es una mala copia de If you can't hang!
—Oh, con razón mientras la escribía se sentía como un déjà vu –él dice y ambos reímos como idiotas. Cuando nos calmamos, el silencio se hace presente entre nosotros. Es extraño cómo después de todo, ambos somos tan cambiantes en cuanto a nuestro sentido del humor. Es él, quien finalmente habla de nuevo. —Lydia, necesitamos hablar.
—Sí, eso creo –susurro confundida con mis propias ideas. —Hay mucho que tenemos que aclarar.
—Vamos a casa –me dice mientras me tiende su mano.
—Ya no vivo más en lo que solía ser mi casa –confieso y Calum me da una mirada de confusión. —Después te explico.
—Entonces volvamos al departamento, ahora mismo le envió un mensaje a Ashton para que se largue de ahí –me dice y mientras asiento me pongo de pie. Él coloca un brazo en mi cintura y besa mi cabeza. —Me importa una mierda si alguien toma fotografías.
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no planeaba actualizar dos veces hoy, pero bue.
probablemente suba el character ask hasta mañana porque son un buen de preguntas, omg, gracias por no ignorarme, jajaja.