En el momento en el que llego a McDonald's decido que lo mejor es mantener mi teléfono apagado para así evitar que esté sonando todo el día con llamadas de mamá. Además, le prometí a Calum que no tomaría fotos y no sé para qué más podría necesitar el celular.
Una camioneta negra se estaciona cerca de mí con las ventanas cerradas y miro mi reloj, son las 2:58, Calum dijo que debía estar aquí a las 3, así que supongo que es la camioneta que él me indicó. Un recuerdo amargo de lo que sucedió hace unos pocos días cruza por mi mente, pero decido ignorarlo.
Abro la puerta de la camioneta sin levantar muchas sospechas y subo, encontrándome con los ojos de Calum evaluándome. Él está usando pantalones deportivos negros y una camiseta verde militar, su cabello está ligeramente despeinado y sus mejillas se notan rojas, pero supongo que es por el clima.
Sin que nadie diga nada, el chofer de la camioneta comienza a conducir.
—Entonces, niña, ¿crees poder moverte rápido con esa ropa? –me pregunta después de unos segundos de incómodo silencio.
—Lydia –le digo firme. Él frunce el ceño.
—¿Qué?
—Mi nombre es Lydia, no "niña" –repito y él ladea la cabeza como si estuviera confundido. Luce como el ser más adorable del mundo cuando frunce el ceño de esa manera, lástima que no lo sea.
—¿En serio?, ¿no eras Lynn?
—No soy "Lynn", y tampoco soy "niña". Soy Lydia y me gusta que me llamen por mi nombre, Calum –murmuro. Para mi sorpresa, el hombre que conduce deja escapar una pequeña risita. Dirijo mi vista hacia él y compruebo que es uno de los guardaespaldas de los chicos. Calum bufa frente a mí.
—No me gusta llamar a las personas de la misma forma que todo el mundo, te diré "Lya", prácticamente recorté tu nombre –me dice y es mi turno para bufar.
—Entonces te diré "Cal" –digo intentando molestarlo, pero él no parece inmutarse.
—No tengo problema alguno con eso, Lya.
El resto del viaje ambos estamos completamente callados, hasta que noto que la camioneta se estaciona en un lugar y Calum baja sin decirme nada. El chofer me mira por el espejo y me regala una pequeña sonrisa.
—Es aquí, deberías de alcanzar a Calum –me informa y asiento agradecida.
No esperaba que Calum me abriera la puerta o cosas así pero, al menos pudo haberme dicho que debía bajar de la camioneta y no quedarme aquí sentada como idiota.
Respiro profundo tratando de contener mi furia y bajo del vehículo, para encontrarme con que estamos en un campo de Gotcha. Una sonrisa lenta atraviesa mi rostro y comprendo por qué Calum me pidió que trajera ropa cómoda. Comienzo a trotar en su dirección para alcanzarlo y cuando lo hago él se detiene.
—Este es uno de mis lugares favoritos, no soy tan malo después de todo, ¿verdad? –Calum murmura y sonríe, no puedo evitar dejar escapar una pequeña risa.
—Sigues siendo un idiota.
Él y yo nos acercamos con un chico que nos entrega todo el equipo necesario para jugar, también nos explica las medidas de seguridad y nos advierte que jamás nos quitemos el equipo. Calum habla con él tranquilamente y el chico no parece reconocerlo como miembro de 5 seconds of summer.
—¿Habías venido antes aquí? –me pregunta y niego. He jugado Gotcha antes, pero siempre son campos sencillos y con equipos casi destrozados. Este lugar parece ser lo suficientemente caro como para ser pagado con al menos el disco de 5sos y tres de los EP's.
—No, pero he jugado en otros lugares.
—Son cuatro equipos más, jugaremos en parejas y el fin es eliminarlos a todos, ¿de acuerdo? No nos hagas perder, Lya –dice y suspiro.
Durante todo el tiempo que ambos estamos jugando, ninguno de los dos habla para otra cosa que no sea dar órdenes en el juego y creo que está bien. Cuando él aceptó salir conmigo, nunca esperé que me preparara una comida romántica o cosas similares, aunque venir a jugar Gotcha tampoco era lo que tenía en mente, pero está bien. Él no se ha portado grosero en todo el día y creo que eso es algo que agradecer.
Solamente queda una pareja además de nosotros y ambos estamos completamente sucios, pero debemos acabar con ellos. Nuestro campo de juego es la réplica de una ciudad en ruinas y hasta el momento hemos logrado salir vivos en ella. Calum se deja caer junto a mí mientras nos escondemos de los demás.
—¿Sigues con vida? –me pregunta con la respiración agitada y sudor cubriendo su cuerpo.
—Sí, ambos seguimos en el juego.
—No –dice y ríe. —Me refiero a que si aún no te ha dado un paro cardiaco o algo así.
—Aún puedo respirar, Calum –le respondo sarcástica, sin embargo mi cuerpo pesa más que nada en el mundo y mis piernas se doblan cada vez un poco más. —Gracias por preocuparte.
—Podemos con ellos, Lya. Distrae a la chica y yo me encargo de su compañero, ¿de acuerdo? –Calum dice y yo asiento, después ambos nos separamos de nuevo.
Corro con la pistola hacia un punto donde me encuentre a la vista para atraer la atención del otro equipo y ellos rápidamente se acercan a mí ignorando el hecho de que estoy sola. Disparo en dirección a la chica dándole en las piernas y ella inmediatamente comienza a dispararme también, atinando tres balas en mis piernas y una en mi brazo izquierdo.
Y de pronto, el compañero de la chica grita.
Calum le ha dado en la espalda.
Y aprovechando la distracción de ella, yo le doy en la careta.
E inmediatamente Calum arroja su pistola al suelo, porque hemos ganado.
Mis piernas tiemblan con cansancio y me dejo caer en el suelo, quitándome al mismo tiempo parte del equipo y comienzo a tomar bocanas profundas de aire. Calum llega a mi lado y me mira con una sonrisa.
—Lo hicimos, creí que te quebrarías a mitad del juego, Lya.
—Jamás, idiota –digo con la voz entrecortada por falta de aire.
—Al menos he podido comprobar que no eres una niña débil –Calum murmura riendo y para mi sorpresa y deleite, me guiña con el ojo izquierdo.
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Hoy estoy de buen humor, así que les recomiendo que no dejen Wattpad en las próximas horas, if you know what I mean *wink*
ps: En México le decimos Gotcha, pero creo que en otros países a ese juego se le conoce como Pintball, idk. Es el de las pistolas de pintura y así:)