La reina Elsa de Arendelle, hermosa como ella sola y malvada como nadie con el corazón hecho hielo. Desde el día de su coronación se ha encargado de propiciar miedo y pánico conquistando reinos y asesinando o esclavizando a cualquiera que se atrevie...
Todo absolutamente todo desvaneció ante mis ojos en tan solo momentos.
- Deja de intentarlo, es inútil. -dijo Kristoff y miré mi muñeca rojiza, estoy seguro que no tarda en cortarme las duras cadenas.
Estamos en el calabozo, aquí nos transportó esa nube de humo que la Tirana de Hielo provocó. Es desagradable y lamentablemente impenetrable.
- Me preocupa Anna. -dije girando la cabeza para verle, su cabello lucía más oscuro, sucio, al igual que el mío.
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- Es la hermana de La Reina de las Nieves, estará bien. - Creo que es la única que podría estar bien.
- Mi mamá, Emma, el reino. - Murmuré con un nudo en la garganta. - Y mi padre congelado, ¿crees que sea reversible?
- No sé, hermano. - contestó con la vista perdida, igual de afectado. Tan solo imaginarme como estará el reino, el horrible sufrimiento que tendrán.- Deja de atormentarte...
- No puedo. -murmuré recargando mi cabeza en la fría piedra del calabozo, ¡Yo soy el príncipe! Yo debía de proteger a mi pueblo, a mi familia y a... mi prometida. ¿Cómo estará ella con todo esto?
- Ustedes dos - gritó un guardia que se nos acercó. - Una reverencia para su alteza real...
No.
- Está bien, no es necesario. - escuché la voz de Anna y una sonrisa de alivio apareció en mi rostro.- Abre. - Le ordenó y así lo hizo. - Libéralos.
- Pero, la Reina...
- La Reina me dejó a cargo de su cuidado, son mi problema, no el tuyo. - El guardia asintió para después obedecerle, Anna entró a abrazarnos a ambos. - ¿Están bien chicos?
- Ahora que estás tú...sí.- respondió Kristoff sin pensar y arquee una ceja mientras ambos se ruborizaban.
- Eh...bueno, c-creo que s-sí jejej... mi hermana dijo que serán nuestros invitados. - comentó nerviosa.
- Menuda anfitriona. - murmuré y me dio un codazo Kristoff. 1) Usurpa mi reino y 2) Me esclaviza dejando aparte que destruyó a mi familia. ¿Qué esperaba que dijera?
- No se preocupen... estarán bien, y ahora déjenme mostrarles sus alcobas.
Nos guío por esa ala del castillo dándonos un mini recorrido al cual no presté atención, se dio cuenta y se giró a verme.
- Oye, sé que todo esto no es fácil pero si hay algo que necesites...
- De hecho sí... - Quiero que tu hermana nos deje en paz. Quiero salir de aquí, quiero regresar con mi familia, a casa. - Quisiera tomar una ducha. -respondí apenas y ella asintió.
-Mira, esas dos son sus cuartos. - señaló las puertas del pasillo, quedaban enfrente pero no tan cerca... diría yo, bastante lejos pues los pasillos aquí son inmensos.
