15... Sin límite

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El peliblanco abrió la puerta haciendo que Elsa que estaba recargada en esta cayera encima de él. Se miraron fijamente, ninguno podía romper el contacto visual, estaban tan cerca que se escuchaba el corazón de Jack latir desenfrenadamente y su respiración jadeante, miró sus labios, nunca había deseado besar los labios de alguna doncella como sucedía con ella, ni siquiera los de su verdadera prometida. Estaba agobiado, no podía estar sintiendo eso por ella.

Se pusieron de pie por iniciativa de la Reina y se volvió un momento incómodo en ambos, no sabían que decir, él estaba todavía sorprendido por la revelación y ella, incómoda por lo que dijo. Se sentó en la cama y miró a la pared.

- Parece que fue mucha tu impresión.- comentó ella.- Supongo que no me mirabas desposada de tu príncipe, siendo tu futura Reina, ¿sabes? Si te soy sincera en algún momento cuando defendiste el baile, creí que tú eras el príncipe, pero ningún príncipe sería como tú.

- Me halaga... - Sonrió apenas, se recargó en el pequeño mueble de madera. - Pero, ¿Por qué con él? - Preguntó pensativo.

 - Pero, ¿Por qué con él? - Preguntó pensativo

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- Mis padres... me utilizaron como mercancía, me vendieron como tal, estaban dispuestos a pagar lo que fuese necesario para comprarme a alguien. Y a los reyes de Overland eso no los hace mejor. Aceptaron y ahora que me temen, lo comprometieron con la hija de Poseidón. Nada más ni nada menos que la basura real marina.

- Pero si ellos realmente se aman...

Se calló de pronto, ahora que comenzaba a dudar realmente de sus emociones.

- Yo veo al amor como una simple atracción, o si no, si realmente es verdadero, lo único que hace es destruirte y dejarte sin nada... bueno sí, te deja con cicatrices que nunca sanan y solo se quedan ahí... como un simple recordatorio...

- ¿Tú ya lo has sentido? - preguntó poniéndose de pie, tomándole de la mano, hincándose a su lado.- Bueno, ama hasta que duela y si duele es buena señal. Sé que por la misma abertura que entra el amor, se cuela el miedo. Lo que quiero decir es que si eres capaz de amar mucho, también vas a sufrir mucho.

- ¿Enserio poeta? Entonces crees que yo también puedo ser amada.

- Estoy completamente seguro de eso.- acarició levemente su mano con ternura.- No tengo la menor duda.

Rio desganada.

- En la vida, es mejor ser odiada por lo que eres que amada por lo que no eres, Jack.

- No, no creo que puedas verlo.

- Ni tu entenderlo... pero, gracias por intentar hacerlo de todas formas.

- No hay de que, siempre estaré para ti... - se fue levantando poco a poco y acarició su mejilla, ella no hizo nada sino que correspondió con el gesto. Pero, se acercó más a ella, tan cerca como antes que había caído sobre él. No reclamó nada, le gustaba su toque cálido, sentir ese tipo de calor de Jack le daba momentos de tranquilidad. Miró sus ojos que brillaban e iluminaban la estancia y reconoció ese brillo. Era igual al de Él ...

"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora