Ataque.

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- ¿Tan pronto han llegado? - sonrió acariciando a la feroz bestia en su regazo. Pitch e Ingrid la miraron sorprendidos. - Es solo un regalo...

- ¿Quién te daría un lobo salvaje como regalo?- preguntó su tía a prudente distancia.

- Unos hombres encantados con mis servicios – le guiñó un ojo y esta rodó los ojos.

- Eres una Reina, sabes que odio que te expreses como una simple prostituta barata.

- ¡Pero si yo no soy barata! Todo lo contrario, mi precio no es para cualquiera– sonrió de manera pícara y Pitch soltó una ligera carcajada.

- ¿Cuál fue tu precio esta vez? – preguntó inspeccionando la habitación, había un olor peculiar que no podría pasarle desapercibido. Elsa mostró la llave con la ceja alzada. - Esos idiotas hicieron bien su trabajo. – desvió la mirada al balcón abierto.

- Me encantaría estar enterada a quién me vendes para la próxima. – sonrió tomando una copa con una mirada asesina pulverizándolo por dentro. – Y bajo qué términos.

- Oh querida, mira el lado bueno de las circunstancias, tu odio por los guardianes ha aumento casi como el que yo les tengo.

- Sigue recordándomelo y lo próximo que cambiaré será tu cabeza.

- Su majestad. – Un guardia llegó interrumpiendo y Elsa sonrió.

- ¿Lo agarraron ya? – se limitó a asentir. - ¿Qué esperan? ¡Tráiganlo ahora mismo, idiotas!

Dos guardias entraron con un hombre cubierto de la cabeza. Elsa se puso de pie y caminó hasta quedar frente a él. Sonrió como cualquier niño con juguete nuevo.

- Oh, esperé tanto para tenerte. –Descubrió su cabeza y sonrió al ver la cabellera pelirroja. –Acá entre nos, me encantan el cabello rojo, como la pasión y... la sangre. Mis más grandes obsesiones.

Sonrió de manera macabra y él tragó en seco.

- Ex-secuaz de Gothel, ¿no es así? Dime algo, esa bruja, ¿Qué es lo que quería cuando te contrató?

- La belleza eterna, no envejecer con la planta del sol...

- ¿Y qué pasó cuando le fallaron?

- El ladrón que huye la derrotó y, se convirtió en el príncipe heredero de Corona y nos perdonó la vida... - murmuró apenas mirando cómo paseaba con malicia a su alrededor. Pitch e Ingrid miraban a Elsa expectante y confundidos.

- ¿Para qué lo quieres? – preguntó su tía pero la mandó a callar.

- Y, estando en deuda sirves a La Alianza de la cual forma parte tu Rey, ¿cierto? Yendo como un maldito traidor delatando a tus camaradas – se acercó y levantó su mentón asustadizo.

- Adelante, habla y veremos si corres con suerte, ¿Qué planea hacer La Alianza? – preguntó Pitch y el hombre tragó en seco. - ¿No hablarás?

Negó asustado, había trabajado con una bruja antes y sabía de lo que son capaces, pero intentaba hacer algo más, estaba arrepentido al tocar fondo y no se rendiría tan fácil. Pitch camino hasta él solo para darle un puñetazo tan fuerte que lo hizo sangrar manchando todo el piso, cayó a este tosiendo y escupiendo.

- Mi turno.

Elsa lo pateó con tanta furia que salió volando al otro lado de la habitación.

- Vamos, vamos, dime lo que quiero escuchar. – se agachó a su altura y le escupió en la cara. Elsa frunció los labios y se limpió tallándose en su rostro en un claro intento de seducción. – No tienes idea de lo que puedo hacerte... pero si me lo dices ahora, puedo hacer que lo disfrutes o que sufras como nunca. Tú decide. – No contestó y ella sonrió de lado. – No sabes cuánto me gustan los retos y más aún, los que intentan pasarse por "héroes". ¡Guardias! Lleven a su hermana al calabozo, sin comida y solo el agua de un esclavo para dos días.

"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora