17... Ablandar

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Bueno, esto se volvió incómodo. Venía solo por su ayuda pero no por sus lamentaciones. Lo acepto, le he dañado demasiado aunque le prometí a mi tía no hacerlo pero, si no era yo cualquier otro lo hubiera podido hacer. Y eso sería peor para todos.

A pesar de que he hecho miles de barbaridades más por alguna razón nunca estuve tan cerca de alguien a quien realmente he dañado y debo aceptarlo, me pase con ella. Es demasiado débil y ahora ya me harté de su miserable llanto, eso me saco por arruinarle toda la vida y quitarle la felicidad, pero ¿acaso es para ponerse a llorar?

Me senté nuevamente, todo me daba vueltas y sentía un enorme ardor. Necesito hablar con Anna lo antes posible. Rapunzel me miró sin decir nada esta vez y se limpió las lágrimas. Me puse de pie fingiendo la mejor sonrisa que pude, siempre he sido convincente en ese aspecto.

- Es momento de irme. -me puse de pie y lo tomé en brazos apretándolo contra mi pecho para simular.

- Espero no volverte a ver pronto...

- Creo que eso no será posible... pero haré el intento.

No le diré que es mi prima, aún no es momento, necesito usar ese as cuando me sea conveniente a mí. Desaparecí con el niño y llegué a mi oscuro y frío palacio deambulando por los largos pasillos para llegar lo más pronto posible a una habitación.

Entré en la primera, era grande como todas y con colores neutrales. Hay muchas habitaciones aquí pero las principales solo son 3 y por petición de Anna tuve que mandar a remodelar la de mis "esclavos" aunque francamente a estas alturas no sé qué son. Lo dejé con cuidado y arropé con la sábana, espero que no pase frío, ya estuvo congelado y no quisiera que se enfermara por lo pronto. Salí evitando toparme con alguien y esperando no haber sido vista.

- Así que es cierto... te estas... ablandando. -escupió las palabras y suspiré. No quería enfrentarme a él tan pronto.

- Nadie está ablandando nada. - Le espeté frustrada.- Y no te permito que me hables así.

- ¿Tienes el descaro de molestarte por esto?

- Por supuesto, que no se te olvide...

- Que no se te olvide que sin mí tú hubieras seguido siendo aquella estúpida niñita encerrada en su habitación.

Lo abofetee, estaba molesta, dolorida y le abrí una herida en la mejilla. No sangraba, nosotros no hacemos eso, pero era bastante profunda.

- No me vuelvas a repetir eso... que tú me necesitas y lo sabes.

- Necesito a la Tirana, no a la "hermana ejemplar" y ni a la "amiga" del guardiancito ¿Dónde quedó ella? Acababas con aldeas y ahora por herir a un mocoso vas con tu primita a que lo salve ¿Qué te está pasando?

Oh Pitch, ¿Cómo responderte lo que yo no sé?

- Eso a ti no te importa en lo absoluto, así que ya vete y regresa cuando tengas algo interesante y no me vengas a sermonear que los dos... estamos hechos de la misma bazofia. -le grité furiosa al lado y me di vuelta dejándolo furioso con la palabra en la boca. Odia eso, pero yo odiaría más estar con él en estos momentos. Azoté la puerta y me dolió, me encorvé, pero no permití que ese simple malestar me interrumpiera.

- ¡Me estoy ablandando! Había dicho estupideces pero no tantas... ¿Yo? ¡La Tirana de Hielo!, las personas tiemblan al solo escuchar mi nombre ¡Y ablandándome!....

- Eso sería muy bueno...

Miré a mi ventana y él subía por esta hasta que se sentó en el filo.

"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora