Capítulo 30

152 6 1
                                    

-No te pierdes ninguna, ¿eh? -me tomó por la cintura y me juntó a él.

-Cállate idiota -me apoderé de sus labios e ingresamos a la habitación con nuestras bocas unidas. Tom cerró la puerta y puso seguro para que nadie nos interrumpiera, y comenzamos a acercarnos hasta la cama envueltos en aquel beso fervoroso.

A ambos nos caía el cabello por los hombros, desordenándonos el aspecto, y nuestros cuerpos húmedos por el agua de la piscina parecían estar más juntos que nunca, mientras caricias descontroladas recorrieran cada parte de nuestras anatomías.

Caímos en la cama, yo sobre él y luego de separarnos por primera vez para respirar, unimos nuestras miradas llenas de emociones. No dijimos nada, no hicimos nada más que mirarnos y fue como si las palabras hubieran salido solas, dejando rastro de cuánto queríamos que aquel momento llegara.

Comenzó a recorrer mi espalda con su manos fuertes, mientras dejaba pequeños besos en todo mi cuello; subiendo y bajando, bajando y subiendo.

Pequeños jadeos comenzaron a abandonar nuestras bocas y nuestras temperaturas corporales parecían perder los estribos. El pelo suelto nos cubría los rostros, camuflándose con las pequeñas gotas de sudor que ya empezaban a salir.

Nos despojamos de las pocas prendas que nos cubrían, y las caricias siguieron y aumentaron, hasta que unimos nuestros cuerpos en su máxima expresión.

Nos movíamos lentamente, haciendo cada momento eterno y único. Jadeando de excitación, consumando después de tantos años nuestro amor. Las sensaciones que recorrían mi cuerpo iban mucho más allá de lo que nos unía en aquel momento. Me sentí en otra dimensión, de una manera inexplicable. Como nunca había sentido con otro hombre... sólo Tom lograba llevarme a ese nivel.

Era impresionante que algunas cosas siguieran igual que antes. Intactas, como si el tiempo no hubiera pasado jamás. Yo era de él y él era mío, como siempre lo fuimos y como lo volvíamos a ser.

De a poco los movimientos comenzaron a acelerarse, cambiamos nuestras posiciones de manera ágil y nos volvimos a unir dependiendo el uno del otro de manera exagerada.

Llegamos al punto máximo cuando ya nuestros cuerpos parecían no tener más fuerzas para seguir, y caímos rendidos uno al lado del otro, cubiertos de una fina capa de sudor y éxtasis, atesorando aquel hermoso encuentro como el primero después de nuestra reconciliación.

Mi cabeza subía y bajaba al ritmo del pecho acelerado de Tom, y él con sus dedos jugaba con mi cabello y con su otra mano, acariciaba delicadamente mi abdomen desnudo.

-Extrañaba esto -susurró -Es como si me fuera a otro mundo -levanté un poco mi cabeza para mirarlo -Eres única Sam... insuperable.

-Jamás imaginé volver a estar así contigo... en los peores momentos, creí incluso que jamás nos volveríamos a ver. Pensé que ya no habría ninguna oportunidad de poder reencontrarnos...

-Cuando volvimos a Alemania fue precisamente para buscarlas, pero las cosas no resultaron como lo teníamos planeado...

-Lo sé -bajó su cara para mirarme y frunció el ceño -David me contó hace un tiempo...

-Es impresionante pensar cómo pasaron las cosas. Quién iba a decir que nuestro reencuentro se fuera a dar porque tú estabas buscando trabajo -asentí nostálgica.

-Es impresionante pensar que fue un reencuentro tan diferente al que me imaginaba -musité -Cuando te vi atravesar esa puerta tan distinto a lo último que había visto de ti y reconocerte enseguida, fue como si me hubieran disparado en la cara. Verlos tan distintos, tan grandes y ahora famosos, fue algo que jamás esperé que pasara.

Thousand OceansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora