Capítulo 59

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-¿Vas a estar toda la noche así?

-¿Así cómo, Kaulitz?

-Ignorándome –el chico pasó a su lado e imitó la acción de la chica, servirse un trago.

-No te ignoro, sólo la paso bien... ¿no era eso lo que querías?

-Claro que sí, pero no es necesario que me hagas la ley del hielo... no me has dirigido ni una sola palabra desde que pasó lo que pasó.

-Simplemente no quiero –comentó cantarina la chica -¿Cuántas veces fueron Tom?

-¿De qué hablas?

-¿Cuántas veces me has cagado con Ria? –la sonrisa que había decorado la cara de Sam durante toda la noche de a poco comenzó a desaparecer, sintiendo que el cuerpo se le desvanecería por el silencio de Tom -¿Ria me dijo la verdad?

-Claro que no, enana.

-Suéltame –movió su brazo para alejarlo y llevó la botella de tequila que tenía a un costado a la boca para darle un gran sorbo que le quemó la garganta y la hizo gemir –No entiendo para qué me dijiste tantas cosas, para qué terminaste lo que tuvieras con ella si vas a hacer esto. Me dijiste cuántas veces que lo que querías era estar conmigo, que lo que sentías por Ria no se comparaba con lo que sentías por mí, que querías que esto funcionara... y después vas y te metes con ella.

-¿Por qué desconfías así de mí?

-¿Y por qué no? –lo encaró con firmeza, manteniendo su tono de voz bajo pero rudo y la os agonizantessalía de su boca, de sus gestos, de sus miradas, eran reales, eran todas genuinas –Me gustaba más cuando no éramos novios, no me tenía que preocupar de nada, no tenía que darle importancia a lo que Ria me decía, pero si ha venido más de dos veces con la misma historia es por algo, ¿no?

-No ha pasado nada Sam, lo que pasó con Ria sólo fue esa vez... no ha pasado nada más ni con ella ni con nadie, te lo juro.

-¿Entonces por qué mierda me dice que sí? –gritó molesta –Me estoy volviendo loca Tom, me estoy volviendo loca. Intento no creerle, intento creer en ti, pero no puedo, simplemente no puedo –sorbió con la nariz y se pasó las manos por la cara para limpiar las lágrimas –Algo no me deja estar tranquila... sé que hay algo –insistió -Si tan sólo me dijeras que estás mejor solo, que no puedes tener una relación sólo conmigo, te entendería, te juro que sí... prefiero eso, que estar dudando todo el tiempo, que estar haciéndome mierda la cabeza injustamente. No puede ser tanta coincidencia... Ria no puede estar tan mal –terminó con un tono muy bajo, esperando en el fondo de su corazón que Tom rompiera esa corazonada de una buena vez. Quería dejar de atormentarse.

-Para mí esto también es difícil... pero he intentado ser el mejor novio posible, estoy intentando no hacer idioteces, pero me cuesta –Sam levantó lentamente su mirada entristecida y llena de desilusión.

Se le paralizó el corazón y el poco aire que había en sus pulmones quedó estancado, queriendo retrasar de alguna manera la respuesta fisiológica que su cuerpo había activado para manifestar su estado emocional.

-Entonces es verdad –murmuró, alejándose un paso del chico –¿Es verdad lo que dijo Ria? –Tom se quedó en silencio, analizando en su cabeza la mejor respuesta y pasado varios segundos agonizantes, asintió.

-Quédate con ella... a mí ya no me busques más.

Destrozada como si le hubieran sacado el corazón del cuerpo, caminó a pasos lentos, que demostraban el impacto que había provocado en ella aquella información, hasta el segundo piso de la casa con una botella de tequila en su mano.

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