Capítulo 03

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Estaba muerta de frío tomando desayuno junto con mis papás. Era temprano aún, cerca de las ocho y media de la mañana.

Lo poco que dormí fue suficiente como para despertarme sola, no sé por qué, pero no tenía más sueño.

Mis papás ya estaban listos, y es que ellos salían todos los días muy temprano… por lo que las horas que pasábamos con ellos eran muy pocas. Si nos levantábamos temprano, podíamos tomar desayuno juntos, si ellos llegaban a la hora de la cena, podíamos cenar juntos y si a veces ellos podían almorzar en la casa y nosotras estábamos ahí… almorzábamos juntos, pero más que eso no nos veíamos.

A veces, cuando con Karlie no teníamos nada que hacer íbamos a verlos a su oficina y pasábamos ese tiempo con ellos… pero tampoco eran muchas veces, sólo cuando no teníamos nada que hacer para la universidad o algún otro panorama.

Ellos solían tener mucho trabajo, ambos eran dueños de dos cadenas de Hoteles conocidos mundialmente, motivo por el cual  también viajaban mucho. Bueno, eso era algo que disfrutábamos más, porque con Karlie podíamos viajar con ellos también y aunque a dónde íbamos no estábamos todo el tiempo con nuestros papás, podíamos aprovechar de conocer las ciudades, recorrerlas, comprar cosas, conocer gente… algo para nada aburrido. Por lo general aquello ocurría en vacaciones o cuando teníamos fines de semana largos en los que no tuviéramos que hacer algo.

A mí en lo personal me encantaba que mis padres estuvieran donde estaban. Gracias al esfuerzo de toda su vida ahora eran grandes personas… tenían todo lo que una persona quisiera tener, pero era ese el motivo por el cual muchas personas tenían una imagen errónea de mí y de Karlie.

Muchas personas creen que porque nuestros padres son una de las personas más ricas de Alemania, nosotras éramos las típicas niñitas mimadas, egoístas, que lo tenían todo con tan solo chistear un dedo. Pero no era así, obviamente mi hermana y yo también queríamos hacer cosas por nuestra cuenta. Tener una carrera, surgir en la vida y quizás ser algún día como nuestros padres. Ambas teníamos que salir adelante por nuestra cuenta, pues nuestros padres no estarían para toda la vida con nosotras, para darnos lo que quisiéramos ni para cuidarnos. Además, como muchos dicen: el dinero no hace la felicidad, y es verdad.

Tenemos todo el dinero que se puede pedir, pero eso no evitó por todas las cosas malas que tuvimos que pasar…

-¿Y qué vas a hacer hoy día Sami? –preguntó mientras tomaba un sorbo de café mi papa.

-Voy a ir a… una discográfica.

-¿Enserio? No me digas que vas a una entrevista de trabajo –siguió mi mamá con esa felicidad que la caracterizaba.

-Bueno, algo así. Anne tiene un tío que trabaja en una discográfica, y le habló de mí, así que a lo mejor pueda conseguir un trabajo.

-¡Qué bueno!

-Si, espero poder conseguirlo, pero no me hago falsas ilusiones.

-¡Qué cosas dices! Eres maestra de maestros Sam… como no te van a contratar –refutó con tono gracioso mi mamá.

-Bueno… no sé si sea tan así.

-¡Hey! Si es así, –agregó mi papá –no te pagamos muchos años de inglés, español, francés e italiano para que digas eso, además te sacaste el pellejo cinco años estudiando en la universidad para esto y tienes que estar orgullosa de ello y ejercer lo mucho que sabes.

-Bien… voy a hacer lo posible –sonreí exageradamente.

-¿Y sabes con quién vas a trabajar? –inquirió mi papá.

-La verdad es que no me acuerdo. –hice un gesto de confusión –Anoche Anne me dijo, pero no me acuerdo del nombre… algo de apellido Just… Lost, no lo sé, pero más rato voy a llamar a Anne para preguntarle de nuevo.

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