Capítulo 09

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-Georg —lo nombró David, mientras se paraba. Lo saludé sólo moviendo los labios, el hizo lo mismo con una sonrisa. Volví a mirar mis manos. Por un momento había pensado que era alguno de los gemelos, por eso lo miré tan asustada. No puedo negar que me relajé al ver a Georg en la puerta.

No puse mucha atención a lo que hablaban ellos dos, pues la conversación era de ellos, no mía con ellos. Yo tenía que pensar algo bueno para decirle a David, quizás decirle que me habían ofrecido un trabajo mejor. No pero no, se suponía que no tenía que buscar excusas para renunciar, sino al revés.

En realidad no se me ocurría nada que decirle. A lo mejor pedirle algo más que hacer que solo servir como traductora o no sé, igual no sería mala idea otra cosa que hacer aparte de traductora. ¡Sí! Eso le diría.

No pasado mucho tiempo, David volvió suspirando y se tiró al sofá como saco de papa. Debía estar cansado.

-Bien, ahora sí, dime.

-Ahm... bien, es que puede que sea mucho. Más que decirte algo es como pedirte algo.

-Pues dímelo, mientras pueda hacerlo todo bien.

-Sabes, estaba pensando que ser traductora es muy poco. No sé, me gustaría hacer más que eso —la miré algo tímida y es que yo no era de pedir cosas así.

-Otras cosas —sonrió.

-Sí, da lo mismo si es con el mismo sueldo... no importa eso, pero no quiero hacer tan poco, ¿me entiendes?

-Claro —miró hacia su escritorio —Tengo un trabajo que te podría buscar, pero puede que no te guste.

-¿Cuál?

-Organizadora —lo miré confundía —Pues mira, hay que organizar tantas cosas para la banda. Eventos, conciertos, entrevistas, conferencias de prensa, reservar los hoteles... en realidad son muchas más cosas. La organizadora que teníamos antes ya no está, pues hace algunos días presentó su renuncia porque está embarazada y yo con los que podemos hacerlo no tenemos el tiempo necesario ni disponemos tampoco de él para hacerlo.

-¿Y no están buscando?

-No, es que como te digo, fue hace poco que renunció. En realidad no había tenido tiempo, pero mira como son las cosas; vienes tú y te ofreces, bueno si es que quieres.

-Por mi feliz... es solo cosa que me expliques bien las cosas que tengo que hacer y lo hago —sonreí convencida. Por una extraña razón me había emocionado la idea de tener que hacer otra cosa a aparte de ser traductora.

-¿Lo quieres? —asentí con una sonrisa de oreja a oreja.

-Perfecto. No sabes el peso que me quitas, y es que ese trabajo lo estaba haciendo yo mientras que encontrábamos a alguien —se incorporó un poco —Mira, podemos arreglar el contrato hoy día y mañana lo vuelves a firmar y bueno, empiezas mañana mismo si puedes.

-Sí, sí puedo —sonreí.

-Perfecto, mañana te explico todo lo que hay que hacer. Te voy a explicar bien todas las cosas que tienes que hacer, porque no es nada de fácil. Vas a ver que no te va a quedar mucho tiempo libre, es más puede que hayan días que no alcances a almorzar o salgas tan tarde que no vas a querer volver —reí ante su explicación.

-Bueno, no creo que no quiera volver más... además me gusta la idea de tener que trabajar todo el día, así me mantengo ocupada y si es todo acá, mejor.

-Sí, es divertido. Bueno, no siempre todo es trabajo. A veces hay que salir a terreno para hacer algunas cosas y es divertido, aunque se pasan muchas rabias; vas a ver que después las cosas te van a dar risa.

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