Capítulo 04

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Los días pasaron muy rápido, pero no se sabía nada del trabajo y yo de a poco me estaba haciendo la idea de que tampoco iba a pasar nada, era algo evidente y yo no iba a esperar a que pasara. Habían pasado exactamente cinco días desde que tuve la “entrevista” con David, pero ni siquiera Anne tenía noticias de eso.

Ya había tomado desayuno, y estaba arreglada en mi habitación. Estaba viendo unas cosas en Internet, buscando algún buen trabajo que incluyera lo que quería, aunque tampoco estaba siendo exigente, no podía serlo, sólo por el hecho de no tener la suficiente experiencia laboral que se requería.

Era lunes, y en mi opinión el día más aburrido de la semana. Había muy pocas cosas que hacer y en la casa siempre me quedaba sola, porque Sam los lunes iba al gimnasio temprano y volvía después de almuerzo. Mis padres, como siempre trabajaban y mis amigos con sus cosas.

Por lo general en las mañanas iba a la oficina de mis papás y estaba con ellos hasta que me cansaba, pero por lo que dejaron dicho tenían una reunión muy importante y yo no iba a hacer que salieran de ahí solo para que estuvieran conmigo.

Pasé alrededor de dos horas en el computador buscando trabajos, pero nada era lo que buscaba.

Sin duda ese sería un año demasiado largo para mí si no encontraba algún trabajo bueno y yo tenía que encontrarlo a como de lugar, tenía que ejercer lo que había estudiado.

Puse la música en el notebook y me fui a acostar.

El día estaba como siempre; nublado, frío y comenzaría a llover. Me gustaban los días así, en general me gustaba el invierno… no era mi estación del año favorita, pero podía vivir con eso.

Solía acostarme en los días así a relajarme… a no hacer nada y despejar mi mente, pero aquella idea de encontrar un trabajo inundaba mi mente. No podía dejar de pensar en ello.

Me levanté de la cama y bajé directo a la cocina. Ahí estaba Laureen cocinando algo al parecer muy rico, porque el olor que había era delicioso.

Me senté en una de las sillas que había alrededor de la cocina y le hice compañía a la mujer que prácticamente nos había visto nacer. Me puse a conversar con ella, y le conté lo que ocurría con el trabajo y lo desanimada que me tenía no encontrar nada.

Ella, como siempre me animó como pudo y sin darme cuenta terminé ayudándola a hacer un rico postre para el almuerzo y nos desocupamos justo a la hora que llegaron mis papás a comer.

Mis papás se pudieron quedar una hora más luego de almuerzo, así que la disfruté con ellos… ya cuando se fueron, volví a subir a mi habitación por primera vez en lo que llevaba de día.

Como no tenía nada que hacer, me acosté a leer un libro que ya había comenzado, pero que ya estaba por terminar. Era grande, de al menos seiscientas páginas, así que podía terminarlo esa tarde si es que no tenía nada que hacer luego.

Estaba realmente entusiasmada leyendo el penúltimo capítulo, cuando el sonido de mi celular me interrumpió. Dejé el libro abierto sobre la cama, y caminé hacia el escritorio para tomar el celular que se movía solo producto de la vibración.

Lo miré para ver quién era la persona que llamaba, pero era un número desconocido. Desbloqueé el celular y seguido contesté para llevarme el teléfono a la oreja.

-¿Aló? –dije con inseguridad.

-Buenas tardes… ¿hablo con Samantha Kummer? –preguntó una mujer del otro lado de la línea.

-Sí, con ella… ¿con quién hablo yo?

-Hola… tú hablas con Elizabeth Calvin –¿y quién era ella? Hice un gesto por la duda, y es que no sabía de donde la podía conocer –Te llamo de Universal Music, Cherry Tree Interscope –no pude evitar sonreír ante su explicación –Hace algunos días viniste por lo del trabajo de traductora, ¿no?

Thousand OceansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora