Capítulo 13

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-David... tengo algo que decirte –solté casi como si fuera un secreto de vida o muerte. David cambió su gesto y arqueó sus cejas, en pocas palabras puso cara de preocupación.

-Dime, soy todo oídos –yo lo miré asintiendo y luego miré mis manos que estaban entrelazadas sobre mi piernas.

-Yo... yo no puedo trabajar con ustedes –lo miré luego de decir eso, su cara cambió a asombro. Nunca me esperé esa reacción.

-¿Por qué no?

-Yo... es que, David... –¡argh! No sabía que decirle, si la verdad o solo mentirle. Ni siquiera lo podía mirar, tenía vergüenza.

-¿Estás bien Sam? –posó una de sus manos en mi hombros, eso me obligó a levantar la mirada casi al instante. Los ojos se me empezaron a llenar de lágrimas y las manos me comenzaron a tiritar.

–David, no es que no me guste el trabajo, me encanta, pero hay algo que no permite que pueda hacerlo.

-Pero no puedes renunciar ahora Sam, ahora que la gira va a comenzar, no puedo encontrar a una traductora y a una organizadora en tan poco tiempo –me dijo en tono de lamento, no parecía enojado, su voz al menos no, pero yo no lo quería mirar.

-Lo sé David, pero yo no puedo trabajar con los Kaulitz –subí la mirada lentamente y él arqueó una ceja.

-¿Por qué no?

-Yo sé que firmé el contrato y que son muchas cosas que tengo que hacer, pero no puedo, te juro que no puedo.

-Sam, no entiendo nada, ¿acaso te hicieron algo?, ¿te faltaron el respeto? –lo miré con vergüenza y negué con la cabeza –¿Entonces? No entiendo que es lo que ocurre.

-No sé cómo decírtelo David, me da vergüenza y hasta puede ser que no me creas.

-Vamos linda, no te conozco de toda la vida, pero sé que no eres mentirosa. Vamos, dímelo –dudé por unos segundos; tenía miedo de su reacción, de si me creería o no. Estaba agobiada de tantas cosas que pasaban por mi mente. No sabía qué camino tomar –Dímelo, confía en mí... ¿alguno de los chicos te dijo o hizo algo?

-No David, no se trata de eso, más bien, es por algo que ocurrió hace algunos años –su cara de confusión ya no podía estar más marcada. Obviamente no entendía nada de lo que decía –Sé que no me vas creer, pero te lo contaré de todas maneras.

-Adelante, te escucho –me refregué un poco la cara y aspiré fuertemente para poder relajar un poco los nervios.

-Antes de que Tokio Hotel existiera, mi gemela y yo éramos muy amigas de los Kaulitz –sus ojos se abrieron mucho –,nos conocíamos desde que nacimos prácticamente... incluso yo fui novia de Tom –David cada vez estaba más sorprendido, pero yo estaba segura que no me creía nada de lo que decía y es que no debe haber sido la primera vez que escuchó a alguna fan con esas fantasías, pero lo que a mí me diferenciaba de ella es que yo no era fan de ellos –Pero ellos se fueron sin decir nada, el día que ellos se fueron de Hamburgo lo hicieron sin decirnos nada, todo estaba planeado pero no nos dijeron nada, sólo nos dejaron dos carta y ni siquiera decían adónde se iban. Perdimos todo contacto, e incluso Gordon y Simone que eran muy amigos de mis papás perdieron contacto con nosotros... nunca más supimos de ellos y yo no tenía idea de que eran parte de Tokio Hotel –algunas lágrimas ya habían salido de mis ojos –Luego de la ida de los gemelos yo y mi hermana sufrimos mucho, fue casi un martirio en realidad, sumado a muchas cosas malas que pasaron después.

-¿Entonces ese día que conociste a la banda en realidad no te fuiste porque tu tío había tenido un accidente? –negué con la cabeza.

-Fue porque me había reencontrado con ellos después de diez años.

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