Capítulo 1

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Capítulo 1

Los días de lluvia siempre eran sus favoritos; esos días cuando las nubes eran completamente blancas como su piel, el sonido de las gotas de agua chocar con las cosas hacían que la sinfonía que desprendía las bocinas de su Ipod contrastaran perfectamente haciendo que su día fuera completamente perfecto.

Lauren no tenía contacto con nadie más que con su madre, su psicologa y algunas visitas navideñas de su padre. Ella nació en Miami pero su enfermedad ''Chediak-Higashi'' provoco que ella y su madre se mudaran a Clinton, Michigan desde la primera semana de nacida.

Si, Lauren tenía problemas con su piel, ella era completamente blanca; sus ojos eran verde esmeralda pero normalmente tenían color gris, su psicóloga decía que era por sus emociones pero Lauren creía que cambiaban con la ropa que usaba, obviamente la conclusión del medico era otra.

Su enfermedad no era simplemente ser albina. Su enfermedad traía con ella un muy lento aprendizaje por lo que era muy inocente para sus 17 años, sus actividades favoritas eran coleccionar monedas que su papá le regalaba cada que la visitaba pero, su pasión sin duda era pintar en lienzo. Cuando su ansiedad le ganaba llenaba de agua 2 galones, los vaciaba lentamente por el desagüe y volvía a llenarlos, podía tardar horas haciendo eso. Lauren tenia suerte de que sus padres estuvieran en una muy buena posición económica que la permitiera hacer lo que ella creía correcto. Su enfermedad también le causaba constante sangrado nasal y convulsiones que por ahora el medicamento que tomaba lo controlaba bien. Gracias al trasplante de médula Ósea que le habían hecho a Lauren hace 3 años había reducido las probabilidades de tener cáncer.

-¿Quieres posponer la sesión de hoy Lauren? -pregunto Alicia mientras cerraba la carpeta donde normalmente escribía lo que Lauren decía o hacia. A Lauren le agradaba Alicia porque su nombre era igual que el de ''Alicia en el paí­s de las Maravillas'' de Lewis Carroll, el primer libro que aprendió a leer.

-Podemos hacer la sesión desde la galería de afuera -contesto Lauren. De verdad le gustaban los días blancos de lluvia, los días blancos eran muy diferentes a los grises con truenos y relámpagos.

-Bien, ahora, ¿Cómo has estado, aun escribes en tu diario? -dijo Alicia acomodándose en la silla de jardín.

-Sí, aun lo hago pero, ya no se de que escribir... me siento igual que siempre. -Lauren se encogió de hombros mientras se recostaba ligeramente sobre sus hombros y la mesa.- no estoy ni bien, ni mal.

-Puedes escribir sobre alguien, o sobre algo. -Hablo Alicia sonriendo- puedes escribir de las personas que ayudan en los quehaceres de la casa o de la lluvia.

Lauren medito durante unos minutos. La señora Sinuhe le agradaba, nunca le habí­a hablado pero de hecho, no hablaba con nadie que limpiaba en su casa, esa mujer siempre le dejaba una galleta extra cuando le llevaba la cena.

-¿Podrías ayudarme a que mamá me deje tener otra tortuga? -pregunto Lauren de golpe. Lauren no podía tener cierto tipo de mascotas por el pelo que desprendían o por los germanes y virus que cargaban.

-Lauren... creo que te hace falta tiempo para encargarte de la vida de otra tortuga -dijo Alicia pero dudo un poco al ver los ojos llenos de esperanza de Lauren- bien, tratare de ayudarte con eso.

Lauren sonrió como una niña, porque ella era una niña aun. Todavía creía en los monstruos que viven debajo de la cama, todavía se ponía nerviosa cuando le preguntaban las tablas de multiplicar, sin mencionar que la primera vez que vino su regla menstrual ella creyó que iba a morir.

Soleado. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora