Soleado. (CAMREN)

Capítulo 6

Capítulo 6

Lauren se levantó de golpe y empezó a buscar a algo en su cama, mejor dicho a alguien. Volteo hacia todo el lugar hasta que escuchó la puerta del baño abrirse.

-Despertaste. -dijo sonriendo Camila.

-Bueno... la primera en dormir fuiste tú -La voz de Lauren era ronca lo que hizo a Camila delirar un poco.- ¿qué hora es? 

-Las 8, duermes mucho sabes?. -Camila se sentó a un lado de la ojiverde. 

-Supongo que son la medicina que tengo que tomar -Lauren se encogió de hombros. 

-¿Quieres estar sola? -preguntó Camila al notar el humor no tan amigable de la chica. Lauren asintió.- bueno, no puedo dejarte sola... me quedare ahí por si necesitas algo.

Camila se sentó frente a la gran ventana y encendió su celular. Lauren la miro confundida unos minutos y después se levanto de la cama y se dirigió a su closet. Lauren podía cambiarse de ropa cinco veces al día, no sabia porqué pero lo hacia. 

-¿Qué haces? -preguntó Camila sonrojada al ver que Lauren se quitaba su gran suéter que era tres veces mas grande que su talla y quedo solo en sostén. 

Lauren se encogió de hombros, su cara no describía ninguna emoción. Entonces, empezó a buscar sus diferentes suéteres y se probo todos y cada uno de ellos, no eran pocos. Camila trato de no poner atención a la niña pero, no pudo evitarlo. Podría decirse que la castaña memorizo todos y cada uno de los lunares de las espalda de Lauren.

Después de eso; Lauren sacó de abajo de su cama una caja de zapatos, de ahí encontró conchas marinas que su padre le había llevado de Miami.  

-¿Podrías ayudarme? -preguntó Lauren a la castaña mostrando la caja. 

-¿Qué harás con ellas?

-Tengo que acomodarlas de manera ordenada. -asintió Lauren lentamente. Camila no lo entendía, no entendía el ''tengo que''.

-Bien... -contestó no tan convencida.- ¿cómo acostumbras acomodarlas? 

-De modo que todas estén con sus semejantes. -Camila iba a empezar a tomar las diferentes conchas marinas cuando Lauren las alejo rápidamente con una sonrisa.- ¿no puedo?

-Escucha... -Lauren tomó el caparazón del caracol más grande y lo puso en el oído de Camila. Lauren sonrió tiernamente al ver como la castaña asentía.- el mar. 

-El mar... -repitió Camila.- ¿Alguna vez has ido al mar? 

-No, pero es bonito... lo he visto en las películas. -Lauren empezaba a colocar las conchas marinas como acostumbraba hacerlo mientras que Camila observaba sus movimientos para después imitarla.- ¿has visitado el mar?

-Algunas veces, sí. -Camila se encogió de hombros; el mar y la playa eran el lugar favorito de Camila pero al recordar el que Lauren nunca lo había visitado la percepción le decía que no divulgara del dichosos lugar. 

-¿Es tan azul cómo... -Lauren se detuvo un momento para pensar en algo característico del color azul, ella diría azul como el cielo pero, los días que eran soleados Lauren podía contarlos con los dedos de una mano.- azul como mis ojos cuando uso suéter azul? 

-No, el color de tus ojos es mejor que el color del mar.  -La cara de Lauren era como un poema, sus labios formaban una sonrisa que era digna de ser pintada. Era la primera vez que alguien le decía cosas lindas y compartía tiempo con ella por lo que sentía una rara combinación de sentimientos.