Después del enfrentamiento decidieron por fin escapar de aquel lugar, mientras el Origen observaba como desaparecían en la oscuridad que él no podía alcanzar esta vez. Y se perdieron de su vista.
Bill se acercó a Lori y se puso detrás, cauteloso, como si esperara que el Origen los atacara por la espalda, como si se hubiera escondido para sorprenderlos después. Se sentía desconfiado aunque disimulaba bastante bien su incomodidad.
Ambas jóvenes permanecían en silencio, manteniendo el paso que Ann imponía, dando pasos largos pero pausados, conteniendo la emoción por salir pronto de aquel averno.
Los tres personajes se internaron poco a poco en la grieta por donde habían emergido, porque preferían volver por aquel agujero que ya conocían y así evitar riesgos innecesarios. Ninguno tenía ánimos de conversar y una débil luz empezaba a mostrarles el camino que todos estuvieron de acuerdo que el Origen se las proporcionaba.
Lori respiraba con dificultad y un leve siseo que provenía de su pecho rompía el silencio. Su apariencia cianótica se hacía cada vez más evidente aun en esa luz débil. El oxígeno que Ann le estaba proporcionando no estaba siendo suficiente y Bill ya podía darse cuenta.
Al salir de la grieta estaban otra vez donde Lori fue encontrada y para su sorpresa la capsula vegetal había desaparecido, solo quedaban un par de luminiscencia que les indicaba la salida.
Bill apuró el paso y se puso frente a ellas, deteniéndolas.
-Muéstrame las manos, Lori –dijo.
Estiró los brazos y dejó ver sus dedos. Bill acercó la luz para observar mejor y se dio cuenta que tenía un débil azul en las uñas. Le miró los ojos y vio la cianosis que comenzaba a aquejarla y que con seguridad retrasaría su regreso. Se volteó hacia Ann pidiéndole explicaciones.
-Hago todo lo que puedo, pero necesito mantenerme en pie también. Estoy utilizando una gran cantidad de energía para sobrevivir –respondió, mientras observaba a Lori con preocupación.
-Tenemos que apresurarnos o ella no va a lograrlo –susurró–. Necesito que mantengas el flujo constante y que no lo disminuyas por ningún motivo, no va a soportar mucho. Si pierde la consciencia estará perdida y tú también –agregó con la mirada furiosa, haciendo a Ann retroceder un par de pasos.
-Voy a hacer lo que pueda –respondió con la mirada baja, pero Bill ya no le ponía atención.
-¿Puedes seguir o necesitas un descanso? –le dijo a Lori y ella respondió asintiendo con la cabeza que debía parar.
-Ann, necesito que recuerdes otra salida, tiene que haber un atajo o algo que nos haga llegar a la superficie con rapidez. Cuando estemos afuera será fácil encontrar la nave y podría ir por un tanque de oxígeno para Lori –le reclamó sin mirarla.
Agitada, movía la cabeza intentando recordar, luego miraba a Bill y trató de tocarlo pero se arrepintió.
-Debo preguntarle a él, yo no recuerdo con exactitud.
Bill resopló y decidió aceptar, porque era la única alternativa de salir rápido, así que Ann, buscó cerca una raíz a la que aferrarse y enrollarla en su mano. Luego cerró los ojos para comunicarse con el Origen. Mientras, Bill ayudaba a Lori a sentarse y a respirar lento, llenando sus pulmones.
-Nos quedaremos aquí hasta que Lori pueda caminar –dijo Bill.
-¡Ya sé cómo salir! –dijo Ann
-Indícame el camino mientras ustedes descansan, iré a explorar, quédate quieta y suminístrale la mayor cantidad de oxígeno.
-Yo la mantendré viva, lo prometo.
Sin dejar de fruncir el ceño, Bill se alejaba con las indicaciones que Ann le había dado.
Escaló un sector rocoso que subía y que luego bajaba unos dos metros hasta llegar a una superficie plana desde donde se podía ver el exterior. Las rocas estaban firmes por lo que no deberían tener problemas para escalar e ir haciendo pausas para que Lori se oxigenara. Luego al bajar a la superficie, deberían ser cautelosos y evitar una caída, porque las rocas se volvían inestables. Bill se dio cuenta que Ann estaba en lo correcto y el Origen cumplía su palabra. El camino era mucho más corto que el que había recorrido, pero más peligroso, sobre todo para Lori. Pensó en su condición y volvió para darles la noticia.
Al llegar vio a Lori mas repuesta y se dio cuenta que Ann seguía cumpliendo su palabra, aunque no le dijo nada, ni le agradeció.
-Ya me siento mejor, puedo continuar de pie a una velocidad moderada.
-El camino no es fácil, hay que trepar, pero creo que lo logaremos. Ann, no te separes de Lori.
Caminaron sin separarse hasta llegar a la zona rocosa. Ahí Bill les dio indicaciones y Ann se puso delante de Lori para ayudarla a subir, mientras Bill la afirmaba y la empujaba cuando era necesario. En el momento en que habían subido las primeras rocas, se dieron cuenta que era más difícil de lo que pensaron y que Lori se había agitado de más con el esfuerzo, por lo que debieron hacer pausas más largas para avanzar y lograr que Ann pudiera volver a oxigenar a Lori sin dificultad. Aun así, Bill se daba cuenta que su amiga volvía a recuperar el tono azulado en sus uñas mientras su respiración entrecortada lo mantenía inquieto, la situación empeoraba para ella a cada segundo.
-Lori, mírame ¿puedes oírme?
Ella lo miraba como si no lo escuchara, estaba quedándose sin aire. Bill se adelantó y la tomó del brazo para arrastrarla hacia el final de rocas, sabiendo que era solo un esfuerzo más para llegar a al sector plano donde podrían descansar. Luego bajó con la esperanza que Lori se decidiera a dar un pequeño salto para caer en sus brazos, pero ella reaccionaba lento y no coordinaba sus movimientos.
-¡Lori salta! –gritaba.
-No puedo –respondía, casi sin voz, sentándose sobre una roca metro y medio más arriba de Bill
-No puedes quedarte sentada, tenemos que salir.
Él sabía que desde donde estaban no sería difícil ir por un traje pero no quería dejar a Lori dentro de la montaña sola con Ann y con el Origen cerca. Quería estar fuera y que Lori pudiera disfrutar de la brisa aunque fuera una tóxica. Y también sabía que no podían quedarse quietos, debían avanzar.
-¡Salta ahora! –repitió, pero esta vez no obtuvo respuesta.
-No puede –dijo Ann- tendremos que bajarla nosotros. Ann puso su mano derecha por detrás de la cintura y con la mano izquierda le agarró el brazo con fuerza para empujarla y saltar al mismo tiempo. Ann se volteó mientras caían dejando que Lori cayera sobre ella. Abajo estaba Bill esperándolas y las ayudó a ponerse de pie. En ningún momento le preguntó a Ann si estaba bien, toda su concentración estaba puesta en Lori. Se puso de pie sola y se sacudió la tierra de la ropa, mientas veía a Bill abrazar a Lori y dejarla con ternura sentada en el piso.
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Renacer
Science FictionLuego de aterrizar en un inexplorado planeta, en donde nunca debió haber vida, Bill y Lori enfrentan una misteriosa desaparición que los llevará a encontrarse con un ser olvidado. Acostumbrados a encontrar inteligencia inferior, ahora sentirán en c...