Habían trabajado juntos a pesar de sus diferencias, y evitaban que el Origen les hiciera difícil el viaje, porque a medida que avanzaban siempre encontraban alguna raíz o escombro que les obstaculizaba el paso. Bill se resistía a interactuar con la chica que odiaba, y siempre la culpaba de todas sus desgracias, además, le hablaba con desprecio a pesar de haber aceptado responder a todas sus preguntas.
Porque tal vez merecía algo de respeto, al tener ciertas similitudes con Lori y una parte de ella también, que involucraba sentimientos, recuerdos y actitudes. Evitaba mirarla, para no compadecerla, porque bien en el fondo también sentía lástima que no quería que saliera a flote. Sabía que sufría en silencio tanto como él, y evitaría sentimentalismos que lo debilitaran, sin embargo, al ser su única compañía, mantener una conversación se hacía inevitable.
Ella quería aprender el comportamiento que debía adoptar si llegaba a mezclarse con los humanos, todo esto si es que Bill por fin la sacaba del planeta. No comprendía las relaciones humanas, y solo tenía cierta noción de cómo proceder una vez lograra infiltrarse en la tierra. Pero sobre sentimientos nada, seguramente porque el Origen tampoco sabía sobre ello o no tenía idea de cómo interpretarlo. Intentaba descubrirlo a medida que avanzaba, pero el único modelo a seguir era Bill, que se comportaba amargado y hostil, así que no era de mucha ayuda.
Ya le había preguntado por qué era tan importante Lori, y pese a que lo tomó por sorpresa le contestó.
—Nosotros los humanos creamos lazos con otros humanos. Esto toma tiempo, Lori y yo los hemos creado. Llega un punto en que empiezas a preocuparte por el otro, que no le suceda nada malo y cuando ese lazo se hace más fuerte haces lo que sea por esa otra persona, incluso algunos dan la vida.
Lo observó quieta e intentó entender a que se refería, pasado un tiempo corto lo logró. Tenía una inteligencia bastante superior a un humano promedio, pero las complejidades de los sentimientos la confundían un poco y se cuestionó si alguna vez ella podría llegar a sentir algo como eso, y si acaso sería por otro humano u otra criatura.
—¿Crees que los demás humanos se den cuenta que no soy lo que creen? –dijo e hizo que Bill levantara la cabeza para mirarla. Su rostro marcaba una clara expresión de angustia que lo entristeció, y lo hizo cuestionarse el no querer llevársela.
—Me engañaste en un principio ¿Eso responde a tu pregunta?
Miró al suelo pensativa y recordó su primer encuentro cuando ni siquiera tenía claro su propósito, y que no fue hasta la cima de la montaña cuando pudo ver lo que era en realidad.
—Cuando te vi por primera vez... — dijo Bill pero no terminó la frase. La escudriñó sin saber como continuar
—Yo también pensé que era ella –agregó la chica sollozando—. Cuando oí tu voz realmente lo creí. No sé qué tan grande es lo que compartimos.
Bill recordó cuando la encontró y como se había comportado, pensó y la analizó, y supo que decía la verdad. Supo que en un principio fue confuso para ambos, que mucho de Lori había en ella y que cada vez se hacía más lejana y desaparecían las similitudes. Incluso pensó que tal vez la conciencia de la propia Lori podría ser transferida a otro lugar y solo encontraría un cuerpo vacío cuando llegaran.
—¿Cuándo te diste cuenta que no eras Lori, y que eras una copia? –dijo con el ceño fruncido, lleno de preguntas, sin mirarla mientras hacía dibujitos en la tierra con la mano.
—Cuando subí a la montaña, y sentí las raíces supe quién era y que debía hacer, se me transfirió la información que faltaba, pero la interrumpiste cuando me fuiste a buscar.
—¡Yo no te busqué a ti! –dijo alterado, esta vez la miró a los ojos y se puso de pie— buscaba a mi amiga, a mi hermana, a la chica con la que he compartido mi vida. Nunca te llamé a ti. Que hayas aparecido en mi camino es distinto.
—¡Lo siento, yo no pedí esto! –exclamó, se miró las manos y luego miró a Bill—. Me crearon para preservar mi especie.
—¿Tu especie? Tú eres un invento, una mezcla rara, una cosa. Eres nada.
—Soy alguien –reclamó— soy parte humana. Soy una parte, como tú.
—No lo eres, eres una extensión de una planta inteligente. No eres humana aunque pienses como una. Jamás podrás mezclarte con nosotros.
Se quedó callada y lo miró sin pestañear. Sabía muy dentro, al escarbar en sus recuerdos, en los de Lori, que no podría seguir con la discusión porque Bill, testarudo y arrogante no se lo permitiría y solo perdería el tiempo. Sentía rabia, una furia interna que intentaba controlar pero se desbordaba. Quería golpearlo y empuño sus manos, convencerlo de quien era, hacerle entender que merecía respeto y sabía que era lo que Lori le hubiese dicho.
—Toda vida merece respeto.
La miró extrañado, y recordó que eran las palabras de Lori que brotaban de su boca. Cerró los ojos y se pasó las manos por la cara y se dio cuenta que quisiera o no, Lori seguía viva en esta criatura. Sabía que si ella corría peligro, su amiga lo haría también. Se dio cuenta que no podía cometer errores y se arrepintió de ser tan duro. Suavizó el tono de voz y relajó los músculos de la cara.
—Lo siento –dijo, aunque no era un arrepentimiento real—. Siento hablarte así, estoy nervioso y asustado. Necesito llegar a Lori y creo que estamos lejos todavía. No quise hablarte mal. Sé que es difícil de comprender, pero tenerte cerca me confunde y me molesta.
—Me culpas todo el tiempo. Y debes entender tú también que esto para mí también es extraño. Desperté hace un par de horas y toda esta información es absurda. No puedo diferenciar lo que soy, de lo que es ella. Ni siquiera sé si somos seres apartes o dos partes de uno solo.
—Si realmente eres alguien –dijo con ironía, que esperó no comprendiera— necesitas un nombre ¿No crees?
—¿Un nombre? Para qué.
—Para ti –agregó— Lori tiene un segundo nombre, quizá te sentaría bien llevarlo. Al fin y al cabo eres una parte de ella.
—¿Estás seguro que eso quieres?, ¿No me vas a odiar más? Creo que ya he tenido suficiente de tu odio en este viaje
Con estas palabras logró lo impensado, una sonrisa de Bill. No una burlesca, sino una amistosa y amable.
—Ann será tu nombre. Porque ella se llama Lori Ann.
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Renacer
Science FictionLuego de aterrizar en un inexplorado planeta, en donde nunca debió haber vida, Bill y Lori enfrentan una misteriosa desaparición que los llevará a encontrarse con un ser olvidado. Acostumbrados a encontrar inteligencia inferior, ahora sentirán en c...