—Voy a sacarte de aquí, pero dime donde está.
—Ya no está aquí —dijo, e hizo un circulo imaginario con el dedo. Se encogió de hombros en un gesto arrogante para burlarse de Bill, mientras una pequeña risita emergía de sus labios. Él no dijo nada, porque se sintió en desventaja y se tragó su orgullo para agregar:
—¿De qué hablas? —. Se acercó a Lori enfurecido. Le apretó el cuello con ambas manos y ella solo se limitó a sonreír, esto hizo que Bill la soltara. Luego de esto cambio el gesto a uno de infinita tristeza y preguntó.
—¿De veras me sacarías de aquí?
Lo miró y le suplicó con la mirada pero él se alejó y le dio la espalda. Se sentía tan enojado y tan triste a la vez que no supo que responder. La necesitaba para salvar a Lori, a la verdadera, y ella era la única garantía para encontrarla.
La chica suspiró ruidosamente para llamar su atención sin tener intenciones de hablar otra vez, sin embargo, se dio cuenta que tendría que poner de su parte si quería conseguir su cometido.
—Soy una réplica, no un clon porque no tengo su ADN. Tal vez hasta ya te diste cuenta —dijo, y apuntó el trabajo que Bill todavía no concluía—. Tu amiga desapareció hace días y de ella me crearon. Me necesitan para que salga del planeta y colonice otros mundos, así ellos seguirán viviendo.
—¿Quienes? Por qué la usan para engañarme.
—No es solo eso, la usan para alimentarse.
Bill dio un alarido y tomó a la falsa Lori por los hombros. Se le vinieron a la mente muchas maneras de alimentarse, pero la más predominante fue la de una criatura salvaje de enormes dientes que devoraba a su amiga de la manera menos delicada. Ella advirtió lo que pensó y le explicó como pudo que no era lo que se imaginaba, y que solo era absorbida su energía con lentitud, como si fuera una batería.
—Llévame y juro que te sacaré de este maldito planeta.
—No es tan fácil, tal vez no pueda volver al lugar de donde salí.
—¿Como que no puedes? Eres uno de ellos.
—Me encomendaron una misión. Si vuelvo creerán que he fallado y tu amiga correrá el mismo peligro que yo.
—No me importa, juro que te protegeré, pero llévame. Tengo que salvarla, soy su única familia.
Ya estaba desesperado y su voz temblaba, sabía que haría todo lo posible para recuperar a Lori, y sabía también que no se llevaría nada más con él, ni arriesgaría la vida de nadie al dejar que Gal. Corp. explotara con libertad el planeta, por eso pensó que lo mejor sería que esa criatura que estaba delante de él no supiera nada.
—Te juro que te sacaré, pero la quiero conmigo. Supongo que habrá alguien con quien comunicarse y decirle lo que vamos a hacer.
—¿Vas a sacar a dos de nosotras de aquí?
—Tú no eres ella y ni siquiera eres humana.
—Tengo cierta conexión con tu amiga, tal vez un pedacito de ella sigue en mí. Tengo algunos recuerdos de ella, te conozco.
—Entonces si eres un clon.
—Por supuesto que no. Es mucho más complejo, ya te lo dije. Solo soy una copia.
Bill se quedó en silencio y volvió al trabajo para no perder más tiempo. Pensaba mejor si se alejaba de ella y la olvidaba un momento. Sabía que tenía que convencerla para que lo llevara donde Lori, o con su líder, o lo que fuera. También sabía que probablemente sería una misión suicida y que nadie saldría vivo del planeta, y eso era más probable de lo que le gustaba, pero al menos no se iría sin intentarlo y luchar.
Debía averiguar con rapidez sus planes, su manera de colonizar otras regiones del espacio y la forma en que lo harían. Lo que había visto no le gustaba, no le parecía confiable que pudieran replicar humanos tan fácil, ni que pudieran mantener recuerdos del original. Los convertía en seres demasiado peligrosos.
Pensó enviar un mensaje encriptado a la Unión espacial, dar aviso de sus avances, y de la poca o nula vida encontrada en el planeta hasta ahora, para así dar los permisos correspondientes a la empresa minera a cargo. Sería suficiente emitir solo una advertencia del peligroso riesgo que un humano correría al pisar tierra por las condiciones atmosféricas, para que sucediera.
Lo programó para enviarlo dentro de la semana siguiente, tiempo suficiente para que estuvieran fuera del planeta. No podría contar lo que de verdad ocurrió porque gracias a la curiosidad humana enviarían equipos de expedición y el riesgo que esta raza alienígena saliera por cuenta propia se haría mayor.
—¿Me ayudarás? Prometo que haré algo por ti, y no será matarte. —No dijo nada, solo mantuvo la expresión triste que a Bill no conmovió—. Siento una sensación extraña de desesperanza que no puedo saber de donde proviene. ¿sabes a que se debe? —preguntó. Se sintió relajada y sus ganas de luchar desistieron.
—A que te refieres —respondió Bill y la miró de reojo. No pensaba caer en sus mentiras otra vez.
—Me siento cansada. Siento como si quisiera... —. Se quedó callada y se le llenaron los ojos de lágrimas. Bill se dio vuelta y la observó con el ceño fruncido.
—¿Quieres llorar? —Se acercó con curiosidad y pensó que podría estudiar su comportamiento tal vez un poco antes de partir en busca de Lori. Tratar de sacarle información para así dilucidar lo que podría suceder en un futuro próximo, creía que no pensaba tan distinto a los humanos.
—Necesito que contestes algunas preguntas. Necesito saber por qué quieres salir —agregó, cruzándose de brazos.
—Lo que se, es que el planeta...
—Eso ya lo dijiste, quiero saber el motivo real.
Suspiró y titubeó como si tuviera miedo de responder.
—Alguien nos dejó aquí hace mucho, olvidados. Entiéndeme solo llevo un par de días existiendo —hizo una pausa y esperó que Bill le pidiera reanudar su relato, pero él la ignoró y ella tuvo que continuar, inclinó su cabeza hacia atrás y miró el techo—. Son parásitos, se alimentan de otros. Le roban la energía mientras hacen una copia en su lugar. Y cuando el original se apaga, buscan un tercero y así siguen por siempre.
—¿Son? Tú eres uno de ellos. Tú estás alimentándote de Lori.
Ella levantó la cabeza para alcanzar a mirarlo.
—Yo soy solo una copia, un instrumento. No me alimento de nadie porque tengo una vida útil que en algún momento se agotará. Ellos tienen a tu amiga y están usándola mientras consigo más. Solo soy un soldado. Ni siquiera uno, solo soy...nada. Eso es todo.
—Entonces apóyame y prometo que te ayudaré a ser libre.
Sin saber por qué, tuvo cierta compasión con su historia, pero eso no significó que cambiaba de parecer. Este razonamiento que desarrollaba la criatura no le gustaba, esta humanización de sus sentimientos le daba escalofríos, sin embargo, tendría que confiar porque era su única herramienta para encontrar a Lori.
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Renacer
Science FictionLuego de aterrizar en un inexplorado planeta, en donde nunca debió haber vida, Bill y Lori enfrentan una misteriosa desaparición que los llevará a encontrarse con un ser olvidado. Acostumbrados a encontrar inteligencia inferior, ahora sentirán en c...