Capítulo 19 : Respuestas

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Bill avanzaba por la roca, aun cuando el pasadizo se hacía cada vez más estrecho

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Bill avanzaba por la roca, aun cuando el pasadizo se hacía cada vez más estrecho. Había pasado alrededor de 20 minutos desde que se separó de Lori, y ya pensaba que el camino era interminable, pero por suerte vio por fin una tenue luz que empezaba a aparecer, aunque le daba la impresión que la luz se alejaba en vez acercarse.

Pensaba, mientras se aproximaba a la luz, que a pesar de haber viajado tanto y por tantos lugares no habían podido encontrar en ninguna de sus expediciones, criaturas que pudieran compararse con los humanos en cuanto a inteligencia. Solo habían encontrado pequeños animales, e insectos que no hacían más que esconderse. Lo más hostil que hallaron fue un reptil de mediano tamaño, que secretaba veneno por su piel.

Recordar viejas expediciones lo calmaba aunque empezaba a sudar más de lo normal y se sintió incómodo dentro del traje, ahora que no llevaba camiseta, porque se le adhería al cuerpo y se sentía pegajoso.

Miraba las paredes de roca y se veían húmedas y sin rastros de raíces adheridas, pero no se confió porque temía una emboscada a pesar que todo rastro de vida que había visto no era veloz, pero si con una fuerza que lo mantenía en desventaja. Por eso debía estar alerta a cualquier cambio o ruido.

Se detuvo cuando estaba muy cerca de la luz, mientras se agitaba su respiración. Y cerró los ojos como si eso fuera suficiente para detener el nerviosismo. De pronto, sus pies le parecieron pesados y sin ninguna intención de moverse, como si él no pudiera controlarlos y hacerlos avanzar. Creía que él Origen estaría del otro lado de la luz.

Imaginaba su apariencia y recordaba el aroma de Ann cuando se acercó por primera vez. Pensaba que el Origen tendría un olor similar. Se preguntaba también hasta qué punto se parecería a las raíces que había visto o si tendría alguna similitud con Ann, aunque esta idea la desechó rápidamente porque había sido creada a semejanza de Lori.

Empuño sus manos y con cautela se acercó al borde de la pared de roca para mirar fuera, se preocupó de seguir oculto y vio las raíces marchitas e inmóviles pegadas en las paredes, como si estuvieran así hace mucho.

Con esfuerzo logró que sus piernas le respondieran por completo y dio el primer paso hacia afuera, se tomó de la roca y salió de la grieta. Se encontró en una pequeña bóveda, sin rastros de vida inteligente. Las raíces que se encontraban allí eran de lo más corrientes y de seguro eran de los árboles nativos del planeta. Caminó cauteloso explorando con la mirada, porque esa quietud y ese silencio le parecieron sospechosos. A lo lejos oía, o, imaginaba oír, raíces que se movían y venían a su encuentro.

Caminó por el lugar y tocó la pared para examinarla, porque se empezó a convencer que el Origen no estaba en este lugar y tendría que encontrar otra abertura para seguir avanzando.

En las paredes había pequeñas luminiscencias que mantenían la bóveda clara y que lo hacía prescindir de la linterna. Era menos brillante de lo que parecía desde dentro de la grieta, pero era suficiente para quitarle el miedo.

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