Capítulo 17 : Tiempo

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Lori se encontraba muy débil para hablar, entretanto, Bill le ayudaba  a ponerse de pie  y se quedaba quieto junto ella, mientras Ann le proporcionaba oxígeno

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Lori se encontraba muy débil para hablar, entretanto, Bill le ayudaba a ponerse de pie y se quedaba quieto junto ella, mientras Ann le proporcionaba oxígeno.

Estaban contra el tiempo de ahora en adelante y temían que el Origen hiciera su aparición antes de que pudieran marcharse de esa habitación. Estaban asustados y pensar en esa criatura no ayudaba a calmarlos.

Ann miró a Lori y sintió como si quisiera decirle algo muy importante a Bill cuando avanzó en su dirección a duras penas, así que decidió ser su interprete sin siquiera preguntarle para hacerle más liviana la carga que estaba soportando. Bill las observaba y le resultaba inquietante verlas juntas, tan iguales avanzando hacia él. Trataba de entender los métodos que usó el origen para crear una criatura tan fiel a la original. Comparaba a Ann y notó que en contextura era más gruesa y más hábil que Lori, y temió que fuera incluso más inteligente.

—Lo que sea que implantó el Origen en el cerebro de Lori no está conectado a él –dijo Ann— Es probable que él no sepa nuestros pasos ahora, será mejor volver por donde vinimos.

—No. Prefiero avanzar, porque no estoy dispuesto a meterme en esa bóveda otra vez. No creo que más adelante nos aguarde algo peor. Deber haber otra salida.

Lori intentaba decir algo pero su voz era demasiado débil, apenas lograba oírse. Bill se dio cuenta y se acercó a ella, y en cuanto lo hizo ambos miraron a Ann de reojo. Lo que fuese que querían decirse no pretendían que lo escuchara.

—Pude ver Bill –dijo Lori, apoyada en la roca— vi lo que esa cosa es capaz de hacer, vi cómo es posible acabar razas completas. Vi lo que planea con nosotros.

Sin que lo notaran Ann empuñó sus manos, molesta, y frunció el ceño mientras Bill seguía prestándole atención solo a Lori.

—No tienes que decir nada ahora, salgamos de aquí y luego analizamos lo que ocurrió.

—No puedes hacer eso, algo hizo en mí. Donde sea que vayas llevaré esta cosa conmigo.

—De que hablas, no hay nada malo contigo. Y lo que sea que pasó en tu cabeza, lo solucionaremos.

—No se puede, ella no pudo y que es más poderosa de lo que crees.

Ahora era Bill quien arrugaba la frente y se molestaba, dándose vuelta hacia Ann.

—Tienes que creer lo que digo, mírame –agregó.

—Te lo dije –añadió Ann— Te dije que el Origen puso algo allí que sería difícil de sacar. Puso su semilla o como quieras llamarlo.

—¿Hay alguna manera de librarse?

—Solo el Origen... —dijo dejando inconclusa la frase.

Lori intentó no llorar pero le costaba evitarlo, sabía que debía tomar una decisión. Salvarse a si misma o salvarlos a todos, y el hecho de no saber que se habían prometido en su ausencia dificultaba aún más tomar esa decisión.

Él la tomo por la cintura y cariñosamente la beso en la cabeza apretándola contra él. No se rendirían tan fácil después de toda la travesía.

—Pues entonces voy donde este el Origen, tiene que haber una manera de convencerlo.

Lori se sentó con la ayuda de Ann porque estaba muy débil para seguir de pie, y demasiado agotada para caminar, mientras a Bill se le amontonaban los pensamientos, y se le cruzaban todo tipo de ideas para lograr marcharse. Incluso la idea de tomar de rehén a Ann para forzar al Origen a que ayudara a Lori.

Mientras se paseaba con la mano sobre la cabeza murmurando, Lori descansaba y absorbía todo el oxígeno que sus pulmones se lo permitían, y Ann trataba de darle de beber agua de una pequeña botella que traía consigo, pero bebía con desconfianza. Pensaba en lo que el Origen le había mostrado, en lo que tenía preparado para la raza humana y se estremecía.

«En que estaba pensando Bill cuando aceptó traerla consigo y cual será el trato que tienen» pensaba. No soportó quedarse con la duda y se puso como meta hacerle todo tipo de preguntas. Lo que ella no sabía era que Ann podía interpretarla debido a su conexión, e incluso podría anticiparse sin que se diera cuenta.

—¿Te dieron un nombre? –dijo con una voz débil, pensando en que había sido el Origen.

—Ann, me llamo Ann. Bill me lo dio –dijo, dejando la botella en el suelo y limpiando el agua que había caído en el mentón de Lori, pero ella la saco con brusquedad, y se dio vuelta hacia donde Bill caminaba.

—¡Cómo pudiste darle mi nombre! Ella no tiene nada que ver conmigo. Acaso eres un imbécil –dijo furiosa.

Sorprendido y algo asustado solo atino a quedarse quieto y mirarla a los ojos. Sabía que Lori se enojaría desde un principio.

—¡Por qué te molesta tanto! Es solo un nombre y yo necesitaba uno –agregó Ann, con una sonrisa burlesca que la irritó.

—Tú cállate ¿O crees que tienes derecho a algo aquí? Mírate, solo me has robado todo lo que eres.

—Cálmate, las cosas han cambiado durante el último tiempo. Y no me hagas callar, soy la que te mantiene con vida.

—Si no existieras esto jamás hubiese ocurrido.

—¡Basta! Esta discusión no nos llevará a ningún lado. Pero tu si –dijo Bill mirando a Ann, molesto— Tengo que ver al Origen, y tú me llevaras allí. Tengo un trato que hacerle.

—Si lo matas, no la salvarás.

—No pienso hacer eso. Pero un trato justo, sí.

Ambas chicas se miraron y asintieron aunque a regañadientes. Esta serie de acontecimientos los mantenía alterados y sobretodo alerta. Y Bill estaba dispuesto a todo para salir de allí.

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