Tomó el casco y sin titubear se acercó al capullo que se encontraba en medio de aquella sala de roca, mientras Ann lo observaba manteniendo distancia, como si supiera desde un principio qué escondía. Se aseguró que no hubiera raíces peligrosas, de aquellas que podían verlos, y soltó el casco dejando que cayera, provocando un eco que a Ann incomodó. Puso su cara muy cerca de la capsula luminosa, sin embargo, no pudo ver hacia adentro, así que levanto la mano para tocarla. Ann se la sujetó antes que lo hiciera y le hizo una seña para que no tocara, dándole a entender que era peligroso.
—Lori está dentro, lo sé –dijo, soltándose de su agarre.
—Se lo que hay dentro, por eso ten calma. No puedes solo sacarla, ella debe estar débil. Si la tomas, el Origen podría matarla.
—No voy a dejarla –reclamó, y tocó de todas formas el capullo. En cuanto su mano se posó sobre el, se apagó.
—Te lo advertí –dijo ella, y se paró frente el capullo sabiendo lo que ocurriría; porque ahora que estaba tan cerca del ser original, su conexión era más fuerte, y creía saber lo que pasaba dentro.
Bill introdujo sus manos y comenzó a rasgar el tejido, que era mucho más suave y delicado de lo que pensó. Se dio cuenta que era completamente vegetal y olía a un delicado perfume floral muy parecido al de Ann.
Se le llenaron los ojos de lágrimas y se dio cuenta de las múltiples conexiones a las que estaba unida, desnuda pero tibia, con los ojos cerrados y cubierta por completo. Le llamó la atención el tubo que le había sido introducido por la boca y se acercó a examinarlo intentando no tocarlo. Intuyó que fue unido a sus vías respiratorias y se dio cuenta que era lo que la mantenía con vida aun. Su mente racional supo que no podía desconectarla así como así, porque no sobreviviría mucho tiempo, y recordó haber olvidado el equipo extra que tan presente tenia traer. Se maldijo en un susurro y se sintió estúpido.
Ann lo miró desde un rincón, experimentando cada una de las sensaciones y sentimientos de Lori. Tuvo miedo de hablar porque se sintió intrusa en esa escena queriendo marcharse para no ver, pero no lo haría porque había hecho una promesa y debía cumplirla. Tenía que ayudarlo a ponerla a salvo. Se acercó despacio y tomó su mano con fuerza en un intento por avisarle que podía interpretar a Lori y comunicarse pero él se resistió.
—Déjame, se lo que hago. Te dije que estábamos conectadas y ahora puedo sentirla dentro de mí. Puedo sentir su miedo, créeme –agregó, con la mirada de Bill incrédulo tratando de soltarse— eres un tonto, tienes que escuchar lo que digo, si la sacas va a morir.
—¿Y qué hago entonces, Ann?, ¿Como la salvo? –dijo, y cayó de rodillas— ¿Cómo la desconecto?
—Bill –dijo con voz suave, sin mirarlo— creo que puedo controlar una parte de las raíces. Creo ser capaz de desconectarla, pero el Origen lo sabrá y vendrá por nosotros. Debemos ser rápidos porque está muy débil, y si se queda sin oxígeno morirá.
Se puso detrás de ella sin decir nada, y le puso la mano en el hombro para demostrarle que confiaba.
Lori escuchó la conversación sin que se dieran cuenta que estaba consciente, pero no entendió quien era la chica que lo acompañaba aunque pudo intuirlo. No veía porque permanecía con los ojos cerrados y aunque hubiese podido mantenerlos abiertos estaba cubierta por una fina capa de raíces que la atrapaban y la mantenían en su lugar. A pesar de tener a Bill tan cerca no estaba tranquila porque vio y escuchó al Origen, y sabia de lo que era capaz, sabía sobre sus planes y el propósito principal de sacar una criatura semejante a ella del planeta, para que provocara caos en algún lugar del universo. Temió que Bill estuviera efectivamente con su réplica y le llamo la atención el nombre que traía, el suyo. Se preocupó porque el plan del Origen estuviera dando resultado y hubiese logrado engañarlo, y fuera ella quien pagara las consecuencias además de propagar su semilla.
Ann se acercó y la miró sin notar expresiones en su rostro, mientras que Lori no lograba descifrar si quien se acercaba lo hacía con un buen o mal propósito. Le descubrió los ojos y por fin pudo abrirlos, se quedó mirándola fijo y pudo experimentar lo que sentía y lo que pensaba sin que fuera reciproco. Supo a la perfección ahora acerca del miedo y la desconfianza en su interior, porque era un libro abierto para ella, sin secretos.
Supo cuanta vida le quedaba y lo que necesitaba para seguir viviendo. Si hubiese querido podría haberla engañado y matado, incluso sin que Bill se diera cuenta. Podría cumplir con los planes del Origen al pie de la letra, podría engañarlos a todos. Podría también sacar a Lori de este lugar y solo demorarse un segundo para que muriera, y aun así, seguir respetando su promesa. Pensaba rápido, sabiendo que era una versión mejorada, y que le bastaba un mínimo de entrenamiento para ser y parecer un humano cualquiera, sin que sospecharan de ella.
Suspiró antes de meter sus manos dentro del capullo y con habilidad comenzó a trabajar, sin perder ni un minuto antes que el Origen apareciera. Sabía de antemano que tenía tiempo suficiente para seguir con el plan de su creador antes que se diera cuenta que se había desviado, y así evitar una muerte segura. Pero había hecho una promesa, y eso le impedía seguir el plan original. Se comprometió y le gustó hacerlo, había aprendido el sentido de unirse a alguien por una causa en común y no quería defraudar a Bill.
Introdujo sus manos cada vez más profundo hasta llegar al cuerpo y rompió el tejido que la envolvía con un solo movimiento. Bill se acercó para observar y vio que a medida que el tejido se desprendía del cuerpo de Lori, era absorbido por Ann que estaba hecha de un material similar.
Cada movimiento liberaba un poco más a su amiga, y se daba cuenta que Ann no dudaba y sabia perfectamente lo que hacía sin errores. Era hábil.
—El Origen ya sabe que estamos aquí— dijo— está cerca y sabe lo que hago, pero no va a impedirlo.
No sabía que forma tenía el Origen, pero se imaginaba algo similar a las raíces que había visto, creciendo y retorciéndose sin parar.
Ann la liberó casi por completo y ahora podía mover sus brazos e intentaba liberar su cabeza, pero seguía conectada al capullo. Bill por un gesto de Ann le tomó los brazos y le pidió que se calmara. Aún tenía el horrible tubo que le proporcionaba oxígeno y que debía ser el último en desconectar. Ann respiró agitada y se detuvo, quitó sus manos de la cabeza de Lori, arrugó la nariz y se dio vuelta horrorizada hacia Bill, afligida como si se hubiera enterado de algo terrible.
—¡Porque te detienes! –dijo Bill, sin soltarle las manos a Lori, que también se había quedado quieta.
—No puedo liberarla por completo, su cerebro está infectado.
—¡Que dices! –grito Bill, mirándola con rabia.
—Su cerebro. Lo que entró ahí no puedo sacarlo. Él puso algo ahí, yo no soy capaz...
Es lo último que alcanzó a decir antes de llevarse las manos a la cara y ponerse a llorar. Ni siquiera ella sabía porque lo hacía, pero de seguro eran las emociones de Lori mezclándose con las suyas o las de Lori que estaban contenidas y pudo absorberlas por las raíces que la envolvían.
Lo que Bill pensó en ese momento era que el Origen había implantado en su cerebro la conexión entre las dos y tal vez Ann no quería sacarlo. Se le revolvió el estómago con la idea y sintió que se le agotaba la fuerza, pero antes que eso ocurriera golpeó a Ann en el cuerpo haciéndola caer para luego levantarla por los hombros y exigirle que sacara a su amiga de ese lugar, cuanto antes.
edk
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Renacer
Science FictionLuego de aterrizar en un inexplorado planeta, en donde nunca debió haber vida, Bill y Lori enfrentan una misteriosa desaparición que los llevará a encontrarse con un ser olvidado. Acostumbrados a encontrar inteligencia inferior, ahora sentirán en c...