Sueños secretos [COMPLETA]

07.

DETENCIÓN Y FRUSTRACIÓN

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Save me a spark — Sleeping With Sirens

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Caminar sola por los pasillos de la escuela no estaba en mis planes cuando regresé a Phoenix, mucho menos si se trata de ir a la oficina del director por un llamado de atención. Ni siquiera en mis más locos me lo imaginé. Así que cuando se dicen que las cosas cambiaron para mí, sí que lo hicieron.

En Denver no fui la chica perfecta, nunca lo he sido, he hecho tanto cosas buenas como cosas malas y no me he arrepentido de ello. Me he saltado las clases, he sacado notas bajas y también he salido de casa sin permiso. Sin embargo también he hecho las cosas bien, hago mis tareas, acostumbro a estudiar aunque a veces no me sirva de mucho, también participo en actividades extraescolares y soy buena alumna. La perfección no existe, al menos no en mí.

Con mi hoja de detención en mano me dirijo hacia la dichosa oficina, en donde el director me manda por dos horas a detención. Nunca en mi vida creí que iba a estarlo, pero claro, culpa de Nolan tenía que ser, no debí golpearlo por haberme jalado el cabello a mitad de la clase. Sobre todo porque la maestra de Física me llamó la atención y yo, de mal humor solo le grité cómo sucedieron las cosas. Nolan por cuestiones del equipo no fue enviado junto a mí, pero él tendría su castigo con el entrenador de lacrosse.

Gruño de nuevo en todo lo que va la última hora. Al llegar al salón de detención toco dos veces antes de que una profesora me abra y solo me quite la hoja para leer las horas que estaré aquí.

—Pasa —dice haciéndose a un lado lada para permitir mi pase.

Todo aquí está casi vacío, a excepción a uno cuantos chicos que están sentados mirando al frente. Tamborileando con sus dedos contra las mesas.

—Tres horas, Wise.

—¿Qué? Pero si ahí dice que dos —replico, asombrada.

—Le aumentaré a cuatro si no te sientas de una vez.

Gruñendo, asiento y me coloco en una mesa al frente, alejada de los tres chicos que están conmigo.

Todo es tan triste aquí. Las paredes se sienten más cerradas y la tutora es solo una consejera hablándonos del mal comportamiento y cómo debemos ser buenos alumnos para ser el mejor futuro del país. En pocas palabras nos echa en cara varias cosas, más a uno de los chicos que está sentado detrás de mí.

Después de quince minutos de su plática se va y nos deja solos en el aula. Ni siquiera tengo mi teléfono conmigo, lo dejé en el casillero esta mañana, así que me pongo a hacer bocetos de paisajes que me gustan. No es como si fuese la mejor dibujante, pero me gusta estar en ello todo el tiempo. Prefiero ser la chica loca de la cámara.

—No eres tan buena después de todo —hablan a mi espalda. Me giro solo para ver de quién se trata—. Detención es algo grave para la reputación de tu lindo rostro.

Miro al chico dueño de esa voz, no me agrada mucho que me hable así. Sé que es el chico con el que me tropecé el primer día, nunca voy a olvidar un momento tan desagradable.

Me giro un poco hacia él para mejorar mi postura, casi quedando frente a él. Me sorprendí de ver el color azul de sus ojos, debajo de esas espesas pestañas que los enmarcan. Si no tuviese esos ojos, juraría que es un chico malo a simple vista, por su cabello alborotado y su forma de vestir. Es el chico con el que simplemente puedes meterte en problemas. Aunque teniendo a Nolan a mi lado, junto a Daniel, es suficiente. Con ellos le hago honor al apellido Wise.